El mediodía de este miércoles, en Mendoza se movió fuerte el piso por un sismo , calificado de “moderado”, que alcanzó los 4,8 grados en la escala de Richter, sin causar daños materiales ni víctimas, informó Defensa Civil. El Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) hizo saber que el temblor, que se registró a las 11.39, con epicentro en la localidad de Maipú, a pocos kilómetros de la capital de la provincia, tuvo dos réplicas, que se produjeron a las 12.14 y a las 12.23. A pesar de la “moderación”, el sismo provocó corridas y escenas de pánico, entre lugareños y turistas.
Los expertos explicaron que pese a ser superficial, poco profundo, el movimiento se percibió con fuerza a ras del suelo. El primero, el de mayor intensidad, se produjo a una profundidad de 15 kilómetros, cuando los más frecuentes ocurren a 100 o 200 kilómetros de profundidad. Las réplicas fueron a 21 y a 11 kilómetros, respectivamente. Las dos réplicas tuvieron epicentro en el Gran Mendoza, pero en ninguno de los casos se produjeron ni daños materiales ni víctimas.
“En forma inmediata se puso en marcha el protocolo de seguridad para recibir comunicación de posibles daños, que por suerte fueron sin novedades; solo (hubo) algunos agrietamientos en edificios de casos preexistentes, pero con buena infraestructura y sin ningún tipo de peligro”, informó el titular de Defensa Civil, Daniel Burrieza.
Se precisó que el sismo de 4,8 grados en la escala de Richter tuvo epicentro en el mismo lugar que el que ocurrió el 20 de marzo de 1861, cuando el movimiento destruyó la ciudad y dejó más de cuatro mil muertos.
Defensa Civil hizo saber que en la Casa de Gobierno y en otras dependencias oficiales se decidió evacuar a los empleados, sólo como prevención, ya que no se produjeron situaciones de gravedad. Las autoridades de la localidad de Maipú, confirmaron que allí no hubo ni daños ni víctimas.
El sismólogo Gerardo Sánchez, del Inpres, dijo a la prensa local que se trató de “un movimiento superficial y eso se percibió con mayor intensidad”. Explicó que “la profundidad es el segundo factor más importante en la ocurrencia de un sismo, mientras que el primero es la magnitud”.
Para que se entienda bien, dos ejemplos dispares en cuando a sus resultados: “El terremoto de San Juan de 1944 con magnitud 7.1 grados fue a 15 kilómetros profundidad y provocó una catástrofe con muchos daños, mientras que uno de la misma magnitud que se produjo el 1º de enero de 2011 en Santiago del Estero a 600 kilómetros de profundidad ni lo sintieron en la provincia”.