El empresario santacruceño Lázaro Báez denunció el viernes en la justicia el “allanamiento mediático” que sufrió la semana pasada con el ingreso en su celda del programa Animales Sueltos, que conduce Alejandro Fantino. En un escrito presentado ante el juez Sebastián Casanello, los abogados de Báez, Maximiliano Rusconi y Gabriel Palmeiro, pidieron una investigación para saber quién autorizó y cómo se ingresó en la celda número siete del pabellón de la cárcel de Ezeiza donde está alojado Báez. Allí  filmaron el lugar, su ropa, las imágenes religiosas, sus elementos de higiene y sus fotografías. El escrito menciona que “la requisa televisiva vulneró la intimidad, la seguridad y la dignidad de nuestro defendido”.

Durante el programa de Fantino, emitido por América, la periodista Romina Manguel ingresó con una cámara al pabellón en el que están Báez y otros detenidos. El programa dedicó unos diez minutos a que una mesa de periodistas comentara las imágenes. Hubo tomas de la celda, de dos por tres metros, casi totalmente ocupado por la cama en la que duerme el constructor. Mostraron sus elementos de higiene, las imágenes religiosas, la ropa, la visión que Báez tiene desde la pequeña ventanita de la celda y todos los detalles de las condiciones en las que vive el santacruceño. 

Quedó tácito que los funcionarios del penal sacaron a Báez de su celda para que entraran las cámaras o aprovecharon un momento en que no estaba. En todo caso, irrumpieron sin autorización del empresario. Rusconi y Palmeiro citan abundante jurisprudencia en el sentido de que un detenido no pierde sus derechos, sólo el de circular libremente. Mencionan tratados internacionales de Derechos Humanos y hacen referencia a lo que significa para un preso que le violen la intimidad, que le ingresen a su lugar de detención. 

La denuncia se limita a reclamar una investigación pero parece poner en la mira sobre el propio juez Casanello, que es el encargado de tutelar la detención. También al Servicio Penitenciario Federal y especialmente a quienes manejan el penal de Ezeiza que, se supone, es de máxima seguridad. En la denuncia se menciona que “llama la atención lo ocurrido en especial teniendo en cuenta el celo del señor juez en la concesión de permisos de visita a nuestro asistido”. En el juzgado de Casanello afirmaron que no autorizaron el ingreso de ninguna cámara al penal y menos todavía a la celda de Báez.