La primera decisión que adoptó el nuevo equipo de Aerolíneas es volver a llevar los vuelos regionales a Aeroparque. El objetivo es hacer de esa terminal un punto de conexión entre los vuelos internaciones y el cabotaje para estimular el turismo y la operatoria del Grupo de Bandera (Aerolíneas y Austral). “La desregionalización del macrismo lo que hizo fue destruir el "hub" Buenos Aires, porque desconectó los vuelos regionales de los de cabotaje para Aerolíneas”, explica el presidente de Aerolíneas Argentina, Pablo Ceriani. El directivo reconoce que la aplicación del impuesto al dólar estimulará el turismo receptivo y el cabotaje. “Aerolíneas tiene que ser una fuente que potencie la generación de dólares a partir del desarrollo del turismo”, afirmó Ceriani en diálogo con este diario.
--¿Cuál será la estrategia de corto plazo?
--La apuesta nuestra es poner a punto y en valor los activos que tenemos e ir creciendo y mejorando la flota que tenemos. La competitividad de las aerolíneas en general, y de Aerolíneas Argentinas, tienen que ver con el hub que puede ofrecer. Cuanto mejor sea esa red de conexiones, va a haber una mayor fidelización. Para eso hay que tener un hub que permita conectar con la mayor cantidad de ciudades posibles y frecuencias posibles, (para) que la cantidad de tráfico sea alta. Lo fundamental es fortalecer el de Buenos Aires, que sea potente y atractivo para los turistas y pasajeros y esté potenciado, porque va a tener que competir con los otros, que están concentrados y son muy grandes: Lima, Santiago y San Pablo. La desregionalización del macrismo lo que hizo fue destruir el hub Buenos Aires, porque desconectó los vuelos regionales de los de cabotaje para Aerolíneas.
--¿Por eso se vuelve a operar cabotaje en Aeroparque?
--Sí. Tenemos el problema de que Buenos Aires tiene dos aeropuertos (Aeroparque y Ezeiza) y lo mejor es tener uno. Pero con la desregionalización el problema empeoró. Porque antes se recibían todos los vuelos de países limítrofes y se ofrecía el cabotaje para las ciudades turísticas que quisieran dentro de la Argentina. Y mudaron todo a Ezeiza para dar espacio a las low cost.
--¿Un mayor tráfico en Aeroparque no requerirá mayor inversión para evitar un colapso?
--Siempre. El problema que tiene el hub Buenos Aires, como la Argentina en general para su crecimiento, es la infraestructura. Tenemos un problema gigante de infraestructura y no se hizo nada en estos cuatro años. Lo que se había hecho hasta 2015 fue hacer crecer a Aerolíneas y eso empezaba a saturar Aeroparque y Ezeiza. La segunda etapa era invertir en infraestructura. fuertemente. Y este es el desafió hacia adelante que tenemos.
--¿Se puede dar solución a la conexión a Aeroparque para quienes lleguen a Ezeiza?
--Es un problema, pero no solo de Buenos Aires. Hay ciudades en el mundo que tienen más de un aeropuerto. Hay distintas alternativas para mejorar la conectividad entre Ezeiza y Aeroparque. Nosotros habíamos puesto un servicio de transporte, que lo contrataba Aerolíneas y lo operaba Intercargo, y el macrismo lo eliminó. Alguna solución de ese tipo tendremos que ver y trabajar con Transporte y la Ciudad para mejorar la conectividad Ezeiza y Aeroparque.
--¿Ezeiza mantendrá algunos vuelos de cabotaje?
--También pensamos desarrollar un hub en Ezeiza; es decir, que los vuelos internacionales puedan conectar con los vuelos de cabotaje desde el aeropuerto internacional. Ahora el foco es Aeroparque y a futuro va a ser Ezeiza.
--¿Esta apuesta al cabotaje es por el diferencial del dólar turista?
--En el corto plazo, sí. Y en el mediano y largo plazo, te diría que también. Aerolíneas tiene que ser una fuente que potencie la generación de dólares a partir del desarrollo del turismo. Uno de los objetivos es trabajar muy fuerte con turismo. Hoy estuvimos con el ministro Matías Lammens, y la idea es traer turistas y pasajeros a la Argentina a los distintos destinos del país. Lo del tipo de cambio lo podemos aprovechar, pero el turismo es una fuerte de ingreso enorme.
--¿Se van a seguir desarrollando corredores federales que no pasen por Buenos Aires?
--Sí, pero todavía tenemos mucho espacio para crecer en las rutas troncales.
--¿Se puede convivir con las low cost?
--Sí, siempre y cuando las low cost cumplan con la normativa aeronáutica y estén reguladas. En Europa y Estados Unidos funcionan porque hay un nivel de regulación férreo muy efectivo sobre esas compañías. Acá se hizo la vista gorda. Por eso es muy importante el trabajo de la ANAC de ahora en más. El problema de fondo es que con las tarifas que se les permite aplicar el negocio no es sustentable.
--¿Por la eliminación del piso tarifario?
--Sí. No puede ser que las tarifas no paguen el combustible. No puede permitirse que las compañías trabajen a pérdida para ganar mercado. Lo que hacen es llenar los aviones a una tarifa ridículamente baja y por eso se genera una situación de quebranto económico que hace insostenible la operación a toda la industria. Esto pasa en todos los mercados del mundo en los que no se regula.
--Hubo despidos de directivos. ¿Habrá un ajuste más general?
--Había un plantel gerencial mayor que lo que tenía la empresa en 2015. Para nosotros el plantel de gerentes estaba sobredimensionado para la estructura necesaria. Por un lado, achicamos la estructura y, por el otro, trajimos a nuestro equipo. Pero no es un plan de ajuste. Por el contrario, con el plan de expansión se va a necesitar más personal operativo, como gente de rampa, maleteros, tripulantes y pilotos. La estructura tiene que estar ajustada a las necesidades de la compañía. Por ejemplo, con el macrismo no se contrataron telefonistas para call centers de Aerolíneas, que son los que venden los pasajes y genera los ingresos, pero sí más cantidad de gerentes.