Ornella Infante nació en Santiago del Estero, en un sanatorio de la calle San Martín. Su hogar fue y es de laburantes, una casona en la que siguen viviendo abuela, madre/padre, primes y amigues. Como mayor de 4 hermanes, se autodenomina “la oveja multicolor de la familia” de esa troup que gusta de juntarse en fiestas con chacarera, comida a rolete hecha con las manos de su mamá y la abuela Chichi que tiene como oficio “cocinar para afuera” como trabajadora de economía popular.

La abuela Chichi y Yolanda, quien ya no está, fueron trabajadoras rurales, “campesinas” en esa tierra en la que la pobreza que hace doler las manos y la panza tiene pocos apellidos como propietarios. La Chichi fue la primera que la fotografió en los carnavales santiagueños en los que Ornella llevaba un espaldar de amazonas al ritmo de samba y batukadas con su metro ochenta y sobre tacos estileto. Hoy recuerda: “Los carnavales eran un espacio de libertad y contención popular durante tres días. En ese espacio nadie tenía capacitación en género y diversidad, y sin embargo éramos una más con todes” Lo dice a conciencia, con una complicidad reivindicatoria de esos sectores populares sobre los que muchas veces las tilingueada nacional proyecta fantasmas de exclusión, más propios de las familias típicas pequebu y urbanas.

EL CAMINO DE SANTIAGO

Pero Ornella no esperaba los carnavales para soltar corpiño y darle batalla a la exclusión. Además de sus abuelas: “mi tío Rudy y su compañera, la tía Marta fueron confidentes y sostén cuando no tenía laburo. Tuve un intento de prostitución, pero no funcionó porque no me comía ni el ácido, a pesar de que no estaba tan mal” dice entre carcajadas. A diferencia de eses varies militantes fetiches que la burocracia multilateral de la diferencia construyó y construye con los motivos más diversos, Ornella se formó al calor de vecindades populares, de migraciones entre provincias, de militancias y luchas que solo son puntuales para el ojo generalista del paper universitario, los espacios políticos socialdemócratas sin densidad histórica o el informe de la coopereta de la autodenominada “sociedad civil” que imprime gracias a papel garpado por empresas o Estado. Ornella comenzó su carrera moral y política también en la casa de su “mai” trans: “la” Marcela Dorado, matrona mítica de la tierra del bombo, que fue quien la bautizó con ese nombre tan adecuado a ese maridaje étnico que le dio ojos claros a la actual funcionaria. La casa de “la” Dorado era tan privada y política como todo espacio que forma parte de esas redes gigantes en las que se resistió, y aún se hace, los mandatos del patriarcado y el machismo por parte de las trans populares. Allí entre mates, alcoholes y lo que la sabia naturaleza hace nacer, miles de trans tejieron sus identidades y sus redes. Junto a Marcela, la patrona, hubo otra trans hermana y guía de la que Ornella guarda un recuerdo de pitonisa “Fue la Pelusa la que me dijo todo lo que tendría que enfrentar cuando decidí que sería trans. Ella me lo adelantó y me alentó a dar la pelea por lo que yo quería.”

Ornella fue convocada por la Dra. Victoria Donda de la agrupación política Somos y del Movimiento Barrios de Pie a ser parte de la nueva gestión del INADI. Y esta articulación no es azarosa, sino, dice Ornella, “Es el resultado de trabajo conjunto de un feminismo popular que tanto el Movimiento Evita, como en Barrios de Pie y la CCC han construido en estos últimos años en resistencia al neoliberalismo que arrasó a nuestro país, trabajadores/as, clase media, economía popular, agricultura familiar, pymes, jóvenes, pueblos indígenas, personas con discapacidad, migrantes, entre otres tantes.”

CURRICULUM Y VIDA

Allí en Santiago tuvo su primer emprendimiento económico, puso una tienda con una amiga, pero la crisis del 2001 le hizo buscar nuevo horizonte que aliviara a la familia y le permitiera sobrevivir. En Santiago arreciaba la pobreza en la ciudad y en la familia por lo que decidió comenzar a peregrinar. Así se fue Neuquén donde se encontró con quien sería su novio/marido durante mucho tiempo hasta su muerte en un accidente automovilístico y con quien montó un bar en sociedad con un machirulo que les cagó el negocio en la primera de cambio. En esos tiempos, dice Ornella, “Empecé a militar en el movimiento LGBT. Y allí apareció Claudia Pía Baudracco que fue la primera y única activista trans que cruzó la General Paz para formar cuadros. Y ella insistía, como hizo con tantas otras en todas las provincias argentinas, que debíamos entrar en política partidaria, más precisamente en el Partido Justicialista. También fue en ese momento en el que conocí a muches militantes de la Federación Argentina LGBT de todo el país” Y sigue: “Para mi militar fue no solo desnaturalizar las violencias de las que era objeto como parte de un colectivo social por identidad y exclusión, sino también deconstruir esos cuidados familiares que para mi fueron una red, pero que no es nada común en la mayoría de nuestres compañeres… Trabajé junto con ATTTA, la organización nacional de la que soy parte, de la Primera Vigilancia Epidemiológica que hicimos con las compañeras en todas la provincias durante el Gobierno de Néstor Kirchner, que nos volvió por primera vez sujetas de una política nacional, en la que llegamos a datos sobre la esperanza de vida de la comunidad trans en nuestro país y sobre las condiciones de pobreza y exclusión social, cultural, económica y política en la que vivíamos.

Y pateando provincias, pueblos, barrios, villas, asentamientos, visitando casas de chicas trans cara a cara, Ornella comenzó a conjugar su militancia sociopolítica con su militancia en el PJ de la Provincia de Río Negro con la ex Diputada Provincial de Río Negro Susana Dieguez de la que fue asesora en temas de derechos humanos, diversidad y género. Luego se sumó al Frente Nacional por la Igualdad del Movimiento Evita donde pronto articuló las demandas de la diversidad sexo genérica con otros reclamos como ser los de pueblos indígenas, afros, migrantes, liberades, y los sectores populares que ella designa y articula como “los últimos de la fila como sostiene Emilio Pérsico dirigente de nuestro movimiento, del cual yo soy Secretaría General en Río Negro y parte de la Conducción Nacional porque para mi nosotres no somos iluminades de la política que pretenden generar una solo política pública para un sector que garpa en campañas, sin parte de los sectores populares que luchan por la libertad y la igualdad concreta.”

Ornella se referencia en las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, en los/as militantes lgbt que conocí en la FALGBT, en la militante trans Claudia Pía Braudacco que es, afirma, “La única que pateó las profundidad de todas las provincias, y la saliente Diputada Nacional Silvia Horne, ex miembro del Montoneros y ex presa política, feminista peronista aguerrida que nunca hace cuentas cuando un derecho debe ser reivindicado y siempre desde una humildad que pocas veces vi y les deseo a todes. En la política de Río Negro tengo que agradecer a estes compañeres, y a los que no son el machirulaje que todavía ronda en la política de mi provincia y que van a pasar al olvido de la historia”

Desde hace una semana es Directora Nacional de Políticas contra la Discriminación por lo que tiene a su cargo una importante área de este organismo descentralizado desde donde, afirma,Vamos a volver a hacer de la política una herramienta de transformación, sobre todo para les pobres y les excluides. En este contexto la discriminación es un mecanismo transversal y concurrente con otros de maneras complejas que requieren del Estado una intervención de co construcción de derechos para les vulnerades con una mirada que nos cruza desde nuestra especificidad.” Y agrega: “En este sentido, Victoria Donda nos indicó hacer que el INADI llegue a todas las provincias, los pueblos y los barrios, lo que vamos hacer no solo con políticas de capacitación, sino también de promoción, intervención, denuncias, legislación, dispositivos de contención, siempre con las organizaciones y movimientos sociales, poniendo nuestro cuerpo que todes hemos construido de una u otra manera a circular.Y rápida, recordando el chiste que se autodedicó, remata: “Como dijo nuestro Presidente Alberto Fernández, la discriminación deber ser imperdonable. Por eso nuestra militancia será activa, con nuestros cuerpos vamos a corroer, como ácido, todo aquello que insista en producir poblaciones desvalorizadas material y simbólicamente y rescatar a las que la les fue arrebatada por la miseria, la represión y la discriminación planificada de estos cuatro últimos años.” En los pasillos del INADI les trabajadores no ocultan su alegría, varies piden sacarse fotos con Victoria y con Ornella, lejos de años en los que sus titulares se dedicaron a hostigar trabajadores y logró que la discriminación fuera problema en la agenda del Estado. Y así será nuevamente.