El presidente Alberto Fernández se reunirá el próximo 31 de enero con el papa Francisco en El Vaticano, según lo confirmaron fuentes de la Santa Sede y de la Cancillería argentina. El encuentro, que se concretará en la Biblioteca Privada del Palacio Apostólico, no tendrá el carácter de visita de Estado. Será de todos modos una visita oficial, pero de carácter privado, motivo por el cual el Presidente estará acompañado de una reducida comitiva.
El diálogo directo y personal entre Francisco y Alberto Fernández en Roma servirá también para consolidar una estrecha relación que se ha ido construyendo entre el Papa y el Presidente argentino, que incluye intercambios frecuentes pero privados entre ellos, tanto por correo electrónico como por teléfono, antes y después de la asunción de Fernández. Nunca hubo una difusión oficial de estos contactos.
El anuncio del encuentro llega también después de que trascendiera la postulación del embajador Luis Bellando, un diplomático de carrera y con pocos antecedentes en lo que respecta a las relaciones con la Iglesia, como próximo representante argentino ante la Santa Sede. Se sabe que fue el propio Francisco quien solicitó que fuera un diplomático de carrera el designado como embajador en El Vaticano, pese a lo cual el nombre del elegido sorprendió tanto en el ámbito de la Cancillería como en el de la Iglesia. Se conoce, sin embargo, que Bellando es un hombre muy cercano a Gustavo Beliz, secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, quien habría sido quien sugirió su nombre.
Al margen de la decisión de cubrir la vacante de la embajada ante la Santa Sede, existe el convencimiento en los medios políticos y diplomáticos de que Alberto Fernández quiere mantener abierta una línea de comunicación directa con el Papa y así se lo hizo saber también a los integrantes de la Comisión Ejecutiva del Episcopado, encabezada por su presidente Oscar Ojea (obispo de San Isidro), cuando lo visitaron en días pasados en la Casa Rosada.
La relación entre el Gobierno y las autoridades de la Iglesia Católica hoy es considerada “cordial” y “fluida” por ambas partes, aún reconociendo que existen discrepancias en cuestiones tales como la despenalización del aborto. Sin embargo, ha sido muy fuerte el respaldo de la jerarquía eclesiástica al Plan Argentina contra el Hambre, impulsado personalmente por el Presidente, y tanto el titular de la Pastoral Social, obispo Jorge Lugones, como el titular de Cáritas, Carlos Tissera, respaldaron públicamente la decisión presidencial de atender, en primer lugar, “la deuda interna” antes de responder a la demanda de los acreedores externos.
La información sobre la visita presidencial a Roma sobreviene también con posterioridad al anuncio hecho por el obispo castrense, Santiago Olivera, después de reunirse la semana anterior con el Papa. El obispo afirmó que Francisco le entregó rosarios para los “militares presos sin condena” y condenados por delitos de lesa humanidad. "El Papa me ha entregado rosarios para que sean enviados a los militares que están presos en la cárcel, también para los que están detenidos en sus casas, para que sigan rezando", dijo entonces Olivera.
Pese al anuncio del obispo Olivera y a la difusión de la noticia a través del obispado castrense, no hubo confirmación ni desmentida por parte de las más altas autoridades de la Conferencia Episcopal, quienes evitaron pronunciarse sobre el particular. Tampoco la Santa Sede hizo un anuncio oficial sobre la cuestión. En medios eclesiásticos no se oculta que existen frecuentes discrepancias entre el obispo Olivera y las máximas autoridades del Episcopado, tanto por los procedimientos como por las manifestaciones públicas del titular del obispado castrense.
La reunión entre Francisco y Alberto Fernández está prevista para las 11 horas locales de Roma (las 7 de Argentina) del 31 de enero y será la primera entre ambos desde que el nuevo presidente argentino asumió su mandato el 10 de diciembre último.
La parte más importante del encuentro consistirá en una reunión a solas en la Biblioteca vaticana, que estará precedida por el recibimiento formal y protocolar al mandatorio argentino. En el marco del encuentro también habrá intercambio de regalos entre el Papa y Alberto Fernández.
La última visita de Fernández al Papa se concretó en agosto de 2018. Fue en la residencia de Santa Marta, donde vive Jorge Bergoglio, y de la reunión también participaron el dirigente chileno Carlos Ominami y el brasileño Celso Amorim.
En una entrevista periodística, el Presidente subrayó que Francisco "sabe lo que lo valoro, quiero y aprecio, y lo que celebraría que viniera la Argentina". Sin embargo, en la misma ocasión desistió de pronunciarse sobre una eventual visita del Papa al país. "El viaje a la Argentina es una decisión de él", afirmó Alberto Fernández.