Desde Madrid
En la primera votación para ser investido presidente del Gobierno español , el socialista Pedro Sánchez no logró reunir la mayoría parlamentaria que exige la ley, y deberá someterse a una segunda prueba de confianza, en la que solo necesitará obtener más síes que noes.
Como estaba previsto, el líder del PSOE no logró reunir el respaldo de 176 diputados, pero consiguió la suma de 166 (un voto más que las fuerzas opositoras) que este martes -de no producirse ningún cambio-, lo ratificará en La Moncloa después de meses de conducir un Gobierno en funciones, tras las elecciones fallidas de abril y noviembre del año pasado.
La votación estuvo precedida por los discursos de algunos portavoces de fuerzas políticas que no habían intervenido en el debate que se realizó ayer. En líneas generales, la discusión retomó la del día anterior, con una dura oposición entre las fuerzas de derecha y ultraderecha (Partido Popular, Ciudadanos, y Vox), y las de izquierda (PSOE y Unidas Podemos) y de la izquierda soberanista como EH Bildu del País Vasco, con las tensiones soberanistas como el principal disparador.
El momento de mayor tensión se produjo, precisamente, cuando la diputada de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, tachó de autoritario el discurso del rey Felipe VI en octubre del 2017, días después de que se celebrara el referéndum ilegal de independencia en Cataluña, y por el que se condenó a varios dirigentes soberanistas, entre ellos a Oriol Junqueras, líder de Esquerra Republicana de Catalunya.
Aizpurua fue interrumpida casi permanentemente durante su intervención por gritos e improperios que llegaban desde las gradas del Partido Popular y Vox, como “asesinos”, “pidan perdón”, “vergüenza”, entre otros, con los que estas formaciones buscaban atacar a EH Bildu por el pasado de dirigentes de esa fuerza como Arnaldo Otegi, que formó parte de la banda terrorista vasca ETA.
Sin embargo, el ataque de la derecha apuntaba sobre todo a criticar al PSOE por recibir la abstención de EH Bildu en la votación que el martes dará nacimiento al Gobierno de Sánchez. Un discurso más o menos similar al que el día anterior y durante las últimas semanas, el Partido Popular, Vox, y Ciudadanos utilizaron para embestir el acuerdo que los socialistas lograron con Esquerra Republicana, para que esta se abstuviera y permitiera a Sánchez lograr los 166 apoyos necesarios para ser presidente.
El escenario político parece decidido ya y solo resta que el martes se formalice lo que será la primera coalición de Gobierno de izquierdas en la historia reciente de España. Para evitar cualquier contratiempo, el candidato a presidente de los socialistas pidió a los diputados que la noche del lunes al martes, permanecieran en Madrid. La jornada de votación comenzará a las 12 del mediodía, y se espera que no muchos minutos después los diputados expresen su voluntad.
Esta jornada, mientras los periódicos del país se hacían eco de la dura oposición entre el bloque de la izquierda y el de la derecha, se anunciaron los cargos que ocuparán los dirigentes de Unidas Podemos en el próximo Gobierno. El secretario general del partido, Pablo Iglesias, será vicepresidente social; la portavoz en el Congreso, Irene Montero, conducirá la cartera de Igualdad; el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, será ministro de Consumo; la dirigente Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, mientras que el sociólogo y economista Manuel Castells estará al frente del ministerio de Universidades.
Restan menos de 48 horas para que España forme un Gobierno pleno después de poco más de un año en funciones, y en un marco de campaña política permanente que crispó los ánimos de la mayoría de los dirigentes políticos, y produjo un gran hartazgo en la sociedad. Eso, sin contar el fallo condenatorio a los líderes independentistas que organizaron el referéndum del 2017, y que agudizó aún más el conflicto en Cataluña.