Este 2019 será especialmente recordado por las argentinas que aman el fútbol, por las que lo juegan y, sobre todo, por las que empiezan a enamorarse de él. Con todas las desigualdades que aún definen a este deporte practicado por ellas, las propias futbolistas coinciden en que este año marcó un hito con la semiprofesionalización del certamen de Primera División y las transformaciones que, en distintas dimensiones, trajo de su mano.
El fútbol de mujeres, desde la medida anunciada el 16 de marzo por la Asociación del Fútbol Argentino, tuvo su metáfora perfecta: Macarena Sánchez, la futbolista que con su lucha personal enarboló la revolución de los derechos de la mujer sobre el verde césped, debutó con la camiseta de San Lorenzo en la primera fecha de esta histórica temporada con un doblete sobre Lanús y despidió el certamen –literalmente, en el último partido previo al receso- con tres goles de visitante sobre Rosario Central.
Lo sabe ella y lo saben todas: este partido -el de la lucha por la igualdad de derechos- recién empieza. “La diferencia entre equipos se refleja ahí, en el momento de los contratos –le dijo a Página/12 Clarisa Huber, experimentada futbolista de Boca-. Tener la posibilidad de que te paguen por jugar al fútbol es un sueño hecho realidad. Ojalá que los clubes que hoy tienen ocho contratos, el año que viene tengan 16, y los que tienen 16, ojalá que tengan más de 20. Es genial lo que se ganó y lo que está viviendo el fútbol femenino, pero el objetivo de todas las jugadoras es que siga creciendo”.
Boca, cuyas jugadoras de Primera División tienen todas su contrato profesional, es quien lidera el certamen, hasta su reanudación el 9 de febrero. Las futbolistas reclaman mayor profesionalización en pos de mayor igualdad y, también, de un fútbol más competitivo. Sucede que realidades como las de El Porvenir –club cuyas jugadoras denunciaron que ni siquiera tienen las pelotas que les da la AFA- deben enfrentarse, semana a semana, con otras significativamente distintas cuando rueda el balón.
Este 2019 será recordado, entonces, porque también las futbolistas se animaron a denunciar. Aunque ese no haya sido el único hito. Este año fue el del primer superclásico que se jugó en La Bombonera, con la goleada de Boca a River por 5 a 0, en la tarde de Fanny Rodríguez, ex millonaria que saltó del banco y se despachó con tres goles. También fue el año en que Excursionistas volvió a recibir a un once de Defensores de Belgrano después de 28 años y le ganó un partido increíble por 3-2, después de hacerle tres goles en los últimos siete minutos, aunque el fútbol haya quedado de lado luego de que las jugadoras visitantes fueran insultadas gran parte del partido y la barra local quisiera quedarse con las camisetas de su equipo.
Inolvidable también fue la Selección Argentina en el Mundial de Francia. Después de 12 años, el equipo nacional volvió a la máxima cita del fútbol, para consolidar una actuación histórica: para una Selección que, en sus dos participaciones previas (desde que la FIFA apoyó la disciplina de mujeres), había perdido todos sus partidos y había recibido 15 y 18 goles (en los Mundiales de 2003 y 2007, respectivamente), bien vale reconocer sus dos empates, sus cuatro goles y especialmente el 3-3 ante Escocia, en el último juego por fase de grupos y tras ir 0-3, que hizo soñar a todes con la clasificación.
A días de su asunción, Inés Arrondo, la flamante Secretaria de Deportes de la Nación, le dijo a este diario que "la revolución de las chicas del fútbol es la de los estereotipos, la revolución simbólica de la mujer en cualquier disciplina". Francia 2019, para nuestras pibas y pibitas, también fue eso: el primer Mundial para vivir de la mano de sus referentes, mujeres futbolistas, visibles gracias al empuje de unas y otras, que se ganaron la masividad en redes sociales, medios y transmisiones televisivas.
La Ciudad de Buenos Aires les regaló a las jugadoras su día: por ley, desde este año que se va, el 21 de agosto es el Día de las Futbolistas Argentinas, en honor a la epopeya de ganarle a Inglaterra por 4 a 1 en el estadio Azteca, en aquella fecha de 1971, por un Mundial que también es parte de la historia, por mucho que le pese a la FIFA. A nivel nacional, también se impulsó un proyecto de ley para celebrar su día, pero quedó varado tras media sanción de Diputados. Una deuda más con la oportunidad de hacerlas visibles a ellas, las millones de mujeres que aman el fútbol, existen y lo juegan, quienes desde este año se saben más juntas, en lucha, dentro y fuera de las canchas de Argentina.