A un mes del inicio de la gestión del Frente de Todos, el presidente Alberto Fernández destacó como uno de los puntos positivos de su gestión el hecho de "haber logrado tranquilizar la economía" y la puesta en marcha de algunos proyectos "que van a garantizar la inversión". En tanto, los ministros de su gabinete apelaron a las redes sociales con la etiqueta #ArgentinaUnida para resumir el panorama heredado, las primeras medidas y los desafíos de cada cartera. Catástrofe económica, deudas, pobreza, obras públicas paralizadas, ministerios vaciados y empleados desmoralizados son el común denominador del escenario al 10 de diciembre último. En la gestión de los primeros 30 días sobresalen el Pacto Social, los planes Argentina contra el Hambre, Argentina Hace, el Plan Nacional de Lectura, el congelamiento de tarifas y el programa Barrios Populares, entre otros.

Fernández realizó un balance positivo de su gestión y en diálogo con los periodistas acreditados en la Casa de Gobierno destacó que en este primer y corto tramo de su gobierno impulsó medidas para “poner en orden las cuentas públicas” sin afectar a los sectores más vulnerables y en ese marco dijo que “a los que hacen el aporte, les pido que no se enojen y entiendan el lugar en el que estamos”. En cuanto al impacto que las medidas puestas en marcha tuvieron en sectores medios y altos de la sociedad, reconoció que le hubiera “gustado no exigirle a nadie tanto”, pero que fue necesario en virtud de la situación en que dejó al país el gobierno de Mauricio Macri.

"Ese discurso de que la clase media se enoja, yo no entiendo mucho por qué”, respondió el mandatario ante la consulta del rechazo de ciertos sectores sociales a sus medidas y añadió: “La clase media cuando vea cómo se reactiva la economía porque los sectores más bajos empiezan a consumir, va a ser la gran beneficiada; por lo tanto ese argumento mucho no lo entiendo”.


Los ministros

El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, explicó que “recibimos un país enormemente endeudado y con una situación social límite que nos exigió actuar rápidamente”. Destacó que todo el gabinete trabaja “para tranquilizar la economía y volver a crecer” y que “vamos a honrar los compromisos que hicimos durante la campaña: empezar por los últimos para poder llegar a todos". Resaltó la firma del Compromiso Argentino para el Desarrollo y la Solidaridad, que consideró “un primer paso para construir un destino común”, y la necesidad “una Argentina Unida para ponernos de pie”.

Daniel Arroyo calificó la situación heredada como “una verdadera catástrofe económica y social” que “afecta a todos los actores sociales y productivos”, con familias "agobiadas por el sobreendeudamiento". Recordó que una de las prioridades de Desarrollo Social es “frenar esta caída social y garantizar el derecho a la alimentación de cada familia”. “Nuestro sueño es que la educación y el trabajo vuelvan a ser los pilares de la movilidad social ascendente”, afirmó. Aseguró que la prioridad del presidente es “que todos puedan comer bien” y destacó que el plan Argentina Contra el Hambre busca “lograr la soberanía alimentaria, generar empleo y encender las economías locales”.

El canciller Felipe Solá se limitó a destacar que “nos votaron para defender los intereses nacionales y para que las decisiones se tomen en nuestro país”, una crítica tácita al alineamiento del gobierno de Macri con las políticas de los Estados Unidos. “Por una Argentina Unida que se relacione con éxito y dignidad con la región y el mundo. Ese es nuestro compromiso desde la Cancillería”, concluyó.

El ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, contó que “encontramos un país donde más de la mitad de la infraestructura federal estaba paralizada”, que Fernández “cambió las prioridades” y su ministerio está “abocado a cuidar a los que más sufrieron a través de obras que integren, unan y generen empleo para encender la economía”. Prometió en los próximos cien días “reactivar las obras paradas, llegar con agua potable a los barrios más vulnerables y desarrollar el plan Argentina Hace, con infraestructura de ejecución rápida y más oportunidades para las y los trabajadores”.

Ginés González García, de Salud, destacó la recategorización de su cartera, degradada durante la gestión Cambiemos, y planteó que ante “la desidia” heredada su “primera misión fue poner la salud en el lugar que merece”. “Volvimos a ser Ministerio para garantizar una política de salud federal e integrada”, apuntó. Añadió que trabaja “en acciones conjuntas con todas las provincias” porque “el acceso a la salud es determinante para lograr una Argentina con equidad y justicia social”. “La unidad de todos los sectores es fundamental para acercar propuestas que den soluciones a situaciones reales. Más salud es más compromiso para todos”, concluyó.

La ministra de Mujeres, Género y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, caracterizó el contexto que encontró la gestión Fernández como de “una pobreza inaceptable e indicadores socioeconómicos críticos, que tienen a las mujeres y a las diversidades como principales afectadas”, para peor con “un Estado alejado y desinteresado de las necesidades más urgentes”. Planteó entre los objetivos de su gestión lograr “que el género no condicione la libertad de elegir el proyecto de vida de nadie”, que haya “igualdad de oportunidades y derechos”, “una vida sin violencias” y “un Estado activo y justo”. “Vamos a trabajar mucho para conquistar los derechos que nos faltan y para garantizar una sociedad más justa e igualitaria para todas, todes y todos”, prometió.

La titular de Justicia y Derechos Humanos, Marcela Losardo, apuntó que encontró el ministerio “paralizado, con edificios destruidos”, cuestionado por “presuntos actos de intimidación a magistrados”, realizando un “tratamiento arbitrario con las Leyes Reparatorias y con el Programa de Protección a testigos” e incumpliendo la Ley Micaela. Marcó como prioridades la construcción de un país en el que “se respete la Constitución a rajatabla” y la profundización de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Prometió articular con los otros poderes “respetando su independencia” (en contraste tácito a la gestión de Germán Garavano) e impulsar “políticas de transparencia para lograr una justicia independiente, federal y de mirada de Derechos Humanos, garantizando el acceso a la justicia a los sectores más humildes”.

María Eugenia Bielsa, ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat, destacó que la decisión presidencial de darle ese “estatus” muestra el compromiso en “revertir problemas estructurales y mejorar la calidad de vida”. Remarcó que el gobierno de Macri transformó “un programa virtuosos como el PROCREAR” en “un verdadero problema” para sus beneficiarios y que el gobierno de Cristina Kirchner en tres años y medio “invirtió tres veces más y otorgó 15 veces más créditos” que el de Cambiemos. Prometió “retomar las políticas de vivienda con un auténtico espíritu federal”, con políticas como el programa Barrios Populares (RENABAP). “Vincular políticas de hábitat con políticas regionales es reequilibrar el territorio nacional con sentido federal. Con ese horizonte trabajamos”, concluyó.

El ministro de Defensa, Agustín Rossi, cuestionó al macrismo por “el ajuste fiscal” que transformó al Ministerio en un organismo “vaciado, desgastado y con su personal desmoralizado”. “El Ejército llegó a tener problemas de racionamiento en sus unidades”, contó. Remarcó que la política en Defensa “hace a la autoestima de un pueblo” y expresó su deseo de tener “Fuerzas Armadas integradas a un proyecto nacional y moderno, donde el reequipamiento potencie el desarrollo de la industria del sector con creación de puestos de trabajo”. Prometió “reactivar la industria de la defensa para equipar a nuestras Fuerzas Armadas”.

El titular de Transporte, Mario Meoni, subrayó que durante la gestión Cambiemos el ministerio “había desatendido su principal misión: garantizar que todos los argentinos puedan viajar”. “Por eso decidimos cambiar las prioridades y recuperar un sistema de transporte accesible para todos y todas, en el que cada argentino pueda ir a trabajar, a estudiar o salir de manera más cómoda, más rápida y más segura”, explicó. Por último repasó las primeras medidas de su cartera: congelamiento de tarifas por 120 días y lanzamiento del operativo Disfrutá Viajar, de refuerzo de controles de seguridad vial.

El ministro de Educación, Nicolás Trotta, afirmó que durante el gobierno anterior hubo “marcados incumplimientos de leyes y compromisos, de planes educativos y de inversión en infraestructura” y que la gestión Cambiemos “profundizó el desfinanciamiento de nuestra educación pública para quienes ‘caían” en ella”, en referencia tácita a la frase del ex presidente Mauricio Macri. Precisó que “500 mil adolescentes no acceden a la educación; sólo el 21 por ciento de niños y niñas de 0 a 3 años está escolarizado; no se cumplió con el 6 por ciento del PBI para educación”, y manifestó su compromiso de trabajar para que las escuelas sean “la principal herramienta de ruptura de las profundas desigualdades” que existen. Destacó el lanzamiento del Plan Nacional de Lectura, anunció “un plan de conectividad innovador” y prometió restablecer la paritaria nacional docente.

Matías Lammens, ministro de Turismo y Deportes, contó que se encontró con “áreas desfinanciadas y desjerarquizadas”, que para empezar “por los que más nos necesitan” centró su apoyo en los clubes de barrio, y prometió “federalizar los centros de alto rendimiento deportivo”. En materia turística trabaja para “promocionar las maravillas” del interior del país y “posicionar a la Argentina como destino líder en la región”.