El mundo empieza a encender luces de alerta para las economías emergentes como la Argentina. El conflicto entre Estados Unidos e Irán impulsa el precio del petróleo. La suba del oro muestra que los inversores globales buscan refugio ante una posible escalada de la confrontación. Economistas consultados por este diario adelantaron que si se mantiene la tendencia, el Gobierno deberá lidiar con un desafío extra para controlar la inflación. El suba del crudo a nivel internacional genera más presión sobre el precio de los combustibles en el mercado interno.
El 20 por ciento de los suministros de petróleo global pasan a través del Estrecho de Ormuz, punto estratégico para el comercio mundial de crudo ubicado entre Omán e Irán. Esta es la zona que se encuentra afectada por las amenazas cruzadas entre Washington y Teherán.
El precio del petróleo WTI se ubicó este lunes en 63,71 pesos (suba del 1,05 por ciento) y alcanzó los valores más elevados desde abril del año pasado. “La suba del petróleo es una reacción de manual cuando ocurren conflictos en medio oriente. Desde la semana pasada aumentó la tensión en una de las principales potencias productoras de petróleo, inserta además en la principal zona productora del planeta”, dijo Pablo Wahren, del Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas (Ocepp).
El cruce de amenazas entre Estados Unidos e Irán produce incertidumbre entre los inversores globales. La respuesta del mercado es buscar refugio en activos seguros como el oro. La onza de este metal cerró este lunes en 1568 dólares, con un aumento del 1,0 por ciento. Se trata de uno de los valores más elevados desde principios de 2013 y se ubica cada vez más cerca del pico superior de 1800 dólares alcanzado en 2011.
Los analistas coinciden que es pronto para adelantar si esta tendencia es coyuntural o puede mantenerse con el correr de los meses. “Lo que es claro es que un salto en el precio del crudo agrega dificultades externas para controlar el problema inflacionario de la Argentina. Las presiones aumentan principalmente en tarifas y naftas: dos sectores que tienen impacto relevante en el resto de la cadena productiva. El equipo económico deberá lidiar con este tema para contener los efectos en los precios internos”, detalló Wahren.
Las principales variables financieras de la Argentina mantuvieron la tranquilidad de las últimas semanas. El dólar cerró en 62,98 pesos y marcó un leve incremento de 1 centavo en relación con el viernes pasado. La cotización del mayorista se ubicó en 59,81 pesos anotando también un alza de 1 centavo. El dólar paralelo, mientras tanto, finalizó en 77,25 pesos, con una suba de 25 centavos, y el dólar bolsa (implícito en las operaciones con bonos) se posicionó en 75,62 pesos, con una disminución de 22 centavos.
La bolsa porteña marcó una suba de 2,3 por ciento y los títulos públicos rebotaron hasta 3,0 por ciento tras las fuertes caídas del viernes pasado. El riesgo país terminó en 1941 puntos, con un leve descenso de 4 unidades. En el Ministerio de Economía avanzan con la estrategia para renegociar la deuda con los bonistas. El acuerdo que se consiga en los próximos meses será la principal clave para recuperar el orden en el plano financiero.
Las reservas internacionales y los depósitos en moneda extranjera en los bancos son dos indicadores que vienen recuperándose en las últimas semanas. Las reservas terminaron este lunes en 44.901 millones de dólares, con una suba de 28 millones. Los depósitos se ubicaron al 27 de diciembre (último dato disponible) en 19.099 millones, con un avance de 427 millones. El aumento se eleva a los 1187 millones desde el 11 de diciembre.
La emisión de base monetaria es una de las variables que hace algunos días empezó a generar controversia entre los consultores. Desde la segunda semana de diciembre hubo una emisión de 286 mil millones de pesos. Pero no todos los economistas consideran que se trata de un problema para el mercado interno. Uno de los optimistas es Miguel Bein. El consultor aseguró que los controles cambiarios brindan colchón para que la emisión monetaria no sea catalizador de los precios a través de nuevas presiones en el dólar. “No hay riesgo. Porque la inflación en Argentina es cambiaria, no monetaria. Argentina únicamente estabiliza precios cuando el dólar se estabiliza a mediano plazo”, puntualizó Bein.