El encuentro con el presidente Alberto Fernández se concretará hoy a las cuatro de la tarde. El documento que se firmará a propuesta del Gobierno se titula “Compromiso Argentino de Solidaridad”.
Su borrador, aseguran funcionarios con despachos importantes en la Casa Rosada, circula entre las entidades invitadas a las que se propuso formularan observaciones, eventuales propuestas. No muchas, eeeh, porque el texto es (y aspira a seguir siendo) sencillo y los cabildeos no deben demorarla. El objetivo, la sugerencia, el pedido, es que entidades variopintas del mundo de la producción y del trabajo concuerden en una consigna-programa: “Unidad contra la adversidad”.
La adversidad por enfrentar mediante el frente común se bifurca en dos aspectos.
· La angustiante situación de millones de argentinos, que comenzaron a abordar la “Ley Solidaria” y el Plan Argentina contra el Hambre.
· La deuda externa que si usted se pone borgeano o minucioso, también se bifurca: acreedores privados y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Aunque en el gobierno nadie lo dice en voz alta, el frente externo es el principal destinatario de la movida.
En medio de debates o disputas sobre nuevos impuestos nacionales y provinciales, retenciones en particular, aumentos de salarios, doble indemnización por despido incausado, Fernández quiere exhibir apoyo multisectorial para persuadir a los acreedores. Si las tratativas con estos no fueran de momento tan amables, el documento podría encabezarse con la máxima de Martín Fierro sobre la unidad de los hermanos.
A pasar lista: Participarán organizaciones representativas con las que Fernández y su equipo viene dialogando cotidianamente
· La Confederación General del Trabajo (CGT), las CTA, organizaciones sociales por la clase trabajadora en sus vertientes del Siglo XXI.
· La Unión Industrial Argentina (UIA), la Cámara Argentina de Comercio, la Cámara Argentina de la Construcción por el empresariado industrial más poderoso. Entidades que nuclean a PyMEs como la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA).
· Las cuatro entidades de la Mesa de Enlace y productores agropecuarios por “el campo”.
El listado, como el borrador del documento pueden tener agregados de último momento. El objetivo es tener asistencia perfecta.
Si te hace falta un Consejo: El Cónclave servirá, describen los anfitriones, como “antesala” del Consejo Económico y Social del que los participantes formarán parte, sin expresar su totalidad.
El ensayo general propala una señal de consenso a la espera de que se legisle sobre la mueva institución. La ley respectiva establecerá facultades, composición, plazos del mandato de sus autoridades (por tiempo y en fechas diferentes al presidencial), exigencia de Acuerdo del Senado para su confirmación.
Y mensajes telepáticos, amén de alguna llamada o entrevista discreta, al ex ministro de Economía Roberto Lavagna quien, cuentan en torno de Alberto Fernández, da la talla exacta para liderar el Consejo. Lo ven prestigioso, dotado de pensamiento propio y con experiencia de gestión, productivista. Hasta ahí, seguro que Lavagna piensa igual. Lo que no es seguro, al día de hoy, es que acepte hacerse cargo aunque allegados cercanos cuentan que lo ven satisfecho por la perspectiva aunque no apurado para dar el “sí”
Paso a paso: El FMI anuncia, por vías informales, que vendrá una misión pronto, el oficialismo anhela evitar bambolla al respecto.
Su afán es persuadir a las máximas autoridades del organismo de la necesidad de un nuevo paradigma de renegociación de deuda. Dos años de alivio sin pagos para reactivar la economía. El ministro Martín Guzmán se encarga de explicar que el planteo es viable y racional: maneja con suficiencia el esperanto que conocen los jerarcas del Fondo.
A su vez, el presidente quiere concretar más que “ una foto” posada y sin sustancia. El propósito, accesible, es demostrar que su legitimidad de origen se ha robustecido en quince días de mandato. Una facción importante de las personas y entes que firmarán el Compromiso han sido (algunos acaso son) aliados del macrismo. Pero, ante la emergencia, concuerdan en acompañar el rumbo emprendido por el Gobierno. Asumen que es imperioso frenar la caída de la actividad e ir revirtiendo los niveles colosales de inflación, pobreza y desempleo. Solo por enumerar los indicadores más pavorosos.
Un apoyo categórico, una demostración de poder político, construida como prometió Fernández en campaña. Dialogando, negociando, con idea clara de cuál debe ser el rol del Estado. Haciendo valer su centralidad como presidente, conduciendo al conjunto. Jugadores de peso la reconocen en acto. Fracasa, hoy y aquí, la sanata de la prensa hegemónica acerca de divisiones de la coalición gobernante, de intromisiones de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner o de otros simplismos. El relato indignado, primitivo casi siempre, que Fernández rebate con hechos cotidianos.