El día que la rescataron de la explotación a la prostitución a la que la sometían desde 2018, se encontraba en un estado de vulnerabilidad extrema, agotamiento psicofísico, bloqueo a nivel cognitivo, automatismo corporal y profundas perturbaciones, detallaron las pericias, que sumaban indicadores de maltrato de género psicofísico. “S”, de 22 años y apenas una letra ficticia para preservar su identidad, fue rescatada tras una denuncia a la Unidad Funcional de Género, Niñez y Adolescencia-Área Trata de Personas-UR-I de La Pampa. A su captor, Alexander Rojas, el Tribunal Oral Criminal de Santa Rosa lo condenó a ocho años de prisión como “autor del delito de explotación económica del ejercicio de la prostitución ajena por medio de violencia, amenazas e intimidación, en concurso real con el de trata de personas con fines de explotación sexual”, pese a que el fiscal general subrogante Leonel Gómez Barbella había reclamado una pena de diez años. En los fundamentos de la sentencia se remarcó que la vida de "S" “puede calificarse como una historia de necesidades, pobreza, estrategias de supervivencia y su exposición a riesgos desde temprana edad”. De niña vivió en un entorno de maltrato, agrega el informe de Fiscales.gob.ar. En la adolescencia se escapó a General Pico y allá inició un noviazgo con un individuo que la inició en la prostitución. “Desde entonces y de acuerdo con su relato, sus parejas posteriores asumieron un ´perfil parecido´”, detalla el informe. A Rojas lo conoció en la cárcel, en las visitas a su anterior pareja. Desde que aquél salió en libertad, ella fue el sostén económico de la vivienda que compartían, y su cuerpo el soporte de todos los golpes y maltratos.
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