Aunque el partido radical se reunió la semana pasada con la CGT y anunció que no coincidía con la marcha que realizarán el 7 de marzo, la pata gremial de la UCR salió a desmarcarse y resolvió que acompañarán la protesta sindical del martes frente al Ministerio de Producción. La Organización de Trabajadores Radicales (OTR), un organismo partidario con presencia en casi todo el país y reconocido por la Carta Orgánica del radicalismo, definió adherir a la concentración: “No vamos a dejar de estar en la calle reclamando más esfuerzos para detener y evitar los despidos, por salarios justos sin techo en paritarias, por los desocupados y trabajadores en negro, por una efectiva lucha contra la pobreza, por la defensa del sistema previsional, la educación, la salud y el respeto a los convenios colectivos de trabajo”, aseguraron en un comunicado. En diálogo con PáginaI12, el secretario general de la OTR, Javier Varetto, agregó que también respaldan el reclamo de los docentes nacionales, que iniciarán un paro el 6 y 7 de marzo, así como el paro internacional de mujeres convocado para el día 8.
“Entendemos que apoyando la movilización estamos haciendo radicalismo y también cumpliendo con nuestro rol como militantes y dirigentes sindicales”, aseguró Varetto a este diario. La OTR tomó esa decisión durante el encuentro nacional de la UCR en Villa Giardino, Córdoba, donde se reunieron los gobernadores, legisladores nacionales, intendentes y autoridades del radicalismo de todo el país. La mesa directiva de la organización sindical del partido sesionó en aquel encuentro y resolvió que debían apoyar el reclamo de la CGT, aunque eso significa contradecir al Comité Nacional que comanda José Corral y expresar sus críticas al Gobierno de Cambiemos. “¿Por qué marchamos? Porque nunca hemos estado ausentes y acompañamos todos los reclamos desde hace décadas sobre derechos laborales afectados, más allá de los gobiernos de turno, como organización y con nuestros dirigentes y militantes en cada uno de los sindicatos donde participamos”, explicaron desde la OTR. La definición contó con el aval de representantes de más de la mitad de las provincias argentinas, incluidas la provincia de Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Catamarca, Jujuy, entre otras.
Varetto, dirigente gremial de los trabajadores estatales de la AFIP en Córdoba, señaló que comparten el diagnóstico y el reclamo de la CGT, aunque aclaró que la presencia de la OTR en la marcha no significa un apoyo a la conducción ni los dirigentes que lideran esa central. “Nosotros apoyamos la movilización más allá de que tenemos un cuestionamiento con algunas conducciones gremiales y señalamos la falta de democracia sindical en algunos ámbitos”, explicó. Sin embargo, el dirigente que se encuentra al frente de la OTR desde 2015 sostuvo que la protesta sirve como un ámbito “para llamar la atención” del Gobierno respecto de los problemas que están atravesando los trabajadores. “Venimos manifestando nuestra preocupación y requiriendo más acciones del Gobierno porque se continuó la transferencia de recursos a los sectores concentrados. Ha ido más dinero todavía a la minería, la energía y la banca. Somos críticos porque después no hay plata para modificar la ley de ganancias o hacer una reforma tributaria”, cuestionó el sindicalista radical, quien había participado del encuentro que las autoridades de la UCR tuvieron con la CGT el 23 de febrero.
Esta postura chocó de plano con la posición institucional del radicalismo y con los dichos de su presidente, José Corral, luego de aquella reunión. Según Corral, la UCR no acompaña porque es “parte de la coalición de gobierno” y considera que “no es un año de hacer paro nacional ni este tipo de medidas, porque estamos comenzando a salir de las dificultades”.
“Durante la reunión con la CGT ni se charló del tema de la movilización. Lo que sí se conversó es la necesidad de establecer una mesa permanente con representantes de los dos sectores para avanzar en proyectos y medidas que ayuden a los sectores más vulnerables. No podemos seguir con un 32 por ciento de pobreza”, relató Varetto, quien subrayó que la “línea histórica” del radicalismo ha sido siempre tratar de abrir y generar el diálogo entre los distintos sectores.
Aunque el conflicto docente estalló después de que se decidiera adherir a la marcha de la CGT, Varetto adelantó que también acompañan los reclamos de los maestros. “Apoyamos el reclamo de los compañeros docentes, que tienen una salario absolutamente menguado. Los gobiernos tienen que dejar de dar discursos y mejorar realmente la situación”, sentenció el líder de la OTR. Esta postura también va a contramano de la actitud macrista, que resolvió no convocar a la paritaria nacional y viene proponiendo tanto en provincia como en Ciudad de Buenos Aires, porcentajes de aumento muy por debajo de la inflación.
Respecto de la situación política y el lugar que ocupa hoy el radicalismo, Varetto también adoptó una actitud crítica: “Entiendo que era necesario producir un cambio, lo que sí me parece es que desde el punto de vista del radicalismo es necesario que tome otro rol en ese cambio. Tiene que ser una barrera de contención que garantice la defensa de los sectores más desprotegidos”, aseguró y remató: “Hoy no hay una coalición de gobierno”.
Durante la Convención Nacional que resolvió la alianza con el PRO y la Coalición Cívica para la creación de Cambiemos, la OTR primero planteó que el radicalismo debía presentarse con una lista propia y finalmente acompañó la posición del sector disidente encabezado por Gerardo Morales, Ricardo Alfonsín, Julio Cobos y Ángel Rozas, entre otros, que proponía una alianza amplia para competir contra al Frente para la Victoria.
Al igual que otras organizaciones partidarias como la Juventud Radical o la Franja Morada (brazo universitario del partido), la OTR es reconocida por la Carta Orgánica del la UCR. Posee un estatuto propio y tiene 6 miembros de la Convención Nacional, un delegado al Comité Nacional y un miembro de su Mesa Ejecutiva. La mayoría de sus integrantes tienen actividad en el sector público nacional, provincial y municipal. También en el sector de servicios y en menor medida en gremios industriales.