"La Santa Sede, a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe, determinó la dimisión del estado clerical de Néstor Fabián Monzón", reza un comunicado de la Diócesis de Reconquista, sobre lo resuelto en el expediente canónico contra el sacerdote condenado a 16 años de prisión. La resolución eclesiástica fue dada a conocer tres semanas después de la sentencia penal contra el párroco acusado por abuso sexual gravemente ultrajante de un niño y una niña, que tenían 3 años al momento de los hechos, a fines de 2015. En tanto, la defensa del acusado ya apeló la prisión efectiva dictada dos días después del veredicto y tras la feria judicial habrá una nueva audiencia.
Después de haber realizado las notificaciones de rigor -expresaron desde el Obispado de Reconquista- se dio a conocer lo resuelto en el expediente canónico, que -aclaran- "corresponde a la primera instancia, sujeta a apelaciones previstas por el Derecho Canónico". La comunicación agrega: "Ante estas circunstancias difíciles, acompañamos a todos los afectados, especialmente a las víctimas y sus familias, y renovamos nuestro compromiso en favor de la verdad, la justicia y la paz social".
Lo resuelto tiene que ver con el proceso eclesiástico que comenzó tras las denuncias contra el sacerdote de 51 años. Se trata de una investigación paralela a la penal que incluso tuvo resolución antes de la lectura del fallo en el juicio oral, a mediados de diciembre pasado, pero que no se había dado a conocer porque Monzón no estaba notificado.
Tras las denuncias penales -la primera fue la de la madre de la nena; y unos meses después se sumó la del padre del niño, que es primo de la pequeña-, el caso generó un incidente con una abogada del Obispado que le pidió al cura que borrara las conversaciones que tenía en su celular. El Ministerio Público de la Acusación imputó en su momento a la asesora por presunto "encubrimiento agravado", y le achacó "haberlo ayudado a hacer desaparecer pruebas"; pero luego fue sobreseída. La evidencia es una escucha telefónica en la que ella le dice al cura: "Borre todo".
Entre los testimonios del juicio penal que se desarrolló entre el 5 y el 18 de diciembre pasado, declararon religiosos acerca del expediente canónico en el que "hubo cuatro votos que dieron por probados los abusos", indicó la abogada querellante Luciana González, antes de que se conociera la resolución de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El mismo día que Monzón fue condenado a 16 años de prisión, el Obispado de Reconquista dio a conocer que había llegado "la decisión desde Roma, pero habiendo sido citado Monzón para ser notificado, el 14 de diciembre pasado, alegó motivos de salud, presentando certificación médica, por lo que se lo volvió a citar. Luego de notificado, se dará a publicidad de la decisión de la Santa Sede", expresaron sobre lo que finalmente se conoció ayer.
La web de la Agencia Católica de Informaciones (aciprensa.com), señala que "cuando un sacerdote es declarado culpable de abusos sexuales, la pena máxima que puede recibir en el ámbito eclesial es la expulsión o dimisión del estado clerical". Y agrega: "En la práctica, la expulsión del estado clerical significa que se prohíbe de modo permanente el ejercicio de los derechos propios del estado clerical como celebrar misa u oír confesiones. También queda exento de sus obligaciones como el rezo y la obediencia al obispo". Pero aclara: "La dimisión no significa, en estricto, que el sacerdote ya no sea sacerdote, puesto que el sacramento del orden imprime en el varón que lo recibe un sello ontológico que nunca perderá y que la Iglesia no puede retirar ni revertir. La ordenación sacerdotal también cambia su estado legal en la Iglesia, pues con ella pasa a ser un clérigo, lo que le permite ejercer su ministerio público. Un hombre que pierde el estado clerical podrá ejercer su ministerio en algunos casos excepcionales, como cuando alguien en peligro de muerte le solicita los sacramentos. Sin embargo, pierde todo derecho a ser financiado o sostenido por la Iglesia, y a ser llamado 'padre' o 'monseñor'". Además, "con frecuencia, un hombre expulsado del estado clerical también es dispensado de la obligación del celibato y podría casarse, sin embargo no siempre es así".
La investigación penal contra Monzón -que es el primer religioso de la provincia en integrar el registro nacional de violadores- se inició con el relato de la niña, cuando dejó de jugar para acercarse a su mamá y contarle lo que había sucedido. Cuando inició el debate oral, el fiscal Alejandro Rodríguez -quien había pedido 12 años de prisión; mientras que las querellas pidieron 16- detalló que los hechos fueron cometidos entre el jueves 26 y el viernes 27 de noviembre de 2015, en una casa perteneciente a la diócesis de Reconquista –en la que vivía el acusado– dentro de la parroquia María Madre de Dios.
El cura llegó en libertad a la instancia de juicio, por lo que tras ser condenado salió en esa condición de los tribunales de Reconquista y dos días después la jueza Norma Senn ordenó la prisión preventiva efectiva, hasta tanto se resuelva si queda firme el fallo condenatorio. Frente a ello, la defensa del presbítero apeló la decisión y el 2 de enero pasado la Cámara Penal de Vera notificó a las partes -entre ellos a la abogada González, que dio a conocer la cédula- que el camarista Carlos Renna estará a cargo de la audiencia a realizarse tras la feria judicial.