El comandante de la fuerza de elite Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, el general Qasem Soleimani , fue asesinado en la madrugada del viernes durante un bombardeo realizado por orden de Donald Trump. El ataque alcanzó al auto en que se retiraba del aeropuerto de Bagdad y también causó la muerte de Abu Mehdi al Muhandis, el número dos de las proiraníes Fuerzas de Movilización Popular (FMP), que lo había ido a recibir al aeropuerto.
El ataque representa un salto de consecuencias impredecibles en la escalada que en las últimas semanas protagonizaron las fuerzas estadunidenses con los movimientos proiraníes en Irak. Estados Unidos e Irán son los dos principales aliados de Bagdad, pero amenazan convertir el territorio iraquí en el campo de batalla donde se dirimirá el futuro de Medio Oriente. Trump convirtió a Teherán en su principal enemigo en los últimos años y busca debilitar sus posiciones en toda la región. Por su parte, Irán considera a Irak, con el que comparte una extensa frontera, como un punto vital para su seguridad.
El comunicado del Pentágono
Después de que las FMP denunciaran el ataque, el Pentágono dio a conocer un comunicado reconociendo la acción. “Bajo la dirección del Presidente, el ejército de los EE.UU. ha tomado medidas defensivas decisivas para proteger al personal, al matar a Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Islámica, una organización terrorista extranjera designada por Estados Unidos. El general Soleimani estaba desarrollando activamente planes para atacar a los diplomáticos y miembros del servicio estadounidenses en Irak y en toda la región. Este ataque tenía como objetivo disuadir futuros planes de ataque iraníes. Estados Unidos continuará tomando todas las medidas necesarias para proteger a nuestra gente y nuestros intereses en cualquier parte del mundo", aseguró el Departamento de Defensa.
Por su parte, el propio Donald Trump se limitó a tuitear, minutos antes de que se difundiera el comunicado, una bandera norteamericana sin ningún texto acompañándola.
La escalada en Irak
La última escalada
empezó el viernes pasado, cuando fue asesinado un contratista estadunidense. Washington responsabilizó a Irán por su muerte y el domingo realizó cinco bombardeos en la frontera entre Irak y Siria sobre posiciones de las FMP, que causaron por lo menos 25 muertos. Como respuesta, centenares de manifestantes proiraníes rodearon el martes pasado la fortificada embajada de EE.UU. en Bagdad
y atravesaron su muro exterior al grito de “¡Muerte a los Estados Unidos!”, en una acción que recordó la toma de la embajada norteamericana en Teherán por los seguidores del ayatolá Jomeini, una humillación que le costó la presidencia a Jimmy Carter. El presidente Trump prometió vengarse y cumplió con creces con la muerte del general Soleimani, un antiguo objetivo del Pentágono, que desde abril de 2019 considera al Quds como una “organización terrorista”.
Cómo fue el bombardeo
El Pentágono se encargó de difundir que Soleimani acababa de llegar al aeropuerto de Bagdad en un vuelo procedente de Siria o Líbano, en compaía del dirigente de las FMP Mohammed Ridha Jabri. Allí fueron recibidos por el número dos de esa organización, Al Muhandis, y emprendieron juntos el viaje en dos vehículos que fueron bombardeados apenas abandonaban el aeropuerto.
La reacción iraní
El ministro de asuntos extranjeros de Irán, Mohammed Javad Zarif, denunció “una escalada extremadamente peligrosa e imprudente” y resaltó que los Estados Unidos “tendrán que hacerse cargo de todas las consecuencias de su aventurerismo irresponsable”. También se encargó de destacar que Soleimani había sido “el más efectivo combatiente contra el Estado Islámico”.
En su cuenta de Twitter, escrita en farsi, el ayatolá Jamenei llamó a vengar la muerte del general. “El martirio es la recompensa de su incansable trabajo de todos estos años. Si Dios quiere, su obra y su camino no se detendrán jamás y una venganza implacable espera a los criminales que se han manchado las manos con su sangre”, declaró el dirigente iraní. En la misma línea, el antiguo jefe de la Guardia Revolucionaria, Mohsen Rezai, escribió también en Twitter que “Soleimani se unió a nuestros mártires, pero nuestra venganza sobre América será terrible”.
Más allá de los comunicados, se convocó a una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad Nacional para analizar cuál se la respuesta iraní al ataque.
La reacción demócrata
“La peligrosa escalada de Donald Trump nos acerca aún más a otra guerra desastrosa en Medio Oriente”, fue la primera reacción de Bernie Sanders, uno de los principales animadores de las internas demócratas para las próximas elecciones presidenciales.
Otro de los principales contendientes, el ex vicepresidente Joe Biden, aseguró que “el presidente Trump acaba de tirar un cartucho de dinamita en un polvorín, y le debe al pueblo norteamericano una explicación por lo que hizo”.