Surgida de una investigación profunda sobre una época en la que confluyeron xenofobias, persecuciones, guerras y migraciones, la nueva novela de Ruperto Long, La niña que miraba los trenes partir (Aguilar), se sitúa en los años cuarenta del siglo XX, en un mundo azotado por los conflictos bélicos. A través de cuatro historias de vida –Charlotte, una niña belga de ocho años, que junto a su familia debe huir de los nazis; Alter, un joven obligado a desempeñar funciones en uno de los guetos de Hitler; Dimitri Amilakvari, militar francés de origen georgiano; y Domingo López Delgado, un soldado uruguayo que se enrola como voluntario en las fuerzas de la Francia Libre– el autor recrea y expone algunos de los hechos más siniestros que vivió la humanidad.