Como parte del programa pactado con el FMI el gobierno de Lenín Moreno aprobó una reforma tributaria. La norma modifica leyes que ponían trabas a la entrada y salida de capitales especulativos. “Parece que el FMI no aprendió de lo que pasó en Argentina”, dijo en diálogo con PáginaI12 la economista Lara Merling.
Argentina no fue el único país de América Latina donde el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo estragos con sus recetas neoliberales. Como si fuera parte de un repertorio calcado, durante el 2019 la economía de Ecuador también se abrió a los créditos de este organismo. Para hacerlo tuvo que establecer una serie de metas económicas. El objetivo era reducir el déficit fiscal, algo que fue repetido como un mantra por el presidente Lenín Moreno y sus funcionarios.
El plan del gobierno para 2019 tuvo muchos puntos en común con los que propuso Macri en Argentina. “Parece que el FMI no aprendió de lo que pasó en Argentina. Ahora impulsa medidas similares en Ecuador que van a potenciar la fuga de capitales y un mayor ajuste en su economía”, sostuvo Merling, economista estadounidense e investigadora de la Confederación Sindical Internacional.
A fines de 2019 el gobierno de Moreno y el FMI redefinieron las metas que habían propuesto para el país en materia económica. Esto no ocurrió de manera gratuita sino después de las masivas protestas de octubre. El desencadenante fue el aumento en los combustibles que decretó Moreno. La enorme resistencia social que generó esta medida obligó al gobierno a dar marcha atrás.
Sin embargo, los desembolsos de dinero pautados con FMI quedaron supeditados a que se cumpla la reducción del gasto público. Por eso, una vez terminada la convulsión social el ejecutivo envió a la Asamblea ecuatoriara un megaproyecto de Reforma Económica. Allí se chocó con una oposición unificada que rechazó la norma por su carácter regresivo.
Pocos días después Moreno presentó un nuevo proyecto, esta vez mucho más restringido, donde sólo tomaba la parte tributaria de la anterior ley. A contrarreloj y bajo la presión del ejecutivo, la ley de Simplificación y Progresividad Tributaria se aprobó en diciembre. Para Merling la medida fue hecha para favorecer la especulación financiera. “Esta ley tienen como objetivo hacer que los controles de capitales sean ineficaces. Tal como pasó en Argentina el gobierno dijo que van a atraer inversiones, pero sólo van a lograr que lleguen flujos especulativos”, sostuvo la economista.
Sin embargo, el oficialismo ecuatoriano afirma que la ley tributaria va a generar más ingresos para las arcas del Estado. Moreno expresó que espera poder recaudar cerca de 600 millones de dólares tras su aplicación. Según el presidente la norma contiene una serie de puntos que la vuelven progresiva: “los sectores que más tienen pagarán más”, dijo el presidente. Así la normativa establece un impuesto escalonado donde las empresas que facturen a partir de un millón de dólares deberán tributar entre un 0.1 y 0.2 por ciento del total de sus ventas. “Además cerca de 9.000 jóvenes y sus garantes, que mantienen créditos educativos, se beneficiarán de la condonación de intereses, multas y recargos por deudas pendientes”, dijo Moreno. Esta medida lo costará al gobierno tan sólo 13 millones de dólares.
Una semana después de aprobada de ley el Ministro de Finanzas de Ecuador, Richard Martínez se reunió con el FMI. El organismo anunció que liberaría la última parte del acuerdo pautado para 2019. Fueron 498 millones de dólares que Ecuador necesitaba como el aire. Martínez dejó en claro que la ley tributaria colabora a reducir el déficit, pero no era suficiente. Para el ministro la implosión social que vivió el país obligará a prolongar los plazos necesarios para estabilizar las cuentas. Por eso el gobierno y el FMI redefinieron las metas fijadas para el 2020. Para Merling el resultado de las negociaciones fue más de lo mismo. “Lo que están haciendo es aplicar una versión más lenta del primer plan. Son las mismas condiciones. En el plan original querían un ajuste del 5 por ciento del PBI en 3 años y ahora quieren que sea del 4 por ciento. Es un plan más largo, pero en general muy parecido al primero”, sostuvo la investigadora.
Uno de los puntos que se repiten dentro de los programas del FMI es la liberación de los flujos de capitales. Así como en la Argentina de Macri, la ley tributaria sancionada en Ecuador borra las restricciones a la llegada de fondos especulativos. “Desde 2007 Ecuador introdujo una serie de medidas para desalentar el flujo de capitales improductivos. Existían trabas impositivas para evitar la salida de capitales que no cumplieran con los criterios de inversión extranjera productiva. A su vez, las inversiones que financiaban actividades productivas y permanecían en el país al menos un año no tenían ese impuesto”, explica Merling. Sin embargo, la nueva ley cambió el escenario. Por un lado eliminó el pago de impuestos a los capitales que salgan hacia paraísos fiscales. “Además algunas inversiones tenían que dejar los fondos en el país por lo menos un año. De esa forma se aseguraba que las mismas fueras productivas. Ahora cortaron ese plazo a 6 meses. Y lo sacaron totalmente para las inversiones ligadas a mercados de capitales y valores, así como financieros”, explicó la economista.
Desde la oposición el legislador por Revolución Ciudadana, Juan Lloret manifestó su preocupación por la pérdida de soberanía económica. “Es insostenible el modelo que está llevando el gobierno nacional. Con todas las medidas de ajuste que tomaron frenaron la actividad económica. No sólo bloquearon fuentes de ingresos del Estado sino que le sacaron la plata del bolsillo a la gente”, explicó Lloret. El asambleísta resaltó la situación alarmante de las cuentas ecuatorianas. “El déficit fiscal que tiene el gobierno es inadmisible. Sólo se ejecutó el 40 por ciento del gasto en inversión presupuestado para el año pasado. La falta de recursos para el 2020 los va a obligar a echar mano sobre los salarios. Así como están hoy las cuentas el gobierno sólo tiene para pagar sueldos hasta el hasta el octavo mes del año. Las imposiciones del FMI no nos dejan poder decidir por nosotros mismos. Eso es muy grave”, expuso Lloret.
Para economistas ortodoxos y políticos de derecha el camino hacia el FMI parece imposible de evitar. Pero Lloret afirma que Ecuador podría haber tomado un rumbo distinto. “Durante el gobierno de Rafael Correa veníamos recurriendo a los créditos con China. Eran acuerdos de corto plazo que Moreno podría haber renegociado. Pero cuando llegaron al poder lo primero que hicieron fue denostar esa línea de créditos. Es real que la tasa de interés es mayor que la del FMI. Pero el costo político y económico que hoy paga el gobierno por aplicar el ajuste del FMI terminó volviendo mucho más costoso ese crédito”, sostuvo Lloret.
El modelo impulsado por el gobierno de Correa es también para Merling un ejemplo de cómo no caer en el FMI. “Encontraron medidas originales para resolver problemas y generar crecimiento. Por el contrario, lo que hacen los gobiernos de derecha es dejar a los países endeudados en dólares para después tener que pedirle dinero al FMI. Este organismo tiene un programa de derecha que le da a los políticos una salida en base a medidas impopulares. Y también alguien a quien echarle la culpa”, sostuvo la economista.
Informe: Juan Manuel Boccacci