"Fueron entre 10 y 15 disparos. Uno tras otro: una lluvia de balas. Había una orden de Luis "Pollo" Bassi. Facundo Muñoz y Milton Damario cumplieron con el objetivo". Con esas palabras la fiscal Cristina Herrera resumió cómo se perpetró el crimen del ex líder de la banda de Los Monos, Claudio "Pájaro" Cantero. Al mismo tiempo, señaló que el motivo del hecho tuvo que ver con una "pseudo guerra de bandas disputándose el territorio". Y recordó que por aquellos días (mayo de 2013) hubo "una sucesión de homicidios" relacionados con el hecho. Aunque Herrera prefirió esperar los alegatos de cierre para solicitar las penas, asignó roles específicos: Bassi fue acusado como "instigador de homicidio calificado por el uso de arma, agravado por alevosía y lesiones graves". A Damario y Muñoz les achacó el "homicidio calificado por el uso de arma de fuego, agravado por alevosía, y portación de arma", como autores en la ejecución. Mientras que Osvaldo "Popito" Zalazar fue sindicado por "tenencia ilegítima de arma, en seis hechos". Las defensas pidieron nulidad de escuchas y apuntaron a una Justicia "selectiva" porque los crímenes de familiares de tres de los imputados, no tienen autores identificados. Además, se adelantó que en el juzgado que investigó la causa habrá nuevas indagatorias y una informativa a Luis Paz, padre del ex cuñado del Pájaro, Martín "Fantasma" Paz.
En un ambiente tenso, comenzó el esperado juicio contra cuatro imputados por el crimen del entonces líder de la banda Los Monos, asesinado en la puerta de un boliche en Villa Gobernador Gálvez. "El 26 de mayo de 2013 Claudio Cantero, de 29 años, salió con amigos. Primero se reunió en la estación de servicio YPF ubicada en Arijón y Moreno, luego fueron al bailable Yamper, donde tomaron mucho champán y whisky. Subieron al auto y decidieron seguir en la disco Infinty Night. Fueron a alta velocidad, iban tomando alcohol. Bajaron de avenida Circunvalación y estacionaron frente al portón azul de una fábrica, cerca de la entrada del boliche. Por alguna razón aquella noche no pudieron estacionar en la puerta, como lo hacían siempre, tampoco había patrulleros como había habitualmente. El Pájaro y Lisandro Mena fueron a orinar en la vereda. Justo en ese momento comienza la balacera: 8, 10, 15, 20 tiros, y ellos contra la pared y sin poder correrse de la ráfaga de fuego. En solo segundos, mataron y huyeron. El ataque se perpetró con alevosía, a traición, tomando a la víctima por sorpresa y sin riesgos para ellos. No había alternativa de escape para Cantero: estaba alcoholizado, desarmado y quedó entre el auto y la pared. Cuando ya estaba en el suelo, fue ultimado. El estado de indefensión y la circunstancia fue aprovechada por los autores", sentenció la fiscal ante los jueces Julio Kesuani, María Isabel Más Varela e Ismael Manfrín.
En su extenso alegato, acompañado de fotos de la víctima en la pantalla de la sala, Herrera aseguró: "Vamos a probar que Milton, Macaco y otros dos, apenas pasadas las 5.30, mataron a Cantero e hirieron a Mena (asesinado meses después). Lo hicieron por órdenes del Pollo Bassi. Zalazar debía proveer y esconder las armas", aseguró Herrera.
Además, planteó: "El hecho representó el fin con la muerte de un líder y el comienzo de una ola de hechos en venganza por el poder y el territorio de bandas. El del Pollo era en Villa Gobernador Gálvez. Los soldaditos se dedican a cumplir los mandatos del líder (Bassi) y brindar protección a su accionar. Se disputaban con la banda de Los Monos. Probaremos que la muerte tuvo un móvil específico y determinado. El "Pollo" determinó que maten a un Cantero".
Además, recordó que en los dos días siguientes al hecho fueron asesinados el dueño del boliche Infinity Night y familiares de Milton César, a quien se mencionó en los primeros momentos como autor de la muerte del Pájaro. Las defensas, en tanto, recordaron que en los meses siguientes fueron asesinados dos hermanos y el padre de Bassi; un socio del boliche, "Piqui" Aguirre; y los padres de Damario y Muñoz.
Imputados. Los cuatro negaron haber cometido el hecho. Bassi deslizó que en la sala "no está quien tendría que estar". Y agregó: "No investigaron a los que tendrían que haber investigado. Yo me entregué para que se sepa la verdad. Soy hijo y hermano de personas asesinadas por este hecho. Se llegó acá por lo que se armó, no por lo que se investigó". Damario pidió que "se termine el calvario"; y los otros dos acusados también se declararon inocentes.