El presidente Donald Trump firmaría mañana un nuevo decreto antiinmigratorio, después de su fallido intento por prohibir la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana. Después del revés que sufrió con la Justicia, que impidió la ejecución de la iniciativa, esta nueva orden ejecutiva eximiría a los residentes y titulares de visas, aunque todavía se desconoce el texto original.

Las versiones sobre las modificaciones al veto antiinmigratorio, que firmó el 28 de enero, crecieron en las últimas dos semanas. Incluso, se creía que el nuevo texto sería develado el miércoles, pero después de la aprobación al discurso del presidente en la apertura de sesiones del Congreso, intentaron “mantener el impulso positivo”.  El sábado, se volvieron a a encender las alarmas porque Trump se reunió en su residencia de Florida con miembros de su gabinete como el secretario de Seguridad Nacional, el general retirado John Kelly, su estratega jefe Stephen Bannon y el Fiscal General Jeff Session

Los abogados del Departamento de Justicia esperan que el nuevo decreto tenga más probabilidades de resistir los desafíos legales, teniendo en cuenta que la medida anterior fue fuertemente rechazada por la justicia federal, que consideró que iba en contra de la Constitución. La administración afirmó de todas formas que acudirá a la Corte Suprema de Justicia para seguir luchando para que aprueben la constitucionalidad del “viejo” veto.

Uno de los principales argumentos de los detractores del proyecto era que suponía un ataque a la Primera Enmienda de la Constitución, en tanto discriminaba sobre la base de la religión al dejar entrar solamente a cristianos. La nueva orden eliminaría una excepción a la prohibición de refugiados para las minorías religiosas, según el Washington Post. Además, es posible que Irak salga de la lista de países afectados en la nueva orden, en reconocimiento a su papel en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), y que se incluya a los ciudadanos de otras naciones no recogidas en el primer decreto.

Habría un intermedio entre el momento en que se firme la orden y cuando surta efecto, con la esperanza de evitar los problemas que se le presentaron cuando se implementó la última orden: los colapsos en los aeropuertos, las manifestaciones en su contra y la batalla librada y ganada por la Justicia. Algunos especialistas vaticinan nuevos enfrentamientos porque consideran que la emisión de nuevas visas no sería suficiente por sí sola para superar los requisitos legales.