"A este avión lo diseñaron unos payasos bajo supervisión de monos". La frase alude al Boeing 737 MAX, parado en todo el mundo después de que en menos de seis meses dos naves de ese tipo cayeran a tierra y provocaran 346 muertes. El autor de la cita es un técnico de esa empresa en diálogo con un par. Otras frases del mismo tenor fueron difundidas por el Congreso estadounidense, que investiga el procedimiento de aprobación del modelo ahora puesto bajo la lupa.
En esas comunicaciones ahora reveladas públicamente, los empleados de Boeing denigran al regulador del aire en ese país, la Administración Federal de Aviación (FAA), lo que podría dañar aún más las relaciones con las autoridades y complicar el regreso al servicio del 737 MAX.
En estas comunicaciones enviadas en diciembre a los parlamentarios estadounidenses por el fabricante aeronáutico, los empleados se jactan de poder tener el 737 MAX certificado con un mínimo de capacitación para los pilotos. Los mensajes revelan problemas encontrados en simuladores, que reproducen condiciones de vuelo reales.
"¿Pondrías a tu familia en un simulador MAX? Yo no", le dice un empleado a un colega en otro intercambio. El otro le contesta de la misma manera: "No".
Otro mensaje es desolador. "Todavía no he sido perdonado por Dios por lo que oculté el año pasado", escribió uno de los empleados en un mensaje de 2018, refiriéndose a las interacciones con las autoridades de la FAA, el órgano de control aeronáutico de Estados Unidos.
"El regulador solo tiene lo que merece después de intentar interferir en nuestro negocio. Lentifica el progreso", escribió otro en agosto de 2015.
El mensaje de los payasos y los monos data de 2017, el año anterior al primer accidente de los MAX. Los payasos vendrían a ser los ingenieros de Boeing y los monos, los funcionarios de la FAA.
Estos mensajes fueron revelados por parlamentarios estadounidenses que están investigando el procedimiento de aprobación del 737 MAX, del cual dos accidentes cercanos dejaron 346 muertos. "Algunas de estas comunicaciones se relacionan con el desarrollo y la calificación de los simuladores del Boeing 737 MAX en 2017 y 2018", indicó Boeing, y agregó que los habían transmitido a los parlamentarios en pos de la "transparencia".
"Algunas de estas comunicaciones contienen lenguaje provocativo y, en algunos casos, plantean preguntas sobre las interacciones de Boeing con la FAA y el proceso de calificación del simulador", agregó.
Cuando se certificó el 737 MAX en mayo de 2017, Boeing logró convencer a las autoridades estadounidenses de que los pilotos no necesitaban capacitación en el simulador y que una actualización del ordenador era suficiente. Uno de los argumentos comerciales de Boeing para vender el MAX a las aerolíneas fue, además, que ahorrarían dinero porque no habría necesidad de entrenar especialmente a los pilotos acostumbrados al 737 NG.
El tono de los intercambios dirigidos a los parlamentarios es un nuevo dolor de cabeza para Boeing y corre el riesgo de complicar aún más las relaciones ya tensas con la FAA, que debe levantar la prohibición del 737 MAX, en tierra desde el 13 de marzo pasado. "Cualquier posible deficiencia de seguridad identificada en los documentos ha sido resuelta", respondió este viernes el regulador estadounidense en un comunicado, aunque remarcó que el tono, el contenido y el lenguaje de los empleados de Boeing fueron "decepcionantes".
Estos correos electrónicos "son increíblemente abrumadores", estimó por su parte Peter DeFazio, presidente demócrata del Comité de Transporte en la Cámara de Representantes. "Muestran una imagen inquietante de lo que Boeing aparentemente estaba dispuesto a hacer para evitar el escrutinio de los reguladores, tripulaciones y pasajeros", añadió.
Además, "muestran un esfuerzo coordinado" desde los primeros días del 737 MAX "para ocultar información importante de los reguladores y el público en general", dijo el funcionario electo.
"Lamentamos el contenido de estas comunicaciones y nos disculpamos con el Congreso de la FAA, las aerolíneas clientes y los pasajeros", dijo Boeing en un comunicado. No es la primera vez que los trabajadores de Boeing se burlan de la FAA. En octubre, el Congreso ya había revelado mensajes internos de un expiloto de pruebas de Boeing, Mark Forkner, citando problemas con el simulador de vuelo 737 Max en 2016, dos años antes del primer trágico accidente.
Sin embargo, Forkner no informó los problemas a la FAA, lo que llevó al regulador a no requerir capacitación específica. "Básicamente, eso significa que mentí a los reguladores", le escribió a un colega.
El sistema MCAS estuvo implicado en ambos accidentes del MAX y Boeing está trabajando actualmente en las modificaciones requeridas por la FAA.