Otitis, hongos, picaduras, intoxicaciones y enfermedades respiratorias por el uso de aire acondicionado, son algunas de las afecciones de salud más frecuentes durante el verano y si bien la mayoría no son graves --a excepción de las neumonías por gérmenes--, sí son molestas y complican la vida diaria.
La otitis externa --una afección muy común-- es la infección del conducto auditivo externo que se produce usualmente por microlesiones que se generan al rascarse o con el uso de hisopos para la higiene de la zona, lo que altera las barreras naturales. "Para prevenir, sobre todo en personas con otitis frecuentes, se deben utilizar gotas luego de la exposición al agua. Puede usarse alcohol boricado o alcohol isopropílico. En ningún caso es conveniente la autohigiene del conducto, ya que el cerumen contiene ácidos grasos que protegen naturalmente a la piel de la infección bacteriana", explicó el Hospital de Clínicas.
Las intoxicaciones también son frecuentes por el aumento de las temperaturas y se manifiestan frecuentemente con diarreas, vómitos, dolores estomacales y fiebre. Poeso se recomienda extremar los cuidados: no tener los alimentos a temperatura ambiente, conservar los alimentos cocinados o no cocinados en la heladera y consumirlos en el menor tiempo posible, lavar bien las frutas y verduras y, al igual que en el resto del año, higienizarse las manos antes de comer y después de ir al baño.
Por otra parte, el uso de insecticidas no tóxicos, dispositivos con enchufe y repelentes puede prevenir la picadura y mordeduras de mosquitos (es importante aumentar la prevención por la circulación de virus como el del dengue, por ejemplo), orugas, avispas, abejas y arañas.
En relación a los aires acondicionados, la doctora Ana Putruele, jefa de la División Neumonología del Hospital de Clínicas, explicó que "los problemas más graves se relacionan con los gérmenes acumulados en los filtros sucios del aire acondicionado cuando no hay un mantenimiento adecuado".
Entre estos gérmenes, el más conocido es la bacteria Legionellapneumophila, responsable de una neumonía que puede ser grave; otros de los principales contaminantes del aire son los hongos Aspergillus niger y Aspergillus fumigatus, que provocan rinitis, asma, neumonía o neumonitis por hipersensibilidad.
Putruele señaló que, además, "debido a que los aires acondicionados secan los conductos nasales, pueden causar irritación en las membranas mucosas", por lo que su uso prolongado puede ocasionar resfríos, laringitis, faringitis, sinusitis, crisis de alegrías, broncoespasmos en personas asmáticas y episodios de agravamiento de EPOC en casos más complejos.
La especialista sugirió en los ambientes donde hay niños, sobre todo menores a un año, "ventilar con frecuencia las habitaciones, una hora al día como mínimo; de esta manera, aprovecharemos también para hacer descansos ya que no es recomendable tener continuamente en marcha el aire acondicionado".
Otro tema es que "hay que limpiar los filtros del equipo con frecuencia y garantizar su higiene, ya que se pueden acumular en su interior el polen, polvo, ácaros y hongos. También es muy importante que el chorro de aire no esté enfocado directamente a los más pequeños", concluyó.