El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, ponderó la firma del Compromiso Argentino para el Desarrollo y la Solidaridad que se celebró ayer en la Casa Rosada entre sectores empresarios y sociales y que marca el arranque del Consejo Económico y Social. “Es una mesa estratégica”, señaló en declaraciones a AM750, en las que destacó que hay tres objetivos: “Hay que atender el hambre con 40 por ciento de pobres; promover la producción y el trabajo; y honrar las deudas de la Argentina, pero con los 45 millones de habitantes adentro”. También dio detalles del programa de microcréditos que se pondrá en marcha el mes próxmo para "desendeudar a las familias".
Arroyo destacó que “no hubo muchas etapas antes de acuerdos básicos, y esta una buena forma de terminar estos primeros días de gestión”. Afirmó que el de Alberto Fernández será “un gobierno de diálogo” y que “habrá varias acciones con todos”, dado que “la idea de interactuar será el sello de la gestión” presidencial. “Vamos a un modelo de mesas de diálogo permanente en distintos formatos y marcarán la forma de encarar políticas públicas con el sector privado”, afirmó.
Arroyo también hizo hincapié en la cuestión del hambre. “Hoy hay un 14 por ciento de chicos que se saltean una comida por día”, dijo, al tiempo que aseguró que “había 7,7 por ciento de indigencia a mitad de año, y ahora hay más por la devaluación”. La cifra actual podría rondar cerca del 9 por ciento.
“Tenemos de problemas de malnutrición, gente que se alimenta a base de fideos, harina y arroz, y tenemos menos consumo de leche”, graficó el panorama actual. “Está en el ADN de los argentinos el consumo de leche, si baja el consumo hay un problema grave”, agregó y manifestó que los controles de talla ya muestran muchos “chicos petisos y obesos”.
En otro pasaje, Arroyo se refirió a la tarjeta alimentaria. “Arrancamos con la tarjeta en Concordia, y el 30 por ciento del consumo fue para lácteos, carnes y verduras”.
Subrayó que “las familias están en menos 10. Aumentaron los alimentos y las familias están sobreendeudadas, con créditos al 200 por ciento. La tarjeta permite comprar alimentos. Esto mueve la economía local, se ve en Concordia”.
De cara al futuro inmediato apuntó que “hay que desendeudar a las familias y conseguir que salgan del plan social para que entren al mercado de trabajo”. En ese sentido, señaló que en la segunda mitad de la próxima quincena se pondrá en marcha un programa de microcréditos, “no bancarios, fuera de la órbita del Banco Central”, destinados a “máquinas, insumos y bienes de capital”. Destacó que no se hará “con fondos de Anses, sino con reasignación de partidas”. De este modo “se desendeuda a las familias y se capitalizan” con la idea de “vincular planes sociales con trabajo”.
Añadió que “el diseño de los planes va a estar muy vinculado al trabajo” y que la idea es que haya “crédito bancario para capitalizar y salir del plan al trabajo”. Al respecto, habló de un plan empalme: “Si un beneficiario de un plan social consigue trabajo mantiene el plan 24 meses”. Apuntó a cooperativas, cadenas de producción y valor y estimó que “en la otra punta está la economía popular”.
Arroyo hizo el balance de la etapa macrista en materia social. “Hubo más planes, la AUH agregó monotributistas y la ley de emergencia sumó el salario social complementario”. Así y todo, “los programas derivaron en bolsones de alimentos. Todo giró sobre asistencialismo”. A su juicio, “hay que dar pescado, enseñar a pescar y garantizar que haya pescado” y analizó que en la gestión de Carolina Stanley “no hubo política social, todo eso se achicó en la etapa anterior”.
En el cierre, consideró que “los movimientos sociales son parte de la solución, participan, están en los comedores, y encaran actividades productivas muy complicadas por la devaluación”, como la textil. “La salida es por el lado del trabajo”, definió.