En el discurso inaugural de la nueva etapa que inicia nuestro país, Alberto Fernández planteó que para lograr el bienestar del conjunto era muy importante comenzar por los más humildes, por los de abajo. El movimiento feminista en la Argentina, si bien tiene una genealogía, se constituyó en un fenómeno de masas en estos cuatro años de Cambiemos. Primero gritando Ni Una Menos aquel 3 de junio del 2015; luego, realizándole el primer Paro a Mauricio Macri, bajo la consigna “Si no vale lo que producimos, produzcan sin nosotras”. El feminismo es fundamentalmente un movimiento por la igualdad.
Quienes más sufrieron las políticas de ajuste estos años fueron las mujeres y las identidades trans, travas, lesbianas y maricas, quienes son segregadas de los lugares de trabajo. Todos los indicadores económicos eran más duros cuando se referían a la realidad de las mujeres. Por eso, cuando hablamos de “los de abajo”, es muy importante mirar a las mujeres a la cara y pensar política destinada a ellas.
El cuidado es una agenda que cobra relevancia mundialmente. Los países con Estados de bienestar solventes, consideran el cuidado como un cuarto pilar junto a la educación, la salud y la seguridad social. En la región, algunos países comienzan a enunciarlo como un derecho a ser garantizado, como el sistema integral de cuidados que conformó Uruguay.
En nuestro país, arribamos al concepto de Cuidado como el nudo de la desigualdad que vivimos las mujeres a la hora de desarrollarnos laboralmente. El cuidado significa en nuestra cotidianidad la sobrecarga de tareas y una doble jornada laboral. Sin embargo, mucho hemos avanzado al concebir el cuidado como un derecho para la sustentabilidad de la vida. Todxs necesitaremos cuidados en algún momento de nuestras vidas, y es por eso que debemos resolverlo en comunidad.
Algunos intelectuales hablan de una crisis del cuidado y esto significa que aquellas tareas del cuidado que realizábamos las mujeres por mandato cultural comienzan a desfamiliarizarse para resolverse de manera privada o pública.
En este marco, en la Dirección de Cuidados Integrales del Ministerio de Desarrollo Social nos proponemos visibilizar y valorizar esta tarea. Constituir iniciativas de cuidadoras y cuidadores domiciliarios para la infancia y las personas mayores. El mejoramiento y la ampliación de los espacios de cuidado para la primera infancia que puedan en un corto plazo depender de la gestión educativa. La profesionalización de operadoras para la prevención de violencia de género en espacios comunitarios. Mientras que participaremos de iniciativas transversales tendientes a modificar la Ley de Contrato de Trabajo, de modo tal que ésta no cristalice que las únicas que cuidamos somos las mujeres; y la conformación de una Campaña que se proponga concientizar sobre la responsabilidad y el compromiso social con el cuidado.
Con la férrea voluntad que ha expresado el ministro Daniel Arroyo en constituir un trayecto desde el subsidio al trabajo, nos proponemos valorizar el cuidado para la generación de empleo y reactivación de la economía, para la garantía del derecho a quienes requieren ser cuidados, y para promover igualdad de oportunidades de las mujeres en el mundo laboral.
*Docente, socióloga, integrante de la Mesa Nacional del Movimiento Evita.