Un bidón con la inscripción "cianuro" arriba de la mesa, debajo de un gazebo, en el cruce de las peatonales, era uno de los puntos de reunión ayer al mediodía, cuando el sol apretaba y la calle parecía un horno. En un improvisado escenario, cantaba un integrante del grupo Agua Dulce, y la bandera decía: "La salud no se negocia. Marcha plurinacional de los barbijos". La manifestación se convocó para apoyar al pueblo mendocino que se moviliza contra la modificación de la ley 7722, y sumó los reclamos locales: la presencia de agrotóxicos en el río Paraná, otra cara de la economía extractivista que colectivos como Paren de Fumigarnos rechazan y denuncian. "Decidimos ser solidarios con la lucha del pueblo mendocino porque es la misma lucha, en defensa del agua, y en este interín pasaron varias cosas. Por un lado, el gobernador no la quería vetar, luego dijo que no la iba a reglamentar y la exigencia ahora es que el gobernador derogue esa ley, como corresponde, porque como está, con un simple amparo, cualquier minera puede usar el cianuro y el ácido sulfúrico. La modificación de la 7722 permitiría el uso de cianuro, ácido sulfúrico y otros contaminantes, solamente restringe un poco el mercurio", enfatizó Daniel Romano, de Paren de Fumigarnos, quien recordó que "el agua es un problema de todos". Se multiplicaban los carteles con una gota de agua dibujada y adentro la frase: "El agua vale más que el oro". "No queremos cianuro en nuestras aguas, no queremos glifosato en nuestras mesas", fue uno de los reclamos que se leyó desde el micrófono que amplificaba -apenas- la voz de quienes se acercaron a participar de la manifestación.
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