Cuando asumió su cargo en 1984, la NBA estaba lejos de ser la Liga modelo, millonaria y globalizada que conocemos hoy. Los escándalos por drogas, las peleas entre jugadores y el racismo desprestigiaban una competencia que no terminaba de crecer, además de estar aislada del resto del mundo, ya que sus estrellas ni siquiera competían con los demás jugadores internacionales.
Sin embargo, en los 30 años de su gestión hasta su retiro en 2014, David Stern convirtió a la NBA en un fenómeno impactante a lo largo del planeta. Por eso su muerte ocurrida el miércoles despertó la tristeza de numerosas estrellas, que lloraron el fallecimiento del hombre que cambió la historia de la competencia.
Stern, de 77 años, estaba internado en grave estado en un hospital de Nueva York después de sufrir un repetino derrame cerebral mientras cenaba en un restaurant. Había sido operado de urgencia el 17 de diciembre, y desde entonces su estado no había mejorado. A través de un comunicado, la NBA confirmó su fallecimiento y, desde ese momento, las grandes estrellas del básquetbol de ayer y hoy lamentaron su partida.
Michael Jordan, ícono del despegue de la NBA bajo el mandato de Stern, lo despidió con palabras muy sentidas en la página web de Charlotte Hornets, la franquicia que preside. "La NBA no estaría donde está hoy. Guió la liga durante tiempos turbulentos y la convirtió en un fenómeno internacional, creando oportunidades que pocos hubieran imaginado", expresó el mítico ex jugador de Chicago Bulls.
Earvin "Magic" Johnson, otro de los fenómenos que aprovechó Stern para vender a la NBA en Estados Unidos y el mundo, también lo despidió con un recuerdo muy particular: fue el propio Stern el que avaló que el astro pudiera volver a jugar después de anunciar que tenía SIDA en 1991. "David me permitió jugar en el All Star Game de 1992 en Orlando y luego jugar para el Dream Team olímpico un año después de conocerse que tenía el virus del Sida", remarcó el ídolo de Los Angeles Lakers.
Las palabras de los dos icónicos ex jugadores sintetizan el sentir del mundo NBA, que le reconoce a Stern la transformación que llevó adelante. Por eso personalidades que ni siquiera jugaron bajo su mandato, como el mítico Bill Russell, o que desarrollaron toda su carrera bajo su ala como Scottie Pippen, coincidieron en el dolor: "David fue un gran innovador e hizo que el juego que amamos sea lo que es hoy. Es una pérdida horrible", publicó Russell, de 85 años y ganador de 11 títulos con Boston. "Fue un innovador que ayudó a que nuestro deporte se convirtiera en un juego global y su impacto nunca será olvidado", dijo por su parte Pippen, ganador de seis títulos con Chicago Bulls. Actuales estrellas como LeBron James, Stephen Curry y James Harden también expresaron su dolor.
Algunos números publicados por la cadena ESPN tal vez permitan entender el significado que tuvo la labor del dirigente fallecido: los ingresos anuales de la Liga, a través de los contratos televisivos, aumentaron 40 veces; el salario promedio de los jugadores pasó de 250 mil dólares al año en 1984 a más de 5 millones al momento de su retiro; y el valor de las franquicias se disparó al superar una gran mayoría los 1.000 millones de dólares.
Pero no sólo se trató de números. El liderazgo y la visión de Stern lo transformaron en uno de los dirigentes deportivos más importantes del mundo. Su alianza estratégica con el antiguo presidente de Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, permitió uno de los grandes cambios del deporte moderno: el arribo de las estrellas de la NBA a los Juegos Olímpicos, que se vio coronado en 1992 con la aparición del Dream Team en los Juegos de Barcelona, el fantástico equipo que reunió a Jordan, Magic Johnson y Larry Bird, entre otras megaestrellas.
Pero el mandato de Stern también tuvo un impacto enorme dentro de las estructuras de la NBA. Bajo su gestión se incorporaron siete nuevas franquicias, dos de ellas fuera de los Estados Unidos: Charlotte, Miami, Minnesota, Orlando, Toronto, Vancouver y el regresó a Charlotte (con los Bobcats) cuando los Hornets se fueron a Nueva Orleans. También resultó una pieza clave para la creación de la WNBA, la Liga profesional femenina, que empezó a disputarse en 1997.
Su mirada para ampliar el negocio llevó a que se fijara en otros mercados, visión que posibilitó el arribo de figuras internacionales que le dieron otra dinámica a la competición. Además, incentivó a que la Liga comenzara a disputar partidos oficiales y de pretemporada en México, Europa y países asiáticos. Incluso, llegó hasta Brasil, aunque el partido que Flamengo jugó ante Orlando Magic en Río de Janeiro en 2015 se hizo después de su retiro, cuando ya era comisionado emérito, el cargo que ejerció hasta su muerte.
En ese sentido, tal vez la operación símbolo de su gestión haya sido el arribo de Yao Ming a la NBA en 2002. La incorporación del pívot chino a los Houston Rockets abrió un negocio de miles de millones de dólares para la NBA, relación que aún perdura a pesar del retiro del gigante hace casi una década.
Amante de los jugadores que aportaban al espectáculo, Stern se declaró admirador de Emanuel Ginóbili, del que llegó a decir que Estados Unidos tenía "una deuda de gratitud" por todo lo que había aportado para que las estrellas locales quisieran representar al país en competencias internacionales. "Ha sido un placer observarlo liderar el equipo argentino y, en cierto sentido, eso inspiró lo que pasó con nuestro seleccionado, que no era necesariamente el lugar donde querían estar nuestros jugadores", dijo cuando todavía era comisionado de la Liga. Hoy, la NBA llora la muerte de su máximo impulsor.