El juicio político contra Donald Trump podría comenzar el próximo martes. El jefe de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, espera poder abrir la sesión con una votación para establecer las reglas del juego. Aprobarlas sólo requerirá una mayoría simple. Según McConnell, un proyecto de resolución que los 53 senadores republicanos están dispuestos a apoyar prevé un marco muy similar al que se aplicó para juzgar a Clinton hace más de 20 años.
En aquel momento, los senadores se pusieron de acuerdo en: reunirse todas las tardes; dedicar los tres primeros días a los argumentos de la parte acusatoria, los tres siguientes a los de la defensa; que las preguntas sean formuladas por escrito y leídas por el presidente de la Suprema Corte, entre otros aspectos. Establecieron también que otros asuntos delicados serían tratados más tarde y a puertas cerradas. El tema más espinoso tiene que ver con el llamado de nuevos testigos, algo que los demócratas consideran fundamental.
La cuestión podría resolverse con una votación que requeriría mayoría simple. Para lograr esto, los demócratas necesitarían que cuatro senadores republicanos los apoyen. Si bien se están barajando varias posibilidades, todo indica que el juicio terminará tal como lo prevé la Constitución: con un voto de los senadores, que definirá si Trump es culpable o no. Para esa votación final, la Carta Magna exige una mayoría especial de dos tercios. Se espera que la mayoría republicana en la Cámara alta absolverá al presidente republicano.