En el Gobierno porteño siguen haciendo lo imposible por bajarle el tono a la disputa por la baja de copartipación porteña que hará el Gobierno nacional. Mientras el sector duro del PRO, que responde a Mauricio Macri, salió a dinamitar los puentes, el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, hizo de todo para reconstruirlos. Pese a que no tenían claro que se iba a anunciar la decisión, en el entorno del mandatario porteño plantearon que continuarán dialogando hasta cerrar un número menor de recorte. Prevén que esta semana Larreta tendrá un nuevo encuentro con el ministro del Interior, Eduardo "Wado" De Pedro. En la sede de Parque Patricios, prima la idea de que no es momento de ir al choque contra el gobierno de Alberto Fernández y buscan negociar compensaciones por otras vías a la baja de coparticipación.
Si bien la semana pasada el tema de la copartipación había sido uno de los mencionados en la reunión entre Larreta y De Pedro, lo cierto es que sus funcionarios no estaban en guardia con el anuncio que estaba por venirse. No obstante, aunque la noticia les pegó de lleno en la agenda, no escapaba a las previsiones que tenían los funcionarios de lo que podía ocurrir y formaba parte de las negociaciones en curso. Después de todo, la coparticipación de recibe la Ciudad de Buenos Aires había sido aumentada por Mauricio Macri aumentó en su presidencia en 2,35 puntos porcentuales con el argumento de que era el dinero por la transferencia de la Policía Federal a la Ciudad, aunque en su momento varias voces se alzaron para señalar que el dinero transferido era significativamente mayor al costo de la policía. Y Alberto Fernández había dado a entender en la campaña que las rebajaría. Se supone que el recorte sería de un punto porcentual, es decir, que no las retrotrae a lo que era antes de Macri, aunque sí las reduce en forma sustancial.
El primero en intentar bajarle el tono al tema fue el presidente: "Está todo bien con la Ciudad. Estamos conversando. Todos saben que tenemos que ajustar y ordenar cuentas, ya lo hablé con el jefe de Gobierno", advirtió Fernández la semana pasada ante la prensa acreditada en Casa Rosada. Además de las charlas del presidente, ya existían conversaciones con el ministro del Interior y, desde el área económica, del ministro de Hacienda porteño, Martín Mura, con la secretaria de Provincias, Silvina Batakis. Ninguna de las negociaciones está cerrada.
En el PRO, las estrategias se dividieron de manera notable. Por un lado, la futura presidenta del PRO Patricia Bullrich -la persona a la que Macri que confió sostener la polarización en su ausencia vacacional- salió a la carga: "El traspaso de funciones es con recursos. Cambiar las reglas de juego y sacarle la coparticipación a CABA cuando presta el servicio de Policía es una clara extorsion. Vuelven al látigo y la billetera contra las provincias y CABA. #NovuelvenMejores ", fue el tweet incendiario que eligió la ex ministra de Seguridad para recibir la noticia.
La posición contrastó con la que expresaron en privado los adláteres del jefe de Gobierno, donde primaba la idea de seguir negociando. Y también fue muy distinta a la que terminó por expresar Larreta: "Quiero ratificar una vez más mi vocación de seguir manteniendo un diálogo constructivo e institucional con el Gobierno nacional", afirmó, a contramano de Bullrich. "Vamos a seguir avanzando en este sentido para encontrar entre todos la mejor forma de trabajar por el bien común de los argentinos", prometió.
La posición pública de Larreta ya había sido adelantada por distintas fuentes del Gobierno porteño, que se distanciaron de la salida flamígera de Bullrich. No es la primera vez que se diferencian de esa línea dura de Macri. "Estamos tranquilos. Sabíamos que iba a pasar. Seguimos dialogando", advirtieron a este diario. Adelantaron que esta semana habría una reunión con el ministro del Interior a la que asistirá el jefe de Gobierno.
En la Ciudad, descuentan que van a perder ese punto de coparticipación -unos 30 mil millones de pesos- y lo que buscan es recibir compensaciones por otras vías (por ejemplo, a través de la obra pública). El objetivo es terminar reduciendo esa pérdida para la Ciudad lo más que se pueda. Entre los argumentos que usan, está el dinero que cuesta la seguridad porteña -desde 2016 enteramente a cargo del distrito- como el aporte que hace la Ciudad a las arcas nacionales: entre el 22 y el 25 por ciento de IVA y Ganancias. Esto último lo repiten una y otra vez en la sede de Parque Patricios. En Nación, advierten que con el freno por un año al Pacto Fiscal firmado con Macri ya recuperan más de la mitad de lo que perderán por coparticipación. También que dieron marcha atrás con el traspaso de Edesur y Edenor. En contraposición, desde la Ciudad recuerdan que frenaron aumentos de tarifas. Como se ve, son posiciones que se usan en el tira y afloje de una negociación entre Ciudad y Nación, por ahora lejos de la hipótesis rupturista de Bullrich-Macri.
En su momento, Macri profundizó el conflicto con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (entre otras cosas, por el traspaso del subte) y las discusiones escalaron por meses. Larreta busca evitar un escenario de ese tipo cuando percibe que Fernández todavía está fuerte en la opinión pública.