El bloqueo a la Ley Impositiva del gobernador bonaerense Axel Kicillof empezó a delinear el perfil opositor de Cambiemos, lejos de la "oposición constructiva" que había prometido el ex presidente Mauricio Macri. El proyecto fue frenado en medio de disputas de Juntos por el Cambio entre sectores vinculados a María Eugenia Vidal -quien había negociado esas normas en la transición- y quien busca reemplazarla, el intendente de Vicente López, Jorge Macri. El primo del ex presidente habría sido solo uno de los intendentes que buscó dinamitar el acuerdo de Vidal de la mano de la futura presidenta del PRO, Patricia Bullrich, quien festejó públicamente la caída de la sesión. En una dinámica de duros y dialoguistas, el ex titular de Diputados Emilio Monzó -que estuvo reunido con intendentes radicales- instruyó a su bloque a negociar modificaciones en la ley de Kicillof para que se pueda aprobar. La misma lógica se replica en el Congreso nacional y se pudo ver con el primer paquete de leyes de Alberto Fernández.
Mientras algunos se preguntan cómo se lidera la oposición desde las vacaciones -algo que es válido tanto para Macri como para la viajante Vidal-, el Congreso nacional y el bonaerense son cajas de resonancia de los distintos perfiles que podría tomar Cambiemos como oposición. Si bien Macri en público habló de ser una "oposición responsable y constructiva", lo cierto es que en las primeras semanas de gobierno de Fernández y Kicillof los dirigentes que le responden de manera más directa al ex presidente son los que buscan extremar las diferencias y polarizar en busca de mantener fiel a un electorado que votó en contra del actual gobierno.
Allí se cuentan a la futura presidenta del PRO Patricia Bullrich -quien reparte sus días ente intentos de bloqueo parlamentarios y reivindicar su gestión en Seguridad con un libro- y otros halcones como el diputado Waldo Wolff. No por casualidad ambos apuntan sus rifles de francotirador a los mismos blancos (por ejemplo, la ministra de Seguridad, Sabina Frederic). En lugares de mayor diálogo, en cambio, quedan dirigentes que hace tiempo hablan de "posmacrismo", como el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta -que sigue tejiendo en las sombras con los radicales- o Monzó, que sigue buscando hacer pie en la provincia de Buenos Aires para reemplazar a Vidal.
En el Congreso nacional se vio esa puja entre sectores duros y dialoguistas, donde el ala hard consiguió una victoria en Diputados al no dar quórum para la sesión donde se trataba el paquete de leyes. No obstante, la alianza en el Congreso es inestable: la UCR tiene sectores con una postura menos de oposición a ultranza que el PRO y la Coalición Cívica de la supuestamente retirada Elisa Carrió. Cuando fue ese bloqueo, Bullrich tuiteó con muchos infinitivos: "Sin nuestro voto. Fieles a los principios no fuimos cómplices. A los que le dieron en el recinto lo que el oficialismo no consiguió en las urnas responsabilizarlos por otorgarles la suma del poder. Al Gobierno, advertirle que la autocracia es el camino del chavismo". Seguir los tweets de la ex ministra es, por estos días, casi una brújula de hacia donde quiere Macri que vaya la oposición.
El bloqueo -exitoso en ese caso- a la Ley Impositiva de Kicillof responde a los mismos patrones. El tweet de Bullrich en ese caso fue: "El 75 por ciento de aumento de impuestos en PBA no fue aceptado por Juntos por el Cambio. Diálogo, no escribanía es el camino. Felicitaciones a nuestros representantes en PBA". En sus tweets, Bullrich no hace alusión a la ex gobernadora Vidal, quien se había comprometido a la salida de las leyes en las negociaciones de la transición con Kicillof, donde obtuvo una serie de cargos en distintos organismos (Tesorería, Banco Provincia, entre otros).
Según señaló el sitio Cenital, el acuerdo de Vidal fue bombardeado mientras ella viajaba a Roma. Los mensajes que recibieron los legisladores provinieron de varios intendentes que buscan reemplazarla, entre ellos el de Lanús, Néstor Grindetti; el de La Plata, Julio Garro; y el de Vicente López, Jorge Macri. "No es solo la disputa por el perfil opositor, sino el reparto de cargos: Jorge Macri reclama uno de los lugares en el Banco Provincia para César Torres, uno de sus dirigentes", indicaban a este diario en el PRO bonaerense.
Jorge Macri es el preferido del ex presidente para ser su líder opositor en la provincia de Buenos Aires en lugar de Vidal. No obstante, tendrá competencia de un sector que ya rompió definitivamente con Macri: el monzoismo. Emilio Monzó viene planteando una línea dialoguista de oposición, muy diferente a la que buscan instalar desde el eje Macri-Bullrich. El dirigente, que tiene un bloque de seis diputados provinciales, se mostró propenso a negociar modificaciones en la ley de Kicillof para que salga. "La única forma de poner de pie a la Provincia es escuchando a los bonaerenses que son los que conocen su realidad y pueden dar respuestas concretas a los problemas que afrontan cotidianamente", aseguró Monzó, tras un encuentro con intendentes radicales (ver recuadro).
En su bloque conviven dos radicales, Walter Carusso y Fernando Pérez. Carusso aseguró que buscarán introducir cambios en la ley para que pueda salir y que una norma de "vital importancia para la gobernabilidad no debe quedar ligada a una disputa por cargos que nada tienen que ver con la política fiscal". Una diferencia del sector de Monzó con la lógica de bloquear todo que promueve la línea que viene del ex presidente de vacaciones.