El entrenador argentino Julio Lamas, que dirigirá a la selección de Japón en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, aseguró que conducir al equipo nipón es uno de los mayores desafíos de su trayectoria y que estuvo seis meses meditando si sería posible desarrollar su tarea en una cultura tan lejana y diferente.
"Tuve muchas dudas cuando me ofrecieron dirigir a la Selección de Japón. Estuve como seis meses pensando si yo podía ayudar a este básquet tan distinto y ajeno al básquet FIBA", aseguró Lamas en una entrevista con el programa Tanto por Decir de la FM Club Octubre 94.7
"Fue uno de los desafíos más importantes de mi carrera. Primero tuve que conocer el básquet japonés junto con su cultura para poder hacer bien mi trabajo desde un lugar diferente. Lo más importante es el proyecto, no mido tanto a partir de mi persona, yo me corro a un lado", explicó el entrenador argentino, que dirigió en dos ciclos diferentes a los integrantes de la Generación Dorada, primero en 1999 antes de los grandes logros y luego en 2011, en la etapa final de la mayoría de los jugadores.
"En el '97 me dí cuenta de que el equipo estaba para otra cosa", reconoció Lamas, que era el entrenador del equipo Sub 23 que luego formaría la base de la selección subcampeona del mundo y campeona olímpica con Rubén Magnano. "La Generación Dorada fue única. El nivel de deseo de los jugadores no lo vi en ningún equipo. Eran muy unidos y responsables. Fue una superpoblación de talento con un nivel altísimo de inteligencia", resumió Lamas, que vivió con ese equipo una de sus máximas como entrenador: "Poder liderar personas, que tiren todos para el mismo lado, poder convencer a los jugadores que crean, es único y sagrado".
Durante la entrevista con Club Octubre 94.7, Lamas recordó una anécdota con Emanuel Ginóbili que pinta a la perfección la inteligencia de aquel grupo. "En Mar del Plata, primer amistoso de la Selección. Oveja (Sergio Hernández) estaba como técnico y yo de asistente. Cuando voy a querer ocupar el lugar de técnico, me di cuenta de que no lo era. Pero luego de eso, escuché una voz atrás mío que me dijo '¿Como cuesta ceder el liderazgo, no?'. Esa voz era la de Manu Ginóbili. Ahí te das cuenta de lo importante que eran los jugadores y lo que nos conocían a nosotros", explicó Lamas, que consideró que Ginóbili es el mejor jugador del mundo FIBA.
En la charla, Lamas también recordó su paso por el Real Madrid, considerado el equipo de básquetbol más importante del mundo sacando la NBA, y sus vivencias con Florentino Pérez, el presidente del club. "Real Madrid es hoy un equipo masivo, que está en el mejor puesto del mundo. Fue un privilegio haber trabajado ahí. Vivís una realidad diferente con respecto a los otros clubes del mundo", explicó el argentino.
"En el Real Madrid te exigen en todo momento que tenés que ser campeón de mínimo un torneo, eso está por contrato. No pude ganar ninguno, perdimos la final y automáticamente no me renovaron", recordó sobre su salida del equipo blanco, donde estuvo entre 2003 y 2004.
"Con Florentino Pérez tuve muy poco trato al principio. No le gustaba mucho el básquet, pero con el tiempo eso cambió. Es más, hoy va con su nieto a verlo casi siempre. Como empresario es un tipo muy inteligente, una máquina de querer cumplir los objetivos de Real Madrid por sobre todas las cosas", completó Lamas.