Son intensas las negociaciones entre el oficialismo y la oposición en la provincia de Buenos Aires para destrabar la ley Impositiva que impulsa el gobernador Axel Kicillof. "Estamos abiertos al diálogo. Tenemos que darle la herramienta al gobernador, pero también nos debemos a nuestro votantes", señaló el intendente de Lanús, el macrista Héctor Grindetti, uno de los interlocutores de Juntos por el Cambio que pugna por quedarse también con el liderazgo opositor.
Por su parte, el intendente radical de Chacabuco, Víctor Aiola, apuntó que "por el bien de la democracia y de la provincia vamos a llegar a buen puerto. No concebimos que a los intendentes nos vaya bien y al gobierno nacional y provincial mal". Las autoridades de ambas Cámaras, Verónica Magario, del Senado, y Federico Otermín, de Diputados, convocaron esta mañana a los jefes de bloque de la oposición para apurar las tratativas y lograr que se trate la ley en la sesión extraordinaria del miércoles.
La reunión entre Kicillof y los intendentes opositores de la semana pasada calmó un poco las aguas. La ley que regula los impuestos en territorio bonaerense pasó a ser el eje de la relación futura de lo que vendrá entre el gobierno y la oposición.
Grindetti señaló que como "ministro de Hacienda ocho años en la Ciudad con el kirchnerismo como oposición siempre cerramos ocho presupuestos, bajo el precepto de que uno cuando manda el presupuesto no puede pretender que salga tal como lo mandó sino que es parte de una negociación política y no una negociación que se puede interpretar como espúrea".
Kicillof siempre mantuvo abierta la posibilidad de negociar modificaciones en el proyecto, e incluso se había avanzado en los cambios cuando los opositores decidieron no dar quórum. En el encuentro de la semana pasada entre el gobernador y los intendentes macristas, los funcionarios municipales le acercaron sus reclamos, lo que bajó el enfrentamiento.
Los legisladores e intendentes de JpC vieron en el tratamiento de la ley la oportunidad de mostrar el poderío que aún tienen en el Senado, ya que el oficialismo no cuenta con quórum propio. No dejaron pasar la oportunidad y, a pesar de haber perdido por más de catorce puntos de diferencia, montaron la escena en la legislatura para negarse a tratar la ley que acomoda los impuestos según la inflación heredada de la gestión de María Eugenia Vidal, aunque con una segmentación en la que pagan más los que más tienen. La mayor diferencia la tienen con el impuesto inmobiliario urbano, que en el caso de los bonaerenses de mayor poder adquisitivo llega al 75 por ciento de incremento.
"Coincido en que hay gente que con el aumento del dólar le ha ido muy bien y hay algunos sectores de alto poder adquisitivo que fueron beneficiados por la macroeconomía y por lo que sucedió a nivel internacional, es acertado que ellos hagan el mayor esfuerzo cuando las cosas están difíciles", destacó el intendente de Chacabuco. El radicalismo intenta diferenciarse del macrismo, con el que continúa su alianza, pero haciendo un replanteo sobre los liderazgos. "Hay que evaluar cada franja para que el pequeño productor no se vea afectado", señaló y agregó que "el gobernador dice que al que menos tiene le cobra menos, un quince por ciento con una progresividad. Uno no está en desacuerdo con eso", y recordó que "las elecciones ya pasaron y el pueblo decidió quién quiere que lo gobierne".
Hoy se reunía Magario con el jefe del bloque de JpC, Eduardo Costa, y al mismo tiempo el presidente de la Cámara de Diputados, Federico Otermín, recibía a el jefe de la bancada opositora, Maximiliano Abad. En base al nivel de acuerdo que salga de los encuentros, por la tarde habrá una nueva reunión, esta vez con el jefe de Gabinete, Carlos Bianco, el ministro de Economía, Pablo López, y se sumarían los intendentes Grindetti, Manuel Passaglia de San Nicolás y en representación del Partido Justicialista, y al menos dos legisladores más.
El miércoles habrá sesión y el oficialismo cambió la estrategia: el proyecto ingresará por Diputados, donde no tendrían mayores problemas para lograr el quórum, y luego pasará al Senado.