Ya está todo listo para que empiece el juicio político contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, anunció los congresistas que actuarán como fiscales en el impeachment. El presidente es acusado de abuso de poder y obstrucción a la investigación que llevaba adelante el Congreso. Tanto las acusaciones como el nombramiento de fiscales fueron votados por la Cámara. Con 228 votos a favor y 193 en contra los demócratas lograron que se envíe el caso al Senado. Allí se espera que Trump salga victorioso ya que los republicanos son mayoría. El juicio político comenzaría el martes que viene.
Pelosi anunció que el encargado de liderar la acusación contra Trump será el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Adam Schiff. Los otros seis congresistas demócratas que fueron nombrados son: Jerry Nadler, de Nueva York; Zoe Lofgren, de California; Hakeem Jeffries, de Nueva York; Jason Crow, de Colorado; Val Demings, de Florida y Sylvia Garcia, de Texas. La mayoría de ellos tienen experiencia como fiscales en el sistema judicial de Estados Unidos. "El énfasis está en subrayar los argumentos con la mayor fuerza posible y defender nuestra Constitución para buscar la verdad para el pueblo estadounidense", indicó Pelosi. Al referirse a Trump, la líder demócrata no tuvo piedad: “El presidente fue a juicio político y eso quedará por siempre", dijo.
Por su parte, el congresista demócrata Jerry Nadler manifestó que no tenía dudas de que el presidente había traicionado al país. "Es esencial que hagamos este juicio político para evitar que el presidente manipule las próximas elecciones", afirmó Nadler. Una vez elegidos los fiscales se sometieron a la votación de la Cámara de Representantes. Como se esperaba los demócratas lograron imponerse. Sólo uno de ellos votó como los republicanos: Collin C. Peterson, elegido por Minnesota. Luego los siete fiscales se dirigieron al Senado donde leyeron las acusaciones en voz alta. De esa forma quedó presentado de manera oficial el juicio político.
El Ucraniagate se desecandenó ante la queja de un informante anónimo. El funcionario manifestó su preocupación por el contenido de una llamada entre Trump y su par ucraniano, Volodímir Zelenski. En ella el presidente norteamericano buscó presionar a Zelenski para que investigara al ex vicepresidente Joe Biden, precandidato demócrata a las elecciones del año que viene. Como forma de ejercer presión el gobierno de Estados Unidos retuvo ayuda militar destinada a Ucrania. Esto derivó en dos acusaciones contra Trump. Una de ellas es por abuso de poder. La otra tiene que ver con el intento de obstrucción al Congreso. El mandatario no habría enviado documentos esenciales para permitir avanzar la investigación en el Parlamento. También evitó que testifiquen personas claves de su administración.
En paralelo, el presidente estadounidense se manifestó con mucha ironía contra los congresistas demócratas. “¿Por qué la “nerviosa” Nancy y el corrupto de Adam "Shifty" Schiff no nos dieron un juicio justo en la Cámara? ¡Fue la audiencia de sótano más desigual e injusta de la historia del Congreso!”, manifestó Trump en Twitter. De esta forma hizo referencia a la investigación que llevaron adelante los demócratas en la Cámara de Representantes. "Aquí vamos de nuevo, otra estafa orquestada por los demócratas que no hacen nada", twitteó el mandatario.
Nueva evidencia y más testigos
Durante la sesión del miércoles Pelosi exigió nuevamente que el Senado cite testigos a los que la Casa Blanca les prohibió participar. "Deberíamos tener testigos, y deberíamos tener documentos", dijo Pelosi. Los demócratas quieren escuchar especialmente el testimonio del jefe de gabinete interino de Trump, Mick Mulvaney, y del ex asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton. Según el testimonio de algunos funcionarios Bolton estaba molesto por el plan para presionar a Ucrania. Con respecto a la posibilidad de ser citado, el ex asesor aseguró estar listo para responder a una convocatoria del Senado.
El martes los demócratas revelaron nueva evidencia que sustentaría las acusaciones contra Trump y la llevarán al Senado. Esta proviene de registros telefónicos del abogado ucraniano-estadounidense Lev Parnas, quien presuntamente trabajó con el abogado de Trump, Rudy Giuliani, en el plan de hostigamiento a Kiev. Los registros también evidencian que ambos trabajaron con funcionarios de Ucrania para tratar de expulsar a la embajadora de Estados Unidos en el país, Marie Yovanovitch. La funcionaria finalmente fue destituida por Trump. “Los registros de Parnas demuestran que hay más evidencia importante sobre el esquema del presidente, pero el propio presidente la ha ocultado", dijo Schiff. Por su parte, el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell negó que vayan a citar nuevos testigos antes de tener acceso a las declaraciones y argumentos iniciales.
El juicio político probablemente comenzará el martes 21 de enero. La primera fase, que incluye los argumentos a favor y en contra, durará aproximadamente dos semanas. El encargado de presidir todo el proceso será el presidente de la Corte Suprema, John Roberts. Los 100 miembros del Senado actuarán como jurado. Durante el proceso se les exigirá que permanezcan en la cámara todo el tiempo que dure el juicio.
En otras dos oportunidades presidentes norteamericanos afrontaron un proceso de destitución: Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton entre 1998 y 1999. Sin embargo ambos resultaron absueltos. Es poco problable que Trump sea declarado culpable por el Senado. El partido republicano tiene una mayoría de 53 escaños, frente a los 47 de los demócratas, y se requiere una mayoría de dos tercios para destituir al presidente.