No es un torneo cualquiera. En este campeonato, mientras la pelota va de un lado a otro, en las "tribunas" se habla de la ESI (Educación Sexual Integral). Y en la cancha, los festejos de gol alternan protagonismo con el compañerismo: cada vez que una jugadora va al piso, ya sea por fricción o por decisión, manos propias y rivales se le ofrecen para ayudarla a levantarse. "El espíritu de todo esto, de este primer torneo de Fútbol para Todes, es el de volver a encontrarnos, generar una camaradería. Una cancha de fútbol es para ganar, pero no para pasar por arriba al que tenemos enfrente. El fútbol es una excusa que nos ayuda a incluir, a crear políticas públicas de inclusión", explica en su discurso inaugural Mónica Santino, organizadora del torneo, emblema del fútbol femenino y DT de La Nuestra, equipo de la Villa 31 que funciona desde hace 13 años como espacio de formación y contención para niñas y mujeres.

Entre los ocho equipos femeninos y trans que se acercaron a competir y defender el "derecho a jugar" hasta las canchas de Avenida San Juan, en San Telmo, estaba el de la Casa de la Diversidad Trans Villera, también originaria de Retiro. Tras empatar en su primer partido y ganar el segundo, Martina Pelinco, mujer trans y referente del espacio no puede contener su alegría. "Estoy emocionada, estoy re emocionada, no lo puedo creer", relata mientras se hidrata con un vaso de agua tras atajarse todo -con pollera de jean como indumentaria- por segundo partido seguido.

"Esta es la segunda vez que jugamos -cuenta Martina a Página/12-, la primera fue hace cinco años, en la Villa, cuando recién nos organizábamos como colectivo. Aquella vez vinieron muchas vecinas, vecinos y organizaciones a participar y fue que nos empezaron a conocer a nosotras como compañeras, como vecinas, como seres humanos que también queríamos ser parte de la sociedad y el deporte nos llevaba a eso. Vamos a tratar de participar más continuamente de este deporte, que es una herramienta que nos une a todas y todos para conocernos, para sacar la alegría, para tener alegría. Un deporte que no solamente los varones tienen que jugar: todas, todos y todes tenemos el derecho de hacerlo. La villa es un lugar donde pasa de todo en cuanto a violencia hacia los pobres... El deporte, las canchitas, ayudan muchísimo ha contenernos, a estar más unidas contra el machismo. Con el fútbol vamos a olvidar muchas cosas."

Tiene la pelota la Casa. Al fondo, en el arco, Martina Pelinco. (Gentileza Milagros Vega)

Por detrás, pasa Sofía González, integrante de la junta de la Comuna 1 por el Frente de Todos y compañera de Martina en el equipo y, próximamente, de militancia, quien entre risas ironiza: "Dejá de gastar a todo el mundo que después hay que volver al barrio". Claro, el empate del debut había sido contra La Nuestra, en lo que se puede denominar como un clásico de la 31. "Hoy por hoy, si hay una población absolutamente estigmatizada y excluida son las chicas trans migrantes villeras. La concentración de todo lo que tiene que ver con la estigmatización en esta sociedad, la verdad, que lo padecen las chicas, por eso decidimos ir a laburar ahí", explica González. "Ahora, quedamos a cargo del Area de Diversidad y Género en la comuna y, yo, que toda mi vida fui deportista, entiendo que es una herramienta de inclusión social, que te prepara para la vida, que hay que invertir ahí. El deporte iguala y nosotros sabemos que esto se trata de igualdad de oportunidades".

"Esto (por el torneo) me parece espectacular -continúa Sofía-. Las vemos a las chicas felices, en un área de esparcimiento. Las chicas de la Casa vinieron a bancar... Martina plantea que, hoy por hoy, la estigmatización, la exclusión, la violencia de género, la violencia machista, no la sufren solamente las chicas trans sino todas las chicas y las mujeres. Entonces, lo que queremos laburar y poner en agenda es esto: darle oportunidad a todas y esta es una manera de incluir socialmente, que no estás condenada por ser una chica trans, que estás en la villa, que sos migrante, que tenés dificultades hasta para hacer un trámite. Porque si no está acompañando el Estado, todo queda a mitad de camino. En estos cuatro años el Estado se retiró, se retiró en términos de ayudarte a resolver un problema y, por ejemplo, en la Villa 31 cerró el Centro Integral de la Mujer. Todavía estamos averiguando qué pasó, por qué. Hay que gobernar para todos y todas".

Desde el bondi, miran sin codificado a Granates Unidas vs. La Sublevada. (Gentileza Milagros Vega)

Del torneo relámpago, que se jugó de 18 a 21, con partidos de 15 minutos porque las canchas ya estaban reservadas para después de esa hora, participaron ocho equipos. La Nuestra, Casa de la Diversidad (donde jugaron Martina y Luis por la Casa, junto a Sofía y dos compañeras más de militancia), Norita FC (el equipo donde juega la periodista Ayelén Pujol), Rejuntades, La Sublevada (con destacada participación de sus delanteras, Soledad y la Chueca Lugones), F. Zorroro, Tigresas y Granates Unidas. Desde este último, Nadia, su capitana, se refirió a la supuesta polémica por la inclusión de Mara Gómez, una delantera trans, en la liga de fútbol femenino. "Creo que no hay diferencia. Que lo que dicen que la masa muscular, que va a tener ventaja... Yo creo que lo que da ventaja es el entrenamiento y la fuerza que le pone uno, que tiene que ser libre e igual para todes", reflexiona la representante de Lanús, club donde junto a sus compañeras de equipo participan en la Subsecretaría de Derechos Humanos.

La Nuestra junto a González, Morresi, Maca Sánchez, Santino y Néstor Vicente.

Uno de los que estuvo desde temprano en las canchas de cemento de San Telmo fue Claudio Morresi, ex futbolista de Huracán y River, Secretario de Deporte durante 2004-2014 y actualmente legislador porteño por el Frente de Todos. "Esta idea nació en mi despacho, cuando vinieron Mónica y Ayelén. Formamos Fútbol para Todes pensando en el femenino, en el de disidencia, en garantizar el acceso al fútbol, al deporte, a la actividad física, esto que debiera ser una política pública desde el Estado". A medida que se acercaba la definición, y comprobando que mantiene el despliegue de sus épocas de pantalones cortos, Morresi se fue a un rincón para cortar los chori que irían metiéndose a la parrilla. Más tarde, con la presencia de Macarana Sánchez -goleadora de San Lorenzo y al frente del Instituto Nacional de la Juventud- vendría el momento de las premiaciones, con medallas y libros para todes. Es que, claro, se trata de estar presentes dentro y fuera de la cancha.

Martina Pelinco y Sofía González hacen lo imposible para que no sea gol. (Gentileza Milagros Vega)

En el barrio

La Casa de la Diversidad Trans Villera es un espacio autosustentado de contención situado en la Villa 31, donde las mujeres y varones trans pueden acercarse a comer dos veces a la semana e informarse. "Nosotras mismas compramos alimentos, algunas que otras veces nos dan, pero no es algo que nos baja el Estado. Somos como diez chicas y ahora vinieron tres más, pero el tema es que algunas no pueden venir más seguido porque laburan de noche, se levantan a las dos de la tarde. Entonces, a la hora del almuerzo se crea un espacio donde comemos y aprovechamos para informarnos y formarnos en todo lo que es derechos, oportunidades que tenemos nosotras", explica Martina, una de las principales impulsoras de la primera Marcha del Orgullo LGBTTIQ+ en realizarse en la 31, en noviembre último . Según el Observatorio de Crímenes de Odio LGBT, 19 mujeres trans perdieron su vida por homicidio o abandono del Estado en el primer semestre de 2019 (último dato disponible).