La marcha opositora de este martes, convocada por la CGT y acompañada por otras organizaciones sindicales y sociales y diversos sectores de la oposición es “una marcha de características políticas”, descubrió ayer el ministro de Producción, Francisco Cabrera. El de Trabajo, Jorge Triaca, se sorprendió porque la protesta gremial adoptó una “metodología del reclamo y la movilización”. En vísperas de la semana de mayor conflictividad social del mandato Macri, desde el gobierno no atinan a dar una respuesta que atempere los ánimos y el mismo día de la manifestación, en el acto de cierre, podría anunciarse la fecha del primer paro general contra el gobierno de Cambiemos, que tendría lugar antes de fin de mes, según ratificaron ayer referentes de la CGT.
“La primera interpretación es que es una movilización, una marcha de características políticas”, desentrañó Cabrera, cuyo ministerio es el punto de llegada de la movilización del martes. “Cuando las cosas empiezan a mejorar, que haya una movilización y un corte de diálogo, suena como que tiene que ver con que se inicia un año electoral”, dijo el funcionario. En ese sentido, manifestó su voluntad de retomar el diálogo con “la CGT, que es gente razonable” pero apuntó contra “el kirchnerismo” que “todo lo que hace es desestabilizador”.
Por su parte, Triaca se manifestó sorprendido por la decisión de las centrales obreras de manifestarse “a través del reclamo y la movilización” en lugar de darle continuidad al diálogo que sostuvieron durante buena parte del primer año de gobierno de Cambiemos. Los dirigentes quieren “romper mesas de dialogo donde habíamos encontrado muchas soluciones para los trabajadores Argentinos”, se lamentó el encargado de la cartera de Trabajo. “No dejamos de reconocer que hay sectores que tienen dificultades, trabajemos sobre esos sectores y no nos dejemos llevar por un contexto que tiene que ver con lo político”, reclamó.
Al rescate de los dos funcionarios acudió el titular del gremio de Peones Rurales, Gerónimo Venegas, uno de los aliados del gobierno en el sector sindical: “No va a ser una gran marcha. Estarán las organizaciones sociales y los gremios. No se va a notar. Que hagan lo que tengan que hacer. La medida es más política que otra cosa. El Gobierno nunca le cerró las puertas al diálogo. Estuvimos a dos materias de aprobar ‘Venezuela’. Algo del año electoral hay. Si salen a marchar con los que fabricaron pobres durante los últimos años, por algo lo hacen”, resolvió el Momo.
El diagnóstico oficial se pondrá a prueba en 48 horas, cuando por primera vez una marcha masiva en contra del gobierno encabezado por Mauricio Macri tenga como epicentro la Plaza de Mayo. Los organizadores esperan más de un cuarto de millón de personas protestando “en defensa del trabajo y producción nacional, paritarias libres, convenios colectivos de trabajo, del sistema previsional y de salud de seguridad social, de la educación, en contra de la flexibilización y del aumento indiscriminado de tarifas”.
Ese día, además, podría convocarse a la primera jornada de huelga general contra Macri: el dirigente canillita y diputado nacional Omar Plaini aseguró ayer que “el paro se va a realizar indefectiblemente, es probable que el martes se diga la fecha”. Plaíni además destacó el apoyo transversal que recogió la medida: “se sumaron los docentes, las Pymes, los movimientos sociales, las empresas recuperadas, las cooperativas genuinas de trabajo y eso nos llevó a hacer una ronda con todos los partidos, PJ, Frente Renovador, radicales, socialistas”.
En el mismo sentido se manifestó uno de los tres secretarios generales de la CGT, Juan Carlos Schmid, de Dragado y Balizamiento: “Nosotros no vamos a poner molinetes para ejercer derecho de admisión”, dijo. Para garantizar la asistencia a la marcha de todos los que deseen hacerlo, el Consejo Directivo de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT) garantizó el funcionamiento de medios de transporte públicos durante la jornada de movilización.