La presencia de Evo Morales en la Argentina disparó ayer un durísimo comunicado del radicalismo contra su continuidad en el país. Sus máximas autoridades, el presidente del partido Alfredo Cornejo y la vice María Alejandra Lorden, firmaron un texto en el que se preguntan: “¿Podemos seguir “refugiando” a Evo Morales?”. La centenaria UCR que homenajeó al dirigente Hipólito Solari Yrigoyen en la Capital Federal en noviembre pasado, uno de los perseguidos que tuvo el partido durante la última dictadura militar, es la misma que ahora – para justificar su postura sobre el ex presidente – informó que Bolivia “está en pleno proceso de normalización de sus instituciones”. El pronunciamiento fue repudiado por un amplio sector de correligionarios que suscribieron una nota en el sentido contrario. Federico Storani, Ricardo Alfonsín y Juan Manuel Casella, entre otros, le recordaron a la conducción partidaria que “la tradición de la UCR es el amparo a los perseguidos, por lo tanto, debe ser protegido y ayudado en nuestro país”.
El comunicado oficial no aclaró si la “normalización” boliviana que menciona para cuestionar el estatus de refugiado de Evo, deviene del golpe de Estado provocado el pasado 10 de noviembre en la nación vecina o de la legitimidad del régimen que encabeza Jeanine Añez. En cambio, sí precisó que el pronunciamiento se debía a una frase del ex mandatario que pediría la creación de “milicias armadas” si pudiera regresar a su país. Ésta, la frase en cuestión, fue reproducida por la radio Kawsachun Coca del trópico de Cochabamba, que será sometida a proceso por la Justicia boliviana a raíz de ello.
Las palabras de Evo tienen un contexto que se explica con exactitud en un extenso artículo de la agencia Reuters. El periodista Maximilian Heath entrevistó al ex presidente constitucional el domingo por la noche. Durante el diálogo, Morales dijo: “En Bolivia, si las fuerzas armadas están metiendo bala al pueblo, matando al pueblo, el pueblo tiene derecho a organizar su seguridad”. El medio británico puso en boca de Morales que no sería con armas de fuego y sí con “hondas, palos y otros elementos”. Comentó además que los grupos de autodefensa en la nación vecina mantienen una larga historia, particularmente en la comunidad indígena del país, que representa a una gran parte de la población boliviana.
“En algunos tiempos se llamaban milicias, en otros tiempos se llamaban seguridad sindical o policía sindical y en algunos lugares se llama guardia comunal (…) No es ninguna novedad”, dijo Morales, relativizando su frase durante un acto en Buenos Aires no precisado y cuyo audio reprodujo el diario Infobae, donde a menudo escriben partidarios del gobierno golpista de Añez. Uno de ellos es Carlos Sánchez Berzain, ex ministro de Gonzalo Sánchez de Lozada, con quien escapó a Estados Unidos después de la llamada guerra del gas. El 27 de octubre pasado compartió un acto en una calle de Miami – su base de operaciones - junto a la actual ministra de Comunicación del régimen golpista, Roxana Lizárraga.
Evo había utilizado palabras semejantes en su cuenta de twitter: “El movimiento indígena originario campesino, orgánicamente, ha tenido su seguridad. En algunas regiones se llamó guardia comunal; en otros tiempos: milicias. Ahora, policía sindical o seguridad sindical. Todo en el marco de nuestros usos y costumbres, y respetando la Constitución”.
El comunicado de la UCR toma como referentes discursivos de lo que está pasando a dirigentes del gobierno de La Paz. “Desde Bolivia llegaron múltiples repudios a los dichos del ex presidente Morales. Desde el Gobierno que lo refugió, nada. Las declaraciones de Morales atentan contra la paz y la democracia del país vecino…” sostuvo la conducción del radicalismo. En el texto también se explicita una crítica a las autoridades argentinas y se sostiene que “las amenazas de su ex mandatario no ayudan en nada a los bolivianos”.
Cornejo dijo además que “Morales se encuentra en nuestro país en calidad de refugiado, amparado por el Poder Ejecutivo y, al parecer, con una sola condición. No hacer declaraciones políticas”. Evo llegó a Buenos Aires desde México el 12 de diciembre último, dos días después de que Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner asumieran el gobierno.
Las repercusiones negativas en la UCR no demoraron en aparecer. En respuesta al texto que firmaron los diputados Cornejo y Lorden, los críticos repudiaron el comunicado: “En Bolivia se produjo un golpe de Estado, que una vez consumado, produjo masacres sobre la población. Evo Morales fue depuesto ilegítimamente…” dijeron varios dirigentes históricos del radicalismo. Señalaron que “el camino correcto debe ser el restablecimiento de la plena vigencia democrática a través de elecciones limpias, libres y transparentes para terminar con un gobierno usurpador que somete a nuestro pueblo hermano”. El mensaje que rubricó una extensa nómina de dirigentes partidarios está rematado con una frase de Moisés Lebensohn: “Doctrina para que nos entiendan, conducta para que nos crean”.
La conducción partidaria de la UCR se acercó con su postura al gobierno de Donald Trump. En diciembre pasado, una delegación de EEUU visitó la Casa Rosada para pedirle a las autoridades argentinas que silenciaran al presidente derrocado. El comunicado radical sostiene: “Morales hizo todo lo contrario. Visitó la Quinta de Olivos, concedió todo tipo de reportajes a diferentes medios de comunicación, participó de actos políticos. Hoy se destacan sus últimas declaraciones en las que asegura que hay que “organizar” como en Venezuela, milicias armadas del pueblo”.
Cornejo había dicho cuatro días después de que depusieran a Evo, a quien ahora pretende en silencio de radio: “Entiendo que no es un golpe de Estado típico, en todo caso, está a mitad de camino”.