En los años que se vienen --en los que buscará instalar su candidatura a presidente-- el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, podrá estar tranquilo con los organismos de control. En particular, con la Auditoría General de la Ciudad, donde Larreta controla a cinco de los siete auditores que deberían controlarlo a él. Allí asumieron Pablo Clusellas, amigo desde la infancia de Mauricio Macri, además de dirigentes que responden a Daniel "El Tano" Angelici, a Elisa Carrió y a Emiliano Yacobitti, de la UCR porteña. La presidencia está en manos de una opositora, Mariana "La Pitu" Gagliardi, del Frente de Todos, pero cuenta con un bloque de dos auditores contra el muro de cinco de Larreta. Como informó este diario, ese sector le permitió al jefe de gobierno eludir controles de grandes obras, como el Paseo del Bajo.
En medio de una sesión maratónica en diciembre, fueron votados los nuevos auditores porteños. El esquema siguió siendo favorable para Larreta por 5 a 2, producto de las alianzas que hizo en estos años con el radicalismo y la Coalición Cívica. Pese a que el número y la composición de los bloques se lo permiten, desde lo institucional se configura un escenario en el cual el jefe de gobierno tiene un poder casi completo sobre uno de los principales organismos de control de su gestión, dado que --al ser un organismo colegiado-- las auditorías se aprueban por la votación de sus integrantes.
Los dos auditores opositores son Lisandro Teszkiewicz, ex director de Dictámenes en Universidad Nacional "Arturo Jauretche", y María Inés "La Pitu" Gagliardi, coordinadora académica de Proyectar Ciudad y ex jefa de despacho de Mariano Recalde. Gagliardi es la nueva presidenta de la Auditoría, desde donde deberá enfrentar el muro de Larreta. En su llegada, ya notó que los expedientes son remitidos por el gobierno en papel para hacer más lento el control y que la Auditoría no tiene acceso al sistema de administración SADE.
De los cinco auditores oficialistas, el más conocido es Pablo Clusellas, ex secretario Legal y Técnico de Macri, compañero en el Colegio Cardenal Newman del ex presidente, quien pidió específicamente por él. Se conocen desde los seis años. No obstante, la que maneja los hilos del bloque oficialista es la auditora Raquel Herrero, que responde a "El Tano" Angelici. Licenciada en Administración Pública, fue legisladora cuando frenaron un juicio político a Macri por las escuchas ilegales. Como auditora, bloqueó ya una investigación sobre las muertes en la fiesta Time Warp en el Complejo Costa Salguero, cuyos dueños tienen relaciones hasta familiares con el PRO. “En mi rol de funcionaria, como auditora, no me compete determinar qué ocurrió la noche trágica del viernes 15. Lo que sí puedo hacer es dar mi opinión como mujer, madre y abuela”, dijo en ese momento.
Otro de los auditores PRO es Daniel Presti, que responde a Larreta. Ex jefe de bloque de Vamos Juntos en su primer mandato como jefe de gobierno, Presti quedó afuera del Consejo de la Magistratura, por lo que lo enviaron a la Auditoría. El grupo se completa con aliados: Mariela Coletta, quien proviene de Evolución radical y responde a Yaccobitti, de la UCR porteña; y Juan José Calandri, ex secretario parlamentario de la Coalición Cívica en la Cámara de Diputados, que asumió en reemplazo de Facundo del Gaiso, quien fue a la Legislatura. Ambos de confianza de Carrió.
Con esos cinco auditores, Larreta tiene todo lo necesario para bloquear auditorías incómodas, como las de las obras públicas o los gastos de campaña. De hecho, cuando Cecilia Segura era presidenta, denunció que los oficialistas frenaron una auditoría sobre el Paseo del Bajo, pese a que hay una denuncia penal por una presunta maniobra para beneficiar a una empresa que estuvo vinculada a Angelo Calcaterra, primo de Macri. En su momento, Segura advirtió que, mientras en 2014 se auditaba el 48,6 por ciento del presupuesto, en 2018 ese porcentaje cayó al 13,3.