Luego de años de renegar de la política, en Juntos por el Cambio llegaron a politizar hasta los saludos de Año Nuevo. Así, los tradicionales mensajes de sus principales dirigentes estuvieron cargados de mensajes a su núcleo duro de no aflojar y prepararse para resistir al gobierno de Alberto Fernández. El más necesitado de hacerlo pareció ser el ex presidente Mauricio Macri, quien publicó un extenso texto donde les habla a las personas que quedaron desilusionadas con su derrota y despliega una metáfora en la que Juntos por el Cambio sería como un río que se abrirá paso ante cualquier obstáculo. Menos apurado por ocupar el lugar de líder opositor, el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, recurrió a un saludo no tan cargado de connotaciones. En tanto, Patricia Bullrich --la elegida por Macri para alinear a la tropa-- pidió que haya años con "unidad y concordia", lo opuesto a la estrategia de polarización que acicatean.
Sin abandonar el estado vacacional que adquirió apenas dejó el gobierno nacional, el ex presidente Macri decidió volver a dirigirse a sus votantes con un mensaje de Año Nuevo. Hizo caso omiso, una vez más, de la crisis económica que le dejó a la población y aseguró que "es un día especial porque sirve para dar un nuevo comienzo a todos los sueños, las esperanzas. Por eso, brindemos con alegría por el tiempo que está por venir". Pero el texto, que se tituló "El río del cambio", tuvo un claro objetivo de arengar al núcleo duro.
"En estos días recibí algunos mensajes de personas que se sienten desalentadas porque creen que el cambio que comenzamos a hacer en 2015 quedó inconcluso --comentó Macri--, pero tenemos que recordar que nada ni nadie puede detener el cambio que pusimos en movimiento." A esa inevitabilidad de las políticas económicas que aplicó Cambiemos con los resultados ya vistos, Macri la transformó en otra metáfora natural de las que fueron frecuentes en su mandato ("turbulencias", "tormenta", etcétera): "El cambio que nosotros emprendimos juntos pertenece a la fuerza transformadora de la época. No importa quién gobierne, tarde o temprano deberá orientarse al cambio, alinearse en la misma dirección en la que íbamos o dejar lugar a otros que se dirijan hacia ahí". De esta manera, Macri postuló que un Gobierno que no siga las políticas que implementó terminará por "dejar lugar a otros" que, insoslayablemente, irán en la dirección que marcó su gestión.
"Si tuviera que usar una imagen diría que el cambio es como un río. Avanza de forma imparable. Si el río encuentra obstáculos, los supera. Si esos obstáculos son grandes se desvía todas las veces que sea necesario pero siempre vuelve a su rumbo. El zigzag no cambia ni un milímetro el destino del río. Es más, a veces, cuando un obstáculo trata de encerrar al río, el río se acelera, adquiere más fuerza y se vuelve más poderoso", metaforizó Macri. "Acá estamos, todos, juntos", concluyó su salutación.
Macri tiene pensado eventualmente retornar para ocuparse de "coordinar" al espacio opositor. En el PRO, el ex presidente dispuso que en febrero pase a presidirlo Patricia Bullrich, una decisión que por ahora no es resistida por el larretismo ni por María Eugenia Vidal, aunque seguramente la ex ministra no es la persona que elegirían esos dirigentes. Larreta, por su parte, se ocupó de ubicar en la futura estructura partidaria al ministro de Ambiente porteño, Eduardo Macchiavelli, uno de sus hombres de confianza.
Sin la extensión del texto de Macri, Bullrich también dio un mensaje de fin de año con un contenido político. Lo hizo en un video en Twitter en el que dijo: "Quiero desearles a todas las familias argentinas un gran 2020. Que haya unidad, paz, concordia, amor entre toda la familia".
Curiosamente, es lo opuesto de la estrategia de polarización que viene acicateando Bullrich, con confrontación permanente de los gobiernos recién llegados, tanto en el Congreso nacional --donde no dieron quórum en Diputados para el primer paquete de leyes de Fernández-- como en el bonaerense, donde ella festejó que le bloquearan la Ley Impositiva al gobernador Axel Kicillof.
Supuestamente en vías de retirarse de la política partidaria, la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, envió un saludo más tradicional, pero en el que advirtió que en marzo retornará: "Acá desde los 50 grados de Resistencia, en la casa de mi mamá, les mando un beso a todos. Y decirles que en enero y febrero no voy a estar cerca en Buenos Aires", avisó. Carrió presentó su renuncia como diputada a partir del 1 de marzo, pero todos en la oposición descuentan que no se retirará realmente de la arena política.
Aparentemente con menos necesidad de disputar el liderazgo de la oposición por el momento, Larreta también recurrió a un saludo más clásico: "¡Muy feliz Año Nuevo para todos! Quiero desearles un gran 2020 a los vecinos de la Ciudad y a todos los argentinos. Que este nuevo año nos encuentre unidos y trabajando juntos para que todos podamos vivir mejor". Como en la canción de los Rolling Stones, el jefe del gobierno porteño sabe que el tiempo está de su lado: cuantos más meses pasen con Macri en el llano y él ocupando un lugar de gestión, más se consolidará su lugar como presidenciable. No obstante, Larreta no espera sentado, sino que viene trabajando en acuerdos con los radicales y con otros dirigentes, como Emilio Monzó y Rogelio Frigerio.
Por su parte, Vidal recurrió a un mensaje más intimista luego de haber perdido las elecciones y haber dejado la gobernación: "Gracias 2019 por el amor, las enseñanzas y todo lo bueno que me trajiste. 2020: te espero con ansias, para seguir cambiando". Hay dudas sobre qué lugar terminará ocupando la ex gobernadora en el armado opositor bonaerense y qué voluntad tiene de conducir ese espacio. Por las dudas, ya hay opciones de reemplazo como el intendente de Vicente López, Jorge Macri (el favorito del ex presidente), o el mismo Monzó. Queda claro que al 2020 Juntos por el Cambio lo recibió con muchas ganas de volver al poder.