Las condiciones extremas que se viven en Australia por los incendios que azotan al país ya se pueden ver desde el espacio. La NASA publicó una imagen satelital tomada el fin de semana del 4 a 5 de enero, que demuestra cómo la cantidad de humo provocado por los focos ígneos en el sureste australiano superó inclusive al número de nubes visibles desde las alturas.
Las imágenes, que fueron tomadas por el espectroradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS) en el satélite Aqua de la NASA, permiten ver una zona particular de humo color tostado que se superpone al blanco de las nubes en Merimbula, Bairnsdale, Cooma y Betsman Bay, algunas de las zonas más afectadas.
Por otro lado, también se identifican parches blancos sobre el humo. De acuerdo a la NASA, estos pueden indicar “nubes de pirocumulonimbos”, es decir, nubes “creadas por la convección y el calor que se eleva desde el fuego”.
Los glaciares del Parque Nacional Mount Aspiring (Nueva Zelanda) también muestran algunos cambios significativos: se ven teñidos por las cenizas que llegan desde Australia con un tinte marrón anaranjado. Otras fotos distribuidas por el Observatorio de la Tierra de la NASA de imágenes satelitales muestran a las dos grandes masas de hielo del extremo sur de los Alpes con sus características alteradas.
El Observatorio compara fotos tomadas el 15 de diciembre de 2014 y otras del 11 de noviembre de 2019. En la imagen a la derecha, hay indicios de los incendios que se desarrollan a unos 2.000 km de distancia en el color tostado que rodea a los glaciares y a los montes del parque nacional. Allí “llegaron, transportados por el viento, el polvo y las partículas de ceniza de Australia, ricas en óxido de hierro”, puntualizaron.