Clara de Langhe de Falcone atiende el teléfono durante la siesta de carnaval. “No quiero hablar con PáginaI12”, dice.
–¿Por qué?
–Más de todo lo que dicen, ¿qué más quieren decir?
Clara de Langhe de Falcone es “Titina” entre los jujeños. Presidenta del Superior Tribunal de Justicia, es la cabeza de un linaje de parentescos en la estructura del poder político provincial. La Legislatura jujeña pidió su juicio político porque coordinó con el gobernador Gerardo Morales la preparación de testigos para la esperada visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Horacio Verbitsky publicó los correos en este diario entre Titina, el fiscal de Estado jujeño, Mariano Miranda, y los apoderados del gobernador. Más adelante también contó su historia e incluyó la partida de nacimiento de un niño nacido en 1974 a quien ella arrebató y anotó como hijo natural. Aquí, Titina se descarga. El tono alterado da paso en ocasiones respuestas arrebatadas por la furia. ¿Me entiende? ¿Me entiende?, repite. “Yo no soy ninguna apropiadora, no soy ninguna ladrona de niños, todo eso lo verán ustedes en la Justicia”.
La entrevista no fue una entrevista con todas las letras. Titina, encendida, primero no quería entrevistas. Luego respondió preguntas que se perdían tragadas por la ofuscación. Y estuvo a punto de cortar el teléfono. “¡Sabe qué me molesta tremendamente! –dijo– ¡Es que usted quiere hacer que acá hay un combo! Un entrelazo entre el Judicial y el Ejecutivo. No lo hay, señora. No lo hay. Hay independencia total del Poder Judicial. Están forzando una cosa que no existe”.
Pese a todo, la conversación avanzó, a los saltos, casi durante media hora, en un diálogo trastornado. Respiró agitada. Quiso saber si grababan. Y detrás del “entiende, entiende”, dijo muchas veces, señorita. “Si ustedes creen que la nota que hicieron con el título de Titina cayó bien en la provincia de Jujuy, se han equivocado muchísimo, señorita.
–¿Por qué?
–Porque la solidaridad, el levantamiento de la gente horrorizada con eso, ha sido demasiado. Y es lo último que quiero hablar, porque han destruido, han pretendido destruir, una familia, pero yo la respeto señora, la comprendo, ¡¿me entiende?! Y desearía con la mayor humildad posible que me permita terminar acá, señora, esta conversación.
La conversación continuó incluso en ese punto.
–Queremos preguntar dos cosas: por el cruce de mails y la partida de nacimiento.
–¡No! Mire, yo no voy a hablar, porque yo estoy en la Justicia y la Justicia va a decir todo por mí. En primer lugar, los mails me parecen totalmente inapropiados. Y lo otro, la Justicia lo va a decir por mí. Así que le agradezco.
–¿Por qué inapropiado?
–Primero, porque no creo que digan nada que signifique todo lo que ustedes dicen de mí. ¿Entiende? Yo lo único que voy a decir, señora o señorita, no sé quién me habla, es que todos los jueces que están...
–Alejandra Dandan es mi nombre.
–Alejandra. Que todos los jueces que están estableciendo los fallos tienen 18 o 20 años en la Justicia de Jujuy. Yo tengo solamente 7 años como vocal y 2 años como presidenta de la Justicia. O sea, por favor, no digan que yo los he puesto o yo los he designado. Entonces, para hablar, hay que estar más segura de lo que dicen. Creo yo, eso es lo que yo pienso. No sé si usted piensa diferente.
–En todo caso, qué significa ese cruce de mails sobre la preparación de los testigos.
–¡Pero no!, ¡Yo no tengo ningún cruce de mails, señorita! No tengo ningún cruce de mails. No hubo ninguna estrategia.
–¿Con el abogado Federico (Wagner, apoderado de Morales)?
–No tengo ningún cruce de mails. La gente, cuando venga, ¿cómo es?, la comisión internacional, los que van a declarar son los que ya han declarado, según me informaron, porque no tengo nada que ver en estas causas de la señora Milagro Sala.
–Los mails dicen que usted se encontró en diciembre con él, señora, para preparar...
–Yo no me encontré con nadie. ¡Yo no me encontré con nadie! ¿Qué prueba tiene usted? ¡Con ninguno! Muéstreme. Tráigame las pruebas. Yo no me encuentro con nadie. Así que está equivocada, Alejandra. Yo no me encontré con nadie.
–El mail dice “tal como quedamos en diciembre, nos vamos a volver a encontrar”...
–No, no, no. El mail es que me reenvían un mail que le han mandado al fiscal de Estado.
–A Miranda, exacto.
–Nada más. El mail se mandó en diciembre creo. No me acuerdo muy bien, pero llegó a mi correo en enero. No he tenido ningún encuentro, señorita. Ningún encuentro. Y toda la gente que va a declarar va a ser la que está en los expedientes y ya han declarado. Así que ningún testigo nuevo. Es lo único que le puedo decir. Así que no hay ningún... ¡¡¡es una persecución!!! –ofuscada–. Ustedes no conocen. Yo la invito a venir a Jujuy para que conozca cosa por cosa los expedientes. De todas maneras, los cuerpos están en la Corte Suprema para que decida. Pero como son cuerpos fotocopiadas con certificación, los originales están a su disposición si quiere venir acá, para que de una sola vez se hable sobre la verdad. Yo tengo una trayectoria demasiado limpia de 50 años en la provincia de Jujuy que ustedes pretenden ensuciar. ¡Déme usted una razón! –el tono más alto–. ¡Un objetivo de ensuciarme con esto!
–Le pregunto esto, Falcone. La designación de los jueces es un tema controvertido en la provincia. Cuando asumió Morales, dos diputados radicales votaron ampliar el STJ y 24 horas después juraron como jueces.
–¡Esa cuestión es una cuestión del Ejecutivo Provincial! No del Poder Judicial. Yo vengo desde el año 2010 en la Justicia.
–Eso lo sabemos. Igual, antes fue diputada también.
–No es una cuestión mía. Usted tiene que sacar cualquier cuestión que a usted le preocupa, con el poder correspondiente, porque las designaciones del Poder Judicial en el orden del Superior Tribunal de Justicia lo hace el Ejecutivo. En este caso, el gobernador. A mí me nombró el gobernador peronista Walter Barrionuevo, ¿me entiende? A mí, cuando pasé a ser nombrada vocal, fue con anuencia de todo el bloque de diputados peronistas que había en ese momento, siendo yo una diputada que en ese momento pertenecía a la Unión Cívica Radical. Tuve acuerdo unánime de la Legislatura provincial en el año 2010, tiene usted todas las versiones taquigráficas a su disposición, eh. ¿Comprende? -enojada- Eso borra cualquier cuestionamiento. Me nombró el gobernador peronista Barrionuevo cuando el doctor Fellner era presidente de la Cámara de Diputados de Nación, por mi trayectoria. Entonces, no he de ser la sinvergüenza que ustedes quieren poner en pantalla.
–En ese momento, usted era diputada radical. Va con el aval de todos, pero también tenía una filiación radical.
–Señorita. ¡Yo me desafilio en el acto! Y cuando juro, jamás, jamás, he firmado un fallo con la ideología o el partidismo de por medio. He afirmado y firmado fallos conforme a derecho y conforme a la ley. Nunca del partido político que sea. ¿Entiende?
–Entiendo.
–Porque tengo 70 y pico de años como para ensuciarme con un fallo en contra de A o de B, de acuerdo al partido político. ¿Entiende señorita?
–Entiendo.
–Yo creo que si me nombra un gobernador peronista, siendo yo una persona de ideología diferente, ha de ser porque tengo una trayectoria de por medio. O sea, hay cosas que no se saben, Alejandra, entonces lo lógico era haber venido a hablar con uno y a preguntar cuál es la trayectoria de uno, porque si ustedes creen que la nota que hicieron con el título de Titina cayó bien en la provincia de Jujuy se han equivocado muchísimo, señorita.
–¿Por qué?
–Porque la solidaridad, el levantamiento de la gente horrorizada con eso, ha sido demasiado. Y es lo último que quiero hablar porque han destruido, han pretendido destruir, una familia. Pero yo la respeto, señora, la comprendo, ¿me entiende? Y desearía con la mayor humildad posible que me permita terminar acá señora esta conversación.
–Una pregunta más, doctora.
–Pero para qué me quiere.
–Lo último. Para no dejar en el aire esa nota.
–Pero yo voy a ver si le contesto.
–No hay problema. Pero dígame por qué la partida de nacimiento de su hijo ...
–¡Tampoco le voy a contestar eso, señorita! –vuelve la furia–. Porque no soy apropiadora, no he robado hijos, entiende. No han presentado la partida en su totalidad.
–¿Por qué?
–No, no quiero hablar, señorita. Eso está en la Justicia. Tengo mi vida y la de mi familia bien limpia, así que lo que han hecho, la denuncia que han hecho, ya la conocerán ustedes.
–¿Tampoco sus familiares nombrados en la Justicia? ¿Mercau? ¿Su hija? …
–Señorita, Mercau hace 17 años se divorció de mi hija.
–Pero sigue siendo el papá de sus nietos, doctora.
–¿Y cuál es el problema? ¡¿Cuál es el problema?! Qué problema tienen si hace 18 años que está en la Justicia. ¿Cuál es el problema, a ver dígame? ¡Me excuso en todas las causas! Desde el año 2010 me excuso en todas la causas en la que él es parte. Cuál es el problema, qué le molesta. ¿Porque es juez, yo no puedo ser vocal del Tribunal? ¿Dónde prohíben eso? ¿En qué Constitución?
–No es eso, sino que durante la feria judicial del año pasado, Mercau avanza en la causa de Milagro.
–Eso no tiene nada que ver. Usted no conoce los reglamentos internos del Poder Judicial: ¡hay turnos! Yo no lo he designado. Los turnos están preestablecidos de ante mano.
–Sonó susceptible que el primer juez se tome licencia una vez declarada la detención.
–Se-ño-ri-ta -dice y recorta las sílabas- cuando se hace la feria judicial, cosa que usted no sabe, se establecen los turnos. Entonces, termina un juez, o se va por tal o cuál razón, el turno queda establecido desde diciembre. Yo automáticamente me aparto del tema que tome este juez, que por turno le correspondía, así que no es como usted cree. Nada más señorita.
–Usted dice que cuando Mercau tiene una causa, se aparta. ¿Cuando Morales impulsa una causa, también? Porque fue abogada de Morales en una causa con su hijo.
–¡Pero usted me está hablando del año 2001 cuando yo era abogada! ¿Qué tiene que comparar una cosa con esta? Yo ejercí la profesión. ¿Qué tiene que comparar?
–Pero ahora Morales la puso también como presidenta del STJ.
–No me puso, señorita. No se confunda. Me eligieron los de la vieja integración, o sea éramos cinco, ahora nueve. Quienes me han elegido son la vieja integración que respondía al gobierno anterior, como yo también, fui puesta por Barrionuevo. ¿Entiende? Y hoy, me han elegido los ocho vocales. No diga que me puso Morales. Morales no se mete en las cuestiones internas del Poder Judicial. Son nueve vocales. Yo me excuso, soy elegida. Me han elegido los ocho por unanimidad. No tiene nada que ver Morales.
–¿Cómo es posible que el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas piense que la detención de Milagro Sala sea ilegal y ustedes no lo piensen, doctora?
–No. Mire, Alejandra –se relaja–, porque tienen una visión. Escucha una sola parte, creo yo. Ahora, con todo lo que se le ha brindado, todo lo que se ha relevado, todo lo que se le ha mostrado, permite el código procesal penal nuestro, que se dan los tres requisitos que establece (NdR: para que Milagro Sala siga presa). Porque acá no quieren aceptar lo que ha pasado en Jujuy. No quieren ver. Yo no puedo, digamos, decir, nada. Para nada. No puedo prejuzgar aunque cuando es una causa que deviene de Mercau, le repito, me excuso. Pero acá, se cumplen los tres requisitos para la prisión preventiva porque tampoco puedo decir que soy una ignorante. Si el derecho no se aplicara seria la primera en decirlo. Pero se dan los tres requisitos que el Código de Procedimiento establece.
–¿Cuáles son?
–Señorita, ¡cómo no va a saber! Obstrucción en la Justicia, peligro de fuga y coacción a testigos.
–Los defensores no están de acuerdo.
–¿Usted me habla de los defensores? Yo, que ejercí la profesión durante treinta años. No le van a decir otra cosa, se lo digo no como presidenta del Superior. ¿Ahí le están chistando lo que me tiene que preguntar? ¿Usted es abogada?
–No, pero sigo las causas de lesa humanidad hace años, doctora.
–Estoy hablando con usted, lo que muestra mi respeto.
–Seguí perfectamente las idas, vueltas y preguntas de la ONU al Ejecutivo, Cancillería y a la Justicia de la provincia. Hubo la oportunidad de responder.
–La Corte Suprema tiene el sumario y dirá la ultima palabra. Todo el procedimiento se ha asentado sobre derecho. Y si han demorado tanto es por la cantidad, según me explicaron los jueces –porque me interesa como presidenta que los que actúen en las causas lo hagan conforme a derecho, porque es mi deber controlar también. Entonces, también me preocupa que los jueces actúen conforme a derecho, y creo en los jueces de la provincia de Jujuy. No vaya a creer que es un provincia que no tiene buenos jueces. Entonces, se ha producido todo lo que hay que dar, y quienes han demorado –conforme me indicaron– son los defensores, con recursos, con chicanas, demorado: a, apela; b, apela; c apela.
–Es la única herramienta que tienen los detenidos.
–Señorita, ¡ejercí la profesión libre durante 50 años! –nuevamente el tono–. Sé que hay recursos que usted tiene que usar porque es necesario, y como bien dice es la única defensa, como también sé, a mí no me la van a enseñar, que hay cosas que se ponen al solo efecto de demorar. Entonces, lo lógico es darle al justiciable una rápida justicia y no entorpecerla. ¿Me entiende lo que le digo? Y cuando se aplica el recurso, en vez de ser esclarecedor, son para demorar y usted al justiciable no le esta dando la justicia que necesita. Eso tómelo como le parezca.
–¿Se lo explicó a Morales cuando dice: a esta mujer…?
–¡Pero por qué nombra a Morales aquí! ¡Qué tengo que ver yo con Morales!
–Por lo justiciable. Es impulsor de las causas.
–Pero vaya y hable con el gobernador. ¡Qué tiene que decirme a mí Morales! No me falte el respeto. Usted está hablando con la presidenta del Poder Judicial. Del Superior Tribunal de Justicia. ¿Entiende?
–Entiendo.
–Qué me tiene que estar diciendo a cada segundo, Morales.
–No es por Morales, sino por su función en las causas como denunciante.
–Sabe que me molesta tremendamente, ¡¡¡porque quiere hacer que hay un combo!!! Como que hay un entrelazo, entre el Judicial y el Ejecutivo. No lo hay, señora. No lo hay. Hay independencia total del Poder Judicial. No estén forzando una cosa que no existe. ¿Me entiende o no? Entonces, no me hable más del Poder Ejecutivo. Yo le puedo permitir todo, si me habla del Poder Judicial, pero no ponga en mi boca cosas que yo no dije.
–No se preocupe.
–No. Acuérdese, acuérdese que yo también tengo defensa, ¿me entiende o no?
–Entiendo.
–Porque somos mujeres, me entiende. Por lo menos respetémonos en el género, que es lo importante.
–Recién me decía que era importante que conozcamos Jujuy. Me estaba por decir algo sobre la situación previa. ¿O de Milagro Sala?
–Es que no escapa de la vida. Usted me habla de Jujuy, no sé si ha venido a Jujuy en esa época, es muy importante haber conocido Jujuy. Y no le quiero decir nada más. Ya le estoy dando mucho tiempo, señorita. Mire, no doy a nadie una nota y hoy se la estoy dando a usted. Será porque Dios me ha mandado a dársela a usted. Nada más. Le agradezco muchísimo, hija.
–Al contrario. Nos veremos en algún momento.
–Cuando guste venir a Jujuy, no tengo ningún problema en charlar con usted.