En diciembre último, el hasta entonces coordinador del Plan Belgrano Salta, Roberto Ulloa, realizó el balance de la gestión para la provincia. Allí indicaba que se realizaron más de 400 proyectos, con una inversión del Estado Nacional en Salta superior a los $51.000 millones en el período.
Como se supo, la muerte de los tres niños wichí sumó el hambre, la mala nutrición y atención sanitaria con la escasez de agua potable, todo lo que generó descompensaciones en chicos con pocas defensas para enfrentarlas.
Llamativamente, el plan Belgrano preveía un plan hídrico integral para la provincia, pero estuvo casi en su totalidad destinado al apoyo del por entonces intendente Gustavo Sáenz y a los productores agrícolas de la zona del Valle de Lerma dejando de lado los sectores más vulnerables de Salta, como son las comunidades originarias que habitan el noreste provincial.
En el documento entregado por el coordinador local del Plan se indica: “El Plan Nacional del Agua apunta a reducir sustancialmente el porcentaje de la población en situación de pobreza, a garantizar el derecho al agua potable y al saneamiento, el desarrollo productivo sustentable, la conservación del agua en un estado compatible con la salud y el medio ambiente y mejorando la protección de la población contra las inundaciones.”
Sin embargo, en el norte provincial, puntualmente en los departamentos de Rivadavia y San Martín, nada de esto sucedió.
El único proyecto hídrico que lo comprendía en parte es el de las defensas en el río Pilcomayo, en Misión La Paz, departamento de Rivadavia, al cual sólo se adelantaron $14 millones de los 105 previstos, lo que representa el 8% del total de la obra.
Todos los demás proyectos pertenecen a Salta capital y aledaños.
Entre ellos el de la planta potabilizadora en el Dique Campo Alegre y acueducto Norte, que beneficiaría con agua potable a 100 mil personas en las zonas Norte, Este, Sureste y parte de la zona centro de Salta Capital. De los $886 millones prometidos, sólo se giraron $365 a la provincia, lo que representa el 45% de la obra.
También el proyecto para mitigar y minimizar inundaciones por lluvia en la ciudad de Salta, que constaba de un conjunto de cuatro represas de amortiguación del agua de lluvia en el campo militar, con un presupuesto aproximado de $60 millones, de los cuales sólo se ejecutó el 40%.
Otras dos obras de Canales de la ciudad, el del Tineo, ejecutada al 40% (se preveían $135 millones) y el Tinkunaku, que según el informe se encontraba en su fase inicial pero sin ejecutarse, con un presupuesto de $140 millones.
El que sí se finalizó es el de la cisterna de la plaza Gurruchaga. Aún hoy los salteños siguen padeciendo las inundaciones a pesar de las promesas de Sáenz, quien a lo Mauricio Macri aseguró que “no se inunda más”, pero que luego reperfiló a qué se trataban de obras para mitigarlas.
Esta semana el secretario de Protección Ciudadana de la Municipalidad de Salta, Nicolás Kripper, a raíz de las lluvias del viernes y la inundación que hubo en esa zona, admitió en radio Aries que la cisterna no tuvo “el mejor funcionamiento”.
El otro proyecto hídrico finalizado es el de la reconversión productiva del área tabacalera del río Toro. Allí se invirtieron 56 millones de dólares en obras de riego para los productores tabacaleros del Valle de Lerma.
En la inauguración de la obra estuvo presente el ex presidente Mauricio Macri.
El Plan Belgrano
El plan planteado por el macrismo indicaba que era un “compromiso social, productivo y de infraestructura que el Presidente puso en marcha para saldar la deuda histórica que la Argentina tenía con las 10 provincias del Norte y su gente, y darle un cierre definitivo a un capítulo lleno de injusticias”.
“Creo que el Presidente Macri honró el compromiso que expresó con el Norte cuando anunció este plan en Tucumán, allá en el 2015. Estos primeros cuatro años señalan una hoja de ruta posible para el norte, que requiere de una política pública de desarrollo sustentable y una mirada federal genuina”, decía el Coordinador provincial del Plan Belgrano, Roberto Ulloa, un día antes de dejar su cargo.
Cuando Macri asumió como presidente, prometió US$16.000 millones de inversión en infraestructura para "conectar el Norte con el resto del país". Las 10 provincias incluidas fueron: Catamarca, Chaco, Corrientes, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, Salta, Santiago del Estero y Tucumán.
A nivel país, según datos de la unidad ejecutora de la iniciativa, se ejecutó sólo el 45%. Pero en Salta fue aún menor la inversión.
Un dato a destacar es que el plan no tuvo presupuesto propio sino que abarcaba todos los fondos que la Nación giraba a esos distritos sin discriminación. Por ejemplo, reparación histórica a jubilados, planes sociales y otros planes y programas ministeriales.
Es decir, el Plan Belgrano no tenía un Plan más que el de ejecutar lo que ya estaba estipulado desde los ministerios. Por lo que también se hace muy difícil discernir cuál era el diferencial extra de inversión para el Norte destinado para este organismo.
Promesas a futuro
En una entrevista realizada en Radio Nacional Salta, el actual presidente de Aguas del Norte, Luis García Salado, informó sobre los planes previstos para mejorar el acceso al agua de las comunidades de los departamentos de San Martín y Rivadavia.
García Salado dijo que junto a funcionarios nacionales se reunieron con los intendentes de estos departamentos y “se les comunicó que se tomarán medidas paliativas, no definitivas como se decía antes”, aclaró.
“Estamos analizando desde el río Itiyuro (ubicado al norte provincial en la frontera con Tarija) y todo el acueducto que pasa por distintos municipios y termina en Tartagal y Mosconi”, dijo el funcionario provincial.
A su vez, agregó que se están analizando otros pozos. “Pero lo más importante”, resaltó, “es un plan de obras que presentamos al gobernador, unas 40 o 50 obras de alto impacto social y de bajo costo”.
Subrayó que la prioridad serán los departamentos de San Martín y Rivadavia y que allí se invertirán “algo así como 3 millones de dólares. Porque las grandes inversiones que se hacen en potabilización y saneamiento escapan de las posibilidades financieras de la empresa y de la provincia. Esas son obras que están por arriba de los 50 millones de dólares”, manifestó Salado.
El presidente de Aguas del Norte, no se olvidó de criticar la herencia recibida, “lo que falta es infraestructura. Las plantas que existen en toda Salta datan de muchos años y con poblaciones muy inferiores a las actuales”.
Y agregó: “hemos encontrado muchos pozos abandonados no sabemos por qué, entonces solicitamos que se los ponga en funcionamiento para ver qué capacidad de producción y calidad pueden tener”.
Para finalizar, García Salado recordó que “de cada peso que se invierte en saneamiento y potabilización, significa un ahorro de hasta $23 en todo lo que es la parte sanitaria”, algo que no fue prioritario para quienes avanzaron con proyectos del Plan Belgrano.