El presidente del gobierno catalán, Quim Torra, anunció este sábado que recurrirá al Tribunal Supremo español en busca de la suspensión de la resolución de la Junta Electoral que lo inhabilitó como diputado en el parlamento de Cataluña.
La decisión de la autoridad electoral anunciada el viernes, fruto de una condena por desobediencia contra el dirigente independentista, causó debate en España sobre si conlleva también la pérdida del cargo presidencial. Torra fue sancionado en diciembre por no haber retirado símbolos secesionistas de edificios públicos durante la campaña para las elecciones de abril de 2019. Un recurso de los partidos de derecha amplió la sanción a la pérdida de su acta de diputado. Y como la presidencia del gobierno catalán solamente puede ejercerla un diputado, la inhabilitación lleva a que también deje la presidencia.
"Una Junta Electoral escogida por partidos y por un sorteo pretende inhabilitarme. No lo permitiré si así lo decide este Parlamento", dijo Torra este sábado ante el pleno del parlamento regional. "La desobediencia ante los ataques a la democracia, ante las injusticias y los abusos, no es sólo un derecho, sino una obligación para cualquier gobernante y ciudadano", agregó, y estimó que es "un deber para cualquier presidente de un país", por lo que piensa "continuar siendo presidente de Cataluña y diputado" si así lo ratifican los diputados catalanes.
En un comunicado, Torra anunció su intención de presentar inmediatamente "un recurso contencioso administrativo de protección de derechos fundamentales ante el Tribunal Supremo" y pedir la "suspensión de la resolución impugnada". La pena de inhabilitación no debía aplicarse hasta que la sentencia fuera firme una vez el Tribunal Supremo respondiera a un recurso presentado por el afectado.
Torra defendió que sólo el parlamento regional, controlado por los nacionalistas, puede apartarlo de sus funciones. La polémica estalla en un contexto político delicado, en pleno debate de investidura del socialista Pedro Sánchez en el Congreso español, donde subrayó su voluntad de hacer del diálogo en Cataluña "una prioridad absoluta".
El actual jefe de gobierno en funciones tiene los votos para ser reconducido al poder tras acordar una coalición con Unidas Podemos y pactar con varias formaciones regionales, entre ellas los independentistas catalanes de Esquerra Republicana de Catalunya.
Este partido, que integra el gobierno de Torra de la formación Juntos por Cataluña, garantizó su abstención en la investidura de Sánchez a cambio de una "mesa de diálogo" para solucionar la crisis en la región. “Persistimos en la apuesta por la vía política", dijo el coordinador y número dos del gobierno regional, Pere Aragonés.