La temporada 2020 de premiaciones de Hollywood empezó a pura sorpresa con la 77° edición de los Globos de Oro. En una ceremonia conducida por el comediante británico Ricky Gervais con un tono ácido e incorrecto que contrastó con los habituales discursos bienpensantes de los galardonados, se entregaron 25 estatuillas (14 para cine y 11 para streaming/TV) que dejaron varios ganadores y otros tantos perdedores. Entre los primeros están los largometrajes Había una vez…en Hollywood (se llevó tres sobre cinco) y 1917 (dos sobre tres) y las series Succession, Chernobyl y Fleabag (todas con dos). Historia de un matrimonio, El irlandés y Los dos Papas habían llegado al hotel Beverly Hilton de Los Ángeles con seis, cinco y cuatro nominaciones respectivamente, pero apenas la primera rascó un Globo. Que todas las películas ganadoras hayan nacido en estudios cinematográficos es una trompada en la cara para Netflix: las 17 nominaciones que tenían sus largometrajes se tradujeron en apenas un premio. La N roja, entonces, fue la principal derrotada de la velada, ya que las elegidas en los rubros televisivos son de HBO y la BBC.
El tío Ricky
Líneas abajo se hablará de los siempre discutibles criterios de premiación de los poco más de 90 electores nucleados en la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA, por sus siglas en inglés) que entregan los Globos de Oro. Pero antes vale destacar que la entidad ensayó un camino opuesto al del Oscar en su búsqueda de apuntalar los alicaídos números de audiencia: si en la Academia llegaron al extremo de quitar la histórica figura del presentador para dinamizar la velada, aquí apostaron por un host lo más ruidoso posible. Ricky Gervais ya había ocupado este lugar cuatro veces antes y este año volvió porque, según dijo en varias entrevistas previas, “le hicieron una oferta que no pudo rechazar”. Quien le acercó esa oferta debe haberse arrepentido apenas la lengua viperina del creador de The Office empezó a tirar los dardos más venenosos que se recuerden.
Gervais fue como ese tío desubicado que en Navidad se toma hasta el agua de los floreros, dice lo que nadie quiere escuchar y no deja títere con cabeza. “Fue un buen año para las películas sobre pedófilos: tuvimos Leaving Neverland, Surviving R. Kelly, Los dos Papas…”, dijo para generar los primeros fruncimientos de nariz. Luego reincidió en los abusos sexuales al prometer que no se suicidaría (¡chistes sobre suicidios!) como Jeffrey Epstein, el financiero estadounidense condenado por tráfico de menores y conocido como depredador sexual que se mató en la cárcel el año pasado, y más tarde dio vuelta los tópicos habituales de la corrección política de Hollywood. Sobre el racismo, por ejemplo, aseguró que iban a hacer un in memorian, pero cuando vio las fotos de los muertos se dio cuenta que faltaba diversidad porque eran todos blancos. Hasta propuso una solución a la ausencia de directoras en las ternas: que los estudios dejen de contratar mujeres.
La playlist del británico continuó con una referencia a la edad de electores (“Este año tenemos comida vegetariana, con vegetales como los integrantes de la HFPA”) y una última a los servicios de streaming coronada con un “pedido” a los futuros ganadores: "Apple entró al juego televisivo con The Morning Show, un excelente drama acerca de la importancia de la dignidad y hacer lo correcto…hecho por un compañía con talleres clandestinos en China. Ustedes dicen que han despertado, pero las empresas para las que trabajan... Apple, Amazon, Disney: si el ISIS iniciara un servicio de streaming, llamarían a sus representantes, ¿no? Si ganan un premio, no lo usen para dar un discurso político porque no están en posición de sermonear a nadie sobre nada. No tienen ni idea del mundo real. La mayoría de ustedes pasó menos tiempo en la escuela que Greta Thunberg. Así que cuando suban, agradezcan a su representante y a su dios y váyanse a la mierda". Ante una presentación de esa tónica, el presidente de la entidad, Lorenzo Soria, tomó la sabia decisión de redoblar la apuesta: “Ricky, todos los años decís que es el último. Por favor, ponelo por escrito de una buena vez”.
De soldados y estrellas de Hollywood
Quienes subieron al escenario, sin embargo, estuvieron bien lejos de hacerle caso a Gervais. Durante las tres horas y pico abundaron los discursos críticos a la gestión de Donald Trump y a la escalada bélica con Irán, además de esos mensajes empanados con corrección política sobre el medioambiente y los incendios en Australia. Incluso Russell Crowe alegó, a través de las presentadoras de turno, que no había podido viajar para recibir el Globo a Mejor Actor por la miniserie de The Loudest Voice porque estaba protegiendo a su familia de las llamas oceánicas. Mucho más interesante fue la defensa de una embarazada Michelle Williams, ganadora del premio a Mejor actriz por la miniserie Fosse/Verdon, al derecho de las mujeres “a elegir y tomar sus propias decisiones” (ver abajo) . Fue un discurso tan auténtico como el latiguillo “qué sorpresa” que dijo Sam Mendes con su flamante Globo de Oro a Mejor director por el drama bélico 1917.
Es cierto que no hay premiado que no se manifieste sorprendido ni diga que ya estar al lado de sus compañeros de terna es un orgullo o algo por el estilo. Pero aquí se notó que la sorpresa del responsable de Belleza americana (por la que había ganado su primer Globo) era real: ni él ni nadie imaginaba que podía imponerse a colegas de la talla de Quentin Tarantino, Martin Scorsese, Todd Phillips y el coreano Bong Joon-ho. “No hay director en el mundo que no esté bajo su sombra”, dijo sobre el responsable de Buenos muchachos y El lobo de Wall Street. Esa sorpresa fue aún mayor cuando se anunció que 1917 se imponía como Mejor Película – Drama por sobre los tanques de la temporada y amplios favoritos: El irlandés, Guasón e Historia de un matrimonio.
El regreso de Scorsese a su universo de mafiosos fue la gran derrotada de la noche, perdiendo incluso hasta en Actor de Reparto, donde tenía doble chance con Joe Pesci y Al Pacino, mientras que Historia… –el otro caballito de la N roja– apenas se llevó el premio a Actriz de Reparto para Laura Dern. Por su parte, la película centrada en la némesis de Batman se alzó con dos estatuillas, una por su banda sonora y otra por Actor protagónico – Drama para un Joaquin Phoenix que, por lo que se vio anoche, sigue mentalmente desequilibrado luego de haberse puesto en la piel del Joker. En los rubros femeninos protagónicos ganaron Renée Zellweger por Judy (Drama) y Awkwafina por The Farewell (Comedia y/o Musical). Hacía un buen tiempo que la ex Bridget Jones no estaba en los primeros planos de Hollywood (había ganado su último Globo diecisiete años atrás), mientras que para la otra significó su debut absoluto en materia de premios de primera línea.
La subdivisión entre Drama y Comedia o Musical hizo que Había una vez…en Hollywood, el último de los títulos con presencia constante en la temporada, fuera por la segunda rama, allanándole el camino para imponerse con holgura como Mejor Película, Actor Secundario (Brad Pitt) y Guion. Quentin Tarantino aprovechó el escenario para hacer gala de su nerdismo al dedicarle el premio a su “guionista favorito”, John Milius. Por otra parte, los Globos 2020 continuaron con esa costumbre de los electores de todas las asociaciones del mundo de nominar a Leonardo Di Caprio para luego premiar a otro, en este caso a Taron Egerton por Rocketman, la biopic de Elton John que previsiblemente triunfó en Canción Original.
Igual de predecible era que la terna Mejor Film Extranjero se fuera para Corea del Sur gracias a Parasite, que luego de haber ganado la Palma de Oro en el último Festival de Cannes se convirtió en la película de habla no inglesa más taquillera de 2019. “Una vez que superen la barrera de los subtítulos, van a conocer un mundo de películas maravillosas”, dijo su director, Bong Joon-ho, a la hora de agradecer su premio, siempre traductora mediante.
La última sorpresa en los apartados cinematográficos fue el triunfo de Sr. Link como Mejor Película animada. El último trabajo del estudio Laika (Kubo y la búsqueda samurái, Paranorman, El cadáver de la novia) es casi una producción de entrecasa al lado del tamaño mastodóntico de Toy Story 4 y El rey León. No solo por cuestiones presupuestarias, sino también por la difusión y alcance de la cada una: si la ganadora recaudó unos cincuenta millones de dólares en todo el mundo, las otras dos superaron la barrera de los mil millones. Hubo, además, premios a la trayectoria para Ellen DeGeneres y Tom Hanks, que con un discurso atolondrado y confuso demostró que es mucho mejor actor que orador.
Familias y explosiones
Los rubros televisivos recorrieron un camino algo más predecible, con HBO volviendo a demostrar el enorme poderío y capital simbólico que conserva para su disputa directa con Netflix. Su victoria fue aplastante. Como Mejor Serie – Drama fue elegida una de sus producciones estelares, Succession, mientras que Brian Cox ganó como Mejor Actor. La señal premium también se impuso en Mejor Miniserie gracias a la sorprendente Chernobyl, que se estrenó en silencio en mayo del año pasado y alcanzó el éxito gracias a un fenomenal boca a boca. La impecable recreación de la explosión de un reactor nuclear de la central de la Unión Soviética en abril 1986 consiguió una segunda estatuilla en el rubro Actor Secundario gracias al sueco Stellan Skarsgård, cuyo discurso fue el más curioso de la noche: “Nadie se acordaba de mi cara porque no tengo cejas y no pueden saber si estoy enojado o contento. No soy como Colin Farrell, que con verlo a treinta kilómetros uno ya sabe cómo está. Así que para esta serie me hicieron unas cejas postizas y acá está el resultado”, dijo mostrando el premio.
Una de las comedias más corrosivas y originales de los últimos años, Fleabag (producida por la BBC y disponible en Prime Video) se quedó con el Globo de Oro a Mejor Serie – Comedia, toda una rareza en una terna donde se suele premiar primeras temporadas (ésta fue la cuarta en ganarlo en su segunda). Su creadora y protagonista, Phoebe Waller-Bridge, se llevó para Inglaterra la estatuilla de Mejor Actriz. Otro que subió por primera vez al escenario angelino fue el estadounidense de origen egipcio Ramy Youssef al imponerse como Mejor Actor por Ramy. Olivia Colman, por su parte, logró ganar un Globo de Oro por tercer año consecutivo, en este caso como Mejor Actriz – Drama gracias a The Crown. Vale recordar que el año pasado también se había llevado el Oscar por La favorita en su primera nominación. Su eficacia, al menos hasta ahora, es perfecta. ¿Estará en 2021?
El discurso de Michelle Williams
“Cuando ponés un premio en manos de alguien, sabés las decisiones que toman como actores escena tras escena, día tras día. Pero también sabés las decisiones que toman como personas. La educación, su entrenamiento, las horas que le han dedicado al trabajo. Estoy agradecida por el reconocimiento de las decisiones que he tomado y por vivir en un momento donde en nuestra sociedad existe la libertad de elección. Pero como mujeres y chicas, hay cosas que les pueden ocurrir a nuestros cuerpos que no son nuestra elección.
He intentado vivir una vida bajo mis propios términos, no sólo con la serie de eventos que me han sucedido. Es una vida que puedo respaldar y en la que puedo reconocer mi letra. A veces algo confusa y complicada, otras más precisa y cuidadosa, pero es una vida una que he escrito con mi propia mano. Y no pude haberlo hecho sin aplicar el derecho de una mujer a elegir y tomar sus propias decisiones. Para elegir cuándo tener mis hijos y con quién.
Ahora sé que mis decisiones podrían ser distintas a las suyas, pero gracias a Dios -o a quien sea que recen- que vivimos en un país fundado en principios por los que sé que soy libre de vivir mi propio destino. Ustedes también lo son. Así que, mujeres de 18 a 118 años, cuando sea tiempo de votar, por favor háganlo a favor de sus intereses. Es lo que los hombres han hecho por años y la razón por la que el mundo se parece tanto a ellos. Pero no olviden que somos la mayoría de votantes en este país. Hagamos que luzca más como nosotras”.