El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu se impuso por un amplio margen en las elecciones primarias de su partido, el Likud. De esta forma afianzó su posición como líder de la coalición de derecha de cara a las próximas elecciones presidenciales. La formación de gobierno se encuentra estancada en Israel lo que llevó a la necesidad de llamar a una tercera elección en Marzo. Mientras tanto siguen su curso las causas de corrupción contra Netanyahu. Aún debe esperar una resolución de la justicia para saber si legalmente puede asumir la conformación del gobierno.
Con un 72,5 por ciento de los votos, los afiliados al Likud cerraron filas en torno a Netanyahu, patriarca de la derecha israelí desde hace dos décadas. Su rival, Saar, brazo derecho de Netanyahu en el partido y el gobierno hasta que cayó en desgracia en 2014, se quedó en el 27,5 por ciento del apoyo de los más de 116.000 simpatizantes que participaron de la elección. Esta fue la mejor votación que logró un rival del actual primer ministro en las primarias. Sin embargo no logró superar el 30 por ciento que le permitiría consolidarse como una alternativa interna.
Pese a la derrota, Saar dijo que no estaba arrepentido de haber participado en las elecciones. Y se ofreció a trabajar junto a Netanyahu por el bien de una victoria del Likud en la Knéset, el Parlamento israelí. Por su parte, los partidos aliados de derecha y el ultraortodoxo Shas felicitaron al jefe de gobierno en funciones y apostaron por mantener la coalición gubernamental tras las primarias.
Netanyahu tiene abiertas acusaciones de fraude y cohecho en tres causas distintas, por lo que pugna desesperadamente por retener el timón del poder. Al mismo tiempo, la ley no asegura que pueda recibir el mandato del presidente para formar Ejecutivo. El fiscal general del Estado, Avichai Mandelblit presento las causas en su contra en noviembre pasado. Por el momento Mandelblit se negó a pronunciarse sobre la cuestión. Dijo que no hay bases legales que lo obliguen a dar una opinión legal hasta que el Supremo se pronuncie definitivamente sobre la demanda. El Tribunal Supremo tiene prevista una audiencia el próximo martes 31, a petición de un grupo de académicos y ciudadanos. Allí resolverán si las demandas contra el líder derechista le permiten asumir el mando del gobierno.
Esta situación legal complicó las negociaciones con la coalición de centro Azul y Blanco. Su líder, Beny Gantz, no dudó en criticar a Netanyahu una vez conocidos los resultados de la elección. "Parece que el acusado Netanyahu, que está llevando al Estado de Israel por un camino de corrupción, continuará liderando el Likud", lamentó Gantz. Después le hizo un pedido a sus votantes. "Estas elecciones exigen que coloquemos un espejo frente al 'partido Netanyahu' y que tomemos la decisión de unidad, dignidad y reconciliación interna", expresó Gantz. Según las encuestas el partido Azul y Blanco le lleva una pequeña ventaja a Likud, aunque parece que se replicarán los resultados de las últimas elecciones.