A partir de febrero comenzará la instrumentación de la Tarjeta Alimentar con la que se repartirán en la provincia módulos alimentarios a las comunidades originarias. Sin embargo, para la semana que entra se espera comenzar con el reparto de agua envasada a cada una de las comunidades del norte salteño para prevenir la situación de desnutrición y deshidratación de los niños más chicos de las comunidades wichí.
Así lo anunció el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, tras su recorrida en Salta por los departamentos San Martín y Santa Victoria Este. La llegada de emergencia que se anunció el sábado tuvo que ver con la noticia de dos niños fallecidos, uno de ellos a raíz de una deshidratación aguda que generó un shock séptico. La muerte del niño de un año y dos meses de misión La Mora 1, ubicada en cercanía de Tartagal (la ciudad cabecera del departamento San Martín), fue el martes de la semana que pasó en el Hospital Materno Infantil de Salta Capital. El niño llegó grave por vuelo sanitario.
El sábado, en una reunión de emergencia de gabinete del gobierno provincial a cargo de Gustavo Sáenz, se informó del deceso de otro niño de Misión El Quebrachal, de Ballivián, también en el departamento San Martín. Aún se desconoce la causa del fallecimiento. El domingo se conoció una tercera muerte de un niño de casi dos años, quien falleció a raíz de una falla multiorgánica, diarrea y vómitos. El deceso, que fue en el Hospital de Santa Victoria Este fue a las 21.30 del sábado tras cuatro días de internación.
El domingo pasadas las 21, apenas regresaron de recorrer algunas comunidades ubicadas en los parajes victoreños como La Puntana, Arroyo y Sáenz firmaron el convenio en la Casa de Gobierno de Salta Capital.
Una primera expresión de Arroyo fue “transmitir las condolencias por el fallecimiento de los niños durante los últimos días(…), no puede pasar que niños fallezcan en un contexto social complicado”, dijo el funcionario.
En la emergencia, destacó la necesidad de otorgar alimentos y agua a las comunidades a fin de dar respuestas urgentes. En lo estructural, planteó la posibilidad de analizar posibles obras de agua a través del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento Argentina (ENHOSA), para disponer de una solución permanente. Para ello, dijo, quedará en el norte provincial un equipo de su Ministerio.
“El hambre es comer salteado”
“El hambre es comer salteado y la malnutrición hacerlo mal”, dijo. En este punto, explicó que quienes accedan a las Tarjetas (que no será el caso de las comunidades por no poder acceder a comercios con un posnet), deberán tomar dos cursos sobre nutrición y salud. En estos se involucrará la incorporación de lechas, carnes, frutas y verduras. La malnutrición está llevando a una generación de chicos de baja altura y obesos, según describió el ministro.
Se calcula que ingresarán 330 millones de pesos a la provincia y se beneficiará a 65 mil familias.
Tres son los objetivos que se persiguen: que no haya hambre en Argentina; priorizar la alimentación de los más chicos; y trabajar articuladamente entre Nación y Provincia, manifestó Arroyo.
En cuanto a la Salud Intercultural y la necesidad de trabajar desde la idiosincrasia de las comunidades, Arroyo aseguró que será un tema que abordará el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), a cargo de Madgalena Odarda.
Echar la culpa a otro
El gobernador Gustavo Sáenz, por su parte, agradeció la inmediata intervención del gobierno nacional de Alberto Fernández. “La mayoría de los departamentos del norte no tienen agua”, afirmó. “Hay que decirle a Salta y a los salteños que Salta es pobre. No se esconde la realidad, a los problemas hay que hacerles frente”.
Sin embargo, y como lo hicieron sus antecesores (y en algún momento aliados políticos), indicó que la desnutrición no viene de un mes de gestión, que es el tiempo que lleva frente al gobierno. “Los padres en esas comunidades atienden la diarrea tarde”, añadió en su discurso.
“Hoy es un día histórico porque a un mes de gestión mostramos al país que los chicos se mueren por hambre y desnutrición, por hambre y deshidratación, y por falta de servicios de Salud”, reconoció Sáenz.
Entre las políticas que se dejaron de lado en el último tramo del gobierno de Juan Manuel Urtubey están los refuerzos invernal y estival. El primero hacía un recorrido con un equipo multidisciplinario en las zonas más frías de Salta durante el invierno (como La Puna), y el segundo por las comunidades más vulnerables del norte provincial. Sin embargo el último refuerzo que llevaba a los especialistas a las comunidades se hizo a principios de 2019 y se dejó de hacer tras cuatro años (en 2015 empezó el programa), de haberlo realizado. En cada operativo se informaba cuántos chicos habían sido derivados a Hospitales de alta complejidad por distintas patologías. Al ser consultado, Sáenz dijo que podría reincorporarse el programa. Pero hasta el momento no hay nada planificado.
Faltas de obras, el plan Belgrano en evidencia
La crítica situación que atraviesan las comunidades originarias del norte salteño y la falta de infraestructura básica demuestra de algún modo el fracaso del Plan Belgrano.
El plan planteado por el macrismo indicaba que era un “compromiso social, productivo y de infraestructura que el Presidente puso en marcha para saldar la deuda histórica que la Argentina tenía con las 10 provincias del Norte y su gente, y darle un cierre definitivo a un capítulo lleno de injusticias”. Pero los anuncios quedaron solo en eso.
Tampoco fue suficiente el Fondo de Reparación Histórico del Norte, que se hizo mediante un crédito de 185 millones de dólares garantizado por las regalías que percibe la provincia por el gas y petróleo y que no estuvo exento de polémicas por el retraso o directamente suspensión de varias obras anunciadas.