"Vamos a ganar las elecciones". La frase fue repetida más de una vez, y con entusiasmo, por el presidente depuesto de Bolivia, Evo Morales, en su contacto con la prensa. La primera reunión oficial de Morales con dirigentes del Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) tuvo lugar en el tradicional hotel Bauen de la ciudad de Buenos Aires. El objetivo era evaluar a los futuros candidatos a la presidencia y vicepresidencia de Bolivia en las próximas elecciones. Si bien en ese sentido no hubo definiciones, se llegó a un acuerdo respecto a la fecha donde se elegirá la fórmula presidencial: será el próximo 19 de enero en Buenos Aires, y no en la provincia de Salta ni en Bolivia, como se rumoreaba. Luego de las negociaciones, el ahora jefe de campaña del MAS tuvo un encuentro con los medios presentes en el lugar para dar a conocer los resultados.
Luciendo un casco de la Fedecomin (Federación Departamental de Cooperativa Mineras) de La Paz y de buen semblante a pesar de haber vivido un día agitado, Evo Morales contó los detalles de las negociaciones y luego respondió a las preguntas de los periodistas. El encuentro con la prensa tuvo repetidas suspensiones debido a dos motivos: las frenéticas conversaciones telefónicas con las bases del movimiento en Bolivia; y una reunión con la colectividad del país del altiplano, que masivamente se acercó hasta el hotel recuperado para compartir un momento con su referente político.
Acompañado por dos dirigentes de base del MAS, Morales destacó que los actuales son tiempos de desafíos, y que entre ellos el principal consiste en "cómo fortalecer a los movimientos políticos". Agregó que el movimiento no debería tener "ningún problema legal para participar" de los comicios, y que "tratar de eliminarlo significaría que más del 50 por ciento no participe".
Sobre la oposición de derecha que hoy gobierna el país, apuntó que "empezaron con racismo y fascismo, y terminaron en golpismo". Respecto a las últimas elecciones, volvió a asegurar que no hubo fraude. "Usaron el tema del fraude para dar un golpe. Quedó demostrado que el informe de la OEA está hecho a medias. 226 actas de escrutinio observadas. Si las 226 de más de 34 mil actas correspondían a un candidato opositor, igual ganábamos en primera vuelta", manifestó.
El expresidente de Bolivia ensayó una autocrítica al interior del movimiento, y destacó que una gran debilidad consistió en "no haber previsto el golpe, no generar un plan B". En ese sentido, y dando por descontado un triunfo del MAS en las próximas elecciones, destacó que ahora desde el movimiento "nos vamos a preparar para gobernar en las post elecciones".
"Nuestra tarea es revertir el golpe con elecciones", agregó Morales. Volviendo a la reunión que mantuvo durante todo el domingo con dirigentes del MAS, destacó que desde un primer momento dicho encuentro estaba previsto "para ver cuando podemos elegir al candidato a presidente y vicepresidente. Ahora convocamos a una nueva reunión en Buenos Aires con presidentes del MAS-IPSP y dirigentes de los movimientos sociales nacionales. Esa reunión se va a realizar el 19 de enero en Buenos Aires".
Respecto a las especulaciones sobre el lugar donde se llevaría a cabo el encuentro, Morales destacó: "Deseábamos una gran reunión en Bolivia o en la frontera pero me han recomendado evitar esa opción. Por consenso aprobamos la reunión del 19 en Buenos Aires".
Al ser consultado por la danza de precandidatos presidenciales, Morales los destacó con nombre y apellido: los excancilleres Diego Pary y David Choquehuanca, el exministro de Economía Luis Arce y el dirigente cocalero Andrónico Rodriguez. Esta afirmación del expresidente va en línea con lo afirmado por Álvaro García Linera
en diálogo con Página/12. El vicepresidente depuesto de Bolivia destacó entre los nombres que circulan al de Rodríguez, "un joven líder campesino, muy típico de la nueva clase media: de origen popular, quien se recibió de cientista político".
Sin embargo, el único de los precandidatos que participó del encuentro (aunque no de la conferencia de prensa) fue el excanciller Diego Pary. En ese sentido, Morales intentó poner paños fríos a las supuestas divisiones dentro del MAS: aclaró que fueron tergiversadas por los medios, porque sólo invitaron a la reunión a los líderes departamentales. Detalló que asistieron ocho, y que el noveno estaba llegando en la noche del domingo.
La aclaración de Morales no esconde las grietas que empiezan a surgir al interior del partido. En las últimas horas la presidenta del Senado boliviano, Eva Copa , le dijo a Pagina Siete: "La gente que está allá con Evo es gente que ha hecho daño al MAS". La comunidad boliviana presente en el Bauen le manifestó su repudio a Copa con pancartas que repetían el mismo mensaje: "Eva Copa traidora".
En otro tramo de sus declaraciones el presidente depuesto de Bolivia fue enfático al formularle dos pedidos a la Asamblea Plurinacional de Bolivia: "Primero, interpelación a responsables del genocidio. Segundo, que de una vez por todas la Asamblea trate la renuncia de Evo. Renunciamos pero todavía no se discute en la Asamblea, que tiene que rechazar o aprobar mi renuncia".
"Nuestro pecado es haber demostrado al mundo que es posible otra Bolivia sin el FMI, sin el Banco Mundial: una nueva sociedad con igualdad, una nueva identidad sin el sistema capitalista. El segundo pecado fue industrializar el litio", destacó el expresidente sobre el cierre de la conferencia. "Evo no está solo, carajo", fue el grito estridente con el que las decenas de personas, envueltas en wiphalas, polleras y trajes típicos del altiplano, acompañaron a Evo Morales hasta la salida del hotel.
Informe: Guido Vassallo.