Al menos 35 personas murieron y varias docenas resultaron heridas este martes en Kerman, en el sur de Irán, al producirse una estampida durante el funeral del general Qassem Soleimani , del que participaron miles de ciudadanos.
"Por desgracia y debido a la extraordinaria multitud que se había concentrado, más 30 personas murieron y decenas han resultado heridas", confirmó la televisión estatal iraní.
El director de la Organización de Emergencias, Pir Hosein Kolivand, que no ofreció una cifra de víctimas, explicó que la tragedia se debió a la afluencia masiva de ciudadanos a la ceremonia fúnebre en Kerman y que todos los hospitales ya estaban en alerta.
El ministro iraní de Salud, Said Namaki, se trasladó a Kerman para supervisar y dirigir el operativo de emergencia, de las que por ahora no trascendieron más detalles.
Decenas de miles de personas se congregaron en la plaza Azadí de Kerman y sus alrededores para rendir homenaje a Soleimani, asesinado el pasado viernes en un bombardeo selectivo de Estados Unidos en Bagdad.
El cortejo fúnebre debe terminar en el cementerio de Kerman, donde el general será enterrado en una sección donde ya descansan otras personas consideradas mártires por la República Islámica.
Una "dura venganza" contra Estados Unidos
Durante la ceremonia fúnebre, el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salami, advirtió de que Irán se vengará de forma "dura y decisiva" de Estados Unidos.
Además, el Parlamento iraní aprobó este martes por unanimidad una moción denominada "dura venganza" que califica al Pentágono y al Ejército de EE.UU. como fuerzas terroristas, lo que allana el camino a la acciones de represalia.
La masiva convocatoria a la ceremonia fúnebre de Soleimani se pudo comprobar en las calles de Kermant, tierra natal del alto general iraní asesinado por Estados Unidos. La ciudad estaba repleta de fieles que se acercaron para homenajear al jefe de la Fuerza Quds, unidad de élite encargada de las operaciones exteriores de los Guardianes de la Revolución (el ejército iraní).
Ascendido a título póstumo al grado de general de cuerpo del ejército, algo inaudito desde hace años en Irán, el oficial es visto en su país como un héroe por el combate que libró contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) en Irak y Siria.