Un profesor de taekwondo que llegó a ser entrenador de la selección argentina y hace diez años había sido denunciado por abusar de dos alumnos menores de edad quedó detenido el jueves acusado de producir y distribuir material de explotación sexual infantil. Carlos Filippa, de 64 años, declaró esta mañana en el juzgado Nº 28, a cargo de María Julia Correa, para la audiencia de prisión preventiva, como lo solicitó la fiscal Daniela Dupuy, titular de la fiscalía especializada en Delitos Informáticos Nº 12, que llevó adelante la investigación.
El Ministerio Público Fiscal porteño “solicita que todos los afectados o personas que puedan brindar información sobre los hechos investigados se acerquen a aportarla a la Fiscalía”.
Filippa está acusado de registrar abusos cometidos por él mismo contra chicos menores de edad a quienes tenía acceso como profesor de taekwondo, y luego distribuirlo a través de grupos de Whatsapp y la plataforma de citas GrindR. Los episodios de abuso ocurrían en la casa rodante que usaba para viajar a competencias deportivas con alumnos, en los hoteles donde se alojaba con ellos, y en su gimnasio y el local de ropa deportiva que tiene en Villa Crespo.
Es la primera vez que Filippa queda detenido pero no la primera vez que se lo investiga por cometer delitos sexuales con víctimas infantiles. Desde 2011, en la Ufi de Morón hay una investigación abierta contra él “por abuso y corrupción de menores sin haberse a la fecha adoptado decisión alguna”, señaló el comunicado del MPF porteño. Al menos hasta el año pasado, Filippa ni siquiera había sido llamado a indagatoria. En 2009, dos jóvenes lo denunciaron por haber abusado de ellos cuando eran menroes de edad y eran sus alumnos.
Según informó el Ministerio Público Fiscal, el 26 de diciembre por la mañana se llevaron adelante allanamientos que había solicitado la fiscal Dupuy al juzgado Nº 27, a cargo de Araceli Martínez.
De los operativos, que se realizaron en “dos domicilios particulares del imputado, su local de ropa deportiva y su gimnasio, todos ubicados en esta Ciudad”, participaron integrantes del Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público Fiscal (MPF) y de la Policía de la Ciudad. Luego del secuestro de computadoras, teléfonos “y otros elementos de interés para la investigación”, Filippa quedó detenido.
La causa comenzó “a raíz de una denuncia realizada en la web del MPF” en septiembre de este año, a partir de la cual “se tomó conocimiento que un profesor de Taekwondo produjo material de explotación y abuso sexual infantil”.
Por los detalles de los hechos denunciados, se inició la investigación por infracción al artículo 128 del Código Penal, que castiga con entre 3 y 6 años de prisión a quien produzca, financie, ofrezca, comercie, publique, facilite, divulgue o distribuya “por cualquier medio, toda representación de un menor de dieciocho (18) años dedicado a actividades sexuales explícitas o toda representación de sus partes genitales con fines predominantemente sexuales, al igual que el que organizare espectáculos en vivo de representaciones sexuales explícitas en que participaren dichos menores”.
La investigación reunió “evidencias que dieron cuenta que el imputado abusaba sexualmente de sus alumnos menores de edad, tanto en los viajes que realizaba en su casa rodante cuando iban a competir, como en los diferentes hoteles donde se alojaba con los niños, como así también en su gimnasio y local de indumentaria deportiva ubicado en el barrio de Villa Crespo”.
Es la primera vez que Filippa queda detenido pero no la primera vez que se lo investiga por cometer delitos sexuales con víctimas infantiles. Desde 2011, en la Ufi de Morón hay una investigación abierta contra él “por abuso y corrupción de menores sin haberse a la fecha adoptado decisión alguna”, señaló el comunicado del MPF porteño.
En 2009, dos jóvenes que habían sido alumnos suyos cuando eran menores de edad lo denunciaron por haber abusado de ellos en un viaje realizado a Brasil para participar de una competencia. “Fui a Brasil en el motorhome con el profesor y mis compañeros me decían que tenga cuidado porque era medio toquetón. Un día me dice que me tocaba dormir arriba y en el medio de la noche sentía que me tocaban, abro los ojos y lo veo mientras me manoseaba. Me dio miedo, mi cuerpo no reaccionaba, estaba paralizado”, contó uno de los denunciantes, que poco después dejó el taekwondo a raíz de lo sucedido.