Compadeudores, compadeudoras y compadeudoros quiero decirles que estoy preocupado: el FMI dijo que se están haciendo las cosas bien, y eso debería darnos más miedo que si estuvieran diciendo que el gobierno está haciendo las cosas mal. Porque su versión del término “bien” suele coincidir con la nuestra del término “mal”, y versavice.

Pero que no cunda el pánico, diría el Chapulín Verde (el Colorado pasó de moda, eran otros tiempos), que el horno no está para bollos y, si lo estuviera, sería muy complicado conseguir la harina para hacer bollos, ya que los trigotenientes andan algo estupefactos con el nuevo gobierno, ese que para el FMI anda bien, pero que no tuvo mejor idea que subirles la tasa impositiva… ¡a ellos!

Porque…, seamos sinceros: no es que les molesten los ajustes, ¡les encantan!, pero cuando los ajustados son los otros. ¡Esos ajustes sí que eran patrióticos y merecían todas sus amarillas reverencias!

Pero esto, no. Cobrarles impuestos a ellos es de comunistas. O de populistas. O de negro, color al que le quitaron su tinte pictórico reemplazándolo por uno peyorativo. ¿A qué ser normal se le ocurre cobrarle impuestos a gente que necesita muchísimo dinero para poder darse todos los gustos? Lo razonable, lo que de hecho se estuvo haciendo durante los últimos cuatro años, es quitarles a los pobres lo que de todas maneras no llegaban a conseguir, para darles a los ricos lo que de todas maneras hubieran conseguido.

Macrismo puro y duro. Y simple.

Hasta que, el 11 de agosto de 2019, las urnas dijeron basta. Y ellos no suelen escucharlas, porque, en un repentino ataque de realismo, dicen “las urnas son cajas de madera, es imposible que hablen”. Pero las urnas tienen boca. Y hablan, o, en todo caso, son el muñeco del ventrílocuo social. Y por si no las habían escuchado bien, el 27 de octubre lo repitieron.

Entonces, el ex Sumo Maurífice dejó la reposera presidencial y se fue a sembrar deuda por el mundo.

La Patrieselotro cambió la espada por la pluma y la palabra, que ahora usa para reivindicar la espada, en forma de libro --que, hemos de decir, sigue siendo un arma de cuidado si un gendarme te lo arroja por la cabeza mientras te está corriendo.

La Vicemauricia, luego de sorprendernos con su sobre vacío electoral, partió con rumbos desconocidos (por nosotros); al parecer, ahora tampoco se dedicará a la política.

Vidalitá se fue a Franciá a disfrutar del amor, o algo que se le parezca. París, la Ciudad Luz, puede ser digna anfitriona para quienes tanto hicieron por la tarifa de… la luz, que, valga la redundancia, entre 2015 y 2019 creció a la velocidad de… la luz.

El Lord Mayor de la CABA sigue festejando que menos del 50% le dieron “También” en el evento de red social “Macri ya fue; Vidal, también; si vos querés…”, y para que todos los porteños y alrededores seamos felices, se dedicó a aumentarnos el ABL de a poquito, pero muchas veces. Probablemente haya contratado, y con buen sueldo, a sus excamaradas, para cubrir la ciudad con carteles que digan: “Trump, acá no es Irán”. Ese sería el “Plan de Defensa”, en caso de bombardeo.

Quizás nuestros compadeudores se pregunten por qué deberíamos protegernos de esa amenaza, si realmente estamos muy lejos de Medio Oriente. Eso lo sé yo; lo sabe usted, compadeudor; y usted, compadeudora, pero… ¿lo sabrán los que estudiaron y se recibieron de pilotos de dron por consejo de Esteban Bullrich y consiguieron un contrato basura para bombardear Irán y entregar hamburguesas en el mismo viaje?

A este pequeño panorama, tal vez le falta algún reconocimiento a la oposición. Aquella que, cuando era gobierno, apeló al sinceramiento (tarifas), al adecuamiento (precios) y el reperfilamiento (bonos), o sea: “miento, miento, miento”.

¿Dónde está la oposición, ahora? Pareciera que abandonó territorios concretos y se refugió en los grandes medios. Desde allá, “drona” constantemente con las gallinas de Susana y los “impuestazos”, que son los mismos impuestos, pero pagados por quienes tienen más recursos.

Mientras tanto, sordos ruidos oír se dejan de teclados y videos: son las huestes que se preparan para la batalla cultural. Y, mientras el lobo no está –en realidad, está, pero hace como que no--, usted puede jugar en el bosque, o escuchar “La reina Mariu”, tema original de RS Positivo.

Hasta la que viene, que ya vino.

@humoristarudy