Desde Santa Fe 

Miguel Lifschitz convirtió ayer a la Cámara de Diputados en el comité de defensa de su gobierno. El bloque que le responde rechazó sobre tablas la emergencia alimentaria, sanitaria, económica y en materia de seguridad –entre otras- que propuso Omar Perotti, que ya venía con recortes en la media sanción del Senado, el viernes. El “bloque mayoritario no oficialista” –como se identifica- ni siquiera aceptó la moción de uno de sus integrantes, Ariel Bernúdez, alineado con el intendente de Rosario, Pablo Javkin, que pidió pasarla a las comisiones. Sus colegas le dijeron que no. Por lo tanto, el Frente Progresista desechó “totalmente” el proyecto del Poder Ejecutivo y lo mandó al archivo por 30 votos contra 11 y dos abstenciones. La propuesta de Perotti para atender las demandas sociales más urgentes y “recomponer” las finanzas públicas, murió. La reacción en la Casa Gris fue inmediata. Perotti responsabilizó a Lifschitz por el operativo, alertó que lo deja sin “una herramienta fundamental para empezar a resolver” la herencia que él le dejó en la provincia y le pidió que “deje de lado las diferencias partidarias” y “ponga por delante los problemas de los santafesinos”. “Evidentemente”, Lifschitz y sus diputados “prefieren resguardar sus privilegios, no salir de la zona de confort y darle las espaldas a las necesidades de la gente”, agregó el vocero de la Casa Gris.

Diputados dedicó tres horas de su debate al archivo de la emergencia amplia que propuso Perotti en cuatro áreas: social, alimentaria, sanitaria, económica y en seguridad con la misma batería que lanzó el jueves. No, al supuesto “cheque en blanco”, a los “súperpoderes” o las “facultades extraordinarias”. Y el mismo tono provocador que planteó el diputado socialista Joaquín Blanco, cuando dijo que la provincia eligió “gobernador, no emperador”. 

En realidad, el trasfondo de la puja es el poder porque el proyecto de Perotti denuncia la herencia de Lifschistz, al 30 de noviembre: un déficit de 8.129 millones, una deuda flotante de 22.700 millones y el vaciamiento del Fondo Unificado de Cuentas Oficiales (FUCO) que a esa fecha tenía 14.770 millones, pero cuando asumió Perotti sólo podía disponer de 118 millones. El resto, “14.770 millones ya habían sido utilizados” por Lifschiz.

El jefe del bloque del PJ, Leandro Busatto, recordó no solo el vaciamiento del FUCO, sino también el pedido de Perotti para concertar “operaciones de créditos” por 15.000 millones de pesos para “recomponer la existencia” de ese fondo. El gobernador –siguió Busatto- pide “herramientas” para gobernar, no para asignar “responsabilidades” sobre el pasado, “eso ya lo hizo la ciudadanía el día que votó”.

Otros legisladores del PJ revelaron más datos de la herencia de Lifschitz: el Ministerio de Salud tiene una deuda de 1.500 millones de pesos (1.200 millones en insumos y 300 en personal y otros gastos) que se remonta a los meses de abril y mayo; el Ministerio de Infraestructura debe 628 millones, el de Obras Públicas 976 millones, Vialidad Provincial 1.030 millones y la Dirección de Viviendas 28 millones.

La diputada Lucila De Ponti dijo que si la Cámara rechazaba la emergencia social y alimentaria, “se ponía de espalda a la sociedad”. Antes, había recordado la “pobreza alarmante” en el Gran Santa Fe (38%) y en Gran Rosario (35%), por “encima de la media nacional. “Hay un millón de santafesinos en la pobreza y cientos en la indigencia”. El bloque de Lifschitz tiene número para “tomar la decisión que quiera, mandar el proyecto a comisión o archivarlo”, les dijo. El diputado Bermúdez pidió que fuera a las comisiones, en una moción que sumó a sus colegas del PJ y del centro izquierda. Pero el bloque de Lifschitz ratificó su defensa cerrada y lo mandó el archivo por 30 votos contra 11 y dos abstenciones. El proyecto de Perotti murió. Y el rechazo se consumó con los bloques de Juntos por el Cambio alineado a Mauricio Macri y el de Amalia Granata.

“Evidentemente la oposición no entiende, o prefiere no entender, la difícil realidad de la gente. No acompañar las leyes de emergencia es no entender las dificultades que viven los santafesinos y poner en riesgo la integralidad de los programas sociales”, alertó anoche el vocero de la Casa Gris, Leonardo Ricciardino. “Entre otras cosas, el rechazo retrasa también el pago de los sueldos de los empleados públicos y jubilados. Nos dejan sin una herramienta fundamental para empezar a resolver los problemas”.

“No nos podemos dar el lujo de tomarnos vacaciones: los santafesinos necesitan que le resolvamos los problemas ya”, siguió el vocero. “Le pedimos a la oposición y en especial al presidente de la Cámara de Diputados, Miguel Lifschitz, responsabilidad para dejar de lado las diferencias político partidarias” y poner “por delante los problemas de los santafesinos.

“Evidentemente”, el bloque de Lifschitz y sus aliados de ayer (los bloques de Macri y de Granata) prefieren resguardar sus privilegios, no salir de la zona de confort y darle las espalda a las necesidades de la gente”.

Nosotros lo venimos diciendo: la provincia está en emergencia. No es un capricho. Es una realidad de la cual hay que ocuparse. Lo dijo muy claro el gobernador Omar Perotti hay que lograr un gran acuerdo en Santa Fe para que no haya más hambre”.