En junio Lalo Schifrin cumplirá 88 años. Reconocido desde hace mucho entre las figuras importantes de la música global, para el jazz Schifrin representó siempre algo así como el costado menos esperado de lo latino. Mientras, su fama fue creciendo a través de columnas sonoras que son verdaderos golpes de genio -basta pensar en la música de Misión imposible o Mannix-, obras sinfónicas, para Big Band y otras formas de un swing personal. Por sus aperturas estilísticas traducidas en continuos cruces entre géneros, técnicas y procedimientos, el pianista, director, compositor y arreglador nacido en Buenos Aires y radicado desde hace muchos años en Los Angeles, bien podría considerarse la metáfora misma del jazz actual: generoso y exigente, cosmopolita y personal. Tan personal, por ejemplo, que hace tres años la Cinemateca Francesa editó parte de su música bajo el título El sonido de Lalo Schifrin.
Ese sonido y esa figura, partes de la misma marca, tendrán su homenaje en Nueva York, el viernes 17 y el sábado 18 en el Symphonyspace de Broadway. Encabezará el tributo el pianista y compositor Arturo O’Farrill –hijo del legendario director Chico O’Farrill-, al frente de su Afro Latin Jazz Orchestra. Con ellos estarán un grupo de notables músicos argentinos que gravitan en torno al universo del jazz, pero que como Schifrin escapan a las clasificaciones. Al menos, a las más convencionales. Jazz Across The Americas: Argentina - A Tribute To Lalo Schifrin, se llama el evento curado por el contrabajista y compositor Pablo Aslán, colaborador de Schifrin en numerosas oportunidades, y la cantante Sofía Rey –radicada hace años en Estados Unidos-, en colaboración con el mismo O’Farrill. Estarán también el pianista Leo Genovese, el baterista y percusionista Franco Pinna, el guitarrista Juancho Herrera y Gabriel Senanes, que además de compositor y arreglador, se desempeñará como director invitado en algunas de las obras del programa.
El centro del homenaje será la ejecución de Gillespiana, una suite en cinco movimientos dedicada a Dizzie Gillespie. Fue compuesta por Schifrin en 1958, antes de ser el pianista y director musical del mítico trompetista y más tarde se convirtió en una de las obras más importantes de su repertorio. La dirección estará a cargo de Pablo Aslán y los solistas serán Jim Seeley y Seneca Black en trompeta, Alejandro Aviles en flauta y Roman Filiu en saxo alto, integrantes de la Afro Latin Jazz Orchestra.
“Este último año me agarró como una fiebre de estudiar la música de Lalo, sobre todo la de su período de Nueva York, que coincide con la época en la que estuvo Piazzolla, que yo reflejo en mi disco Piazzolla y Brooklyn”, explica Aslán al teléfono desde Boston. “Fue los finales de los ’50 y Lalo estaba en una gran momento. De esa época son no solo Gillespeiana sino también The New Continent, que también escribió también para Dizzy. Con Arturo (O’Farrell) decidimos hacer Gillespiana. Buscando, encontré las partes originales, que estaban en un depósito en Nebraska, donde están todas las anotaciones de la orquesta de Gillespie”, agrega el contrabajista argentino.
“La idea de incluir cuatro cornos al conjunto de bronces caracteriza mucho del ‘sonido Schifrin’, que se termina de definir en las músicas que hizo luego para televisión en Los Ángeles. Lalo es uno de los gigantes de la música de este tiempo, que no solo estuvo metido en el corazón del jazz sino que, además, inventó un sonido para Hollywood. No se me ocurre un músico más completo que él; orquestador, director, compositor, pianista y sobre todo músico de una versatilidad que lo hace único”, concluye Aslán.
El programa del Symphonyspace de Broadway incluirá además obras de compositores y arregladores argentinos actuales, que de alguna son el reflejo de las aperturas estilísticas de Schifrin y representan su legado. “Minotauro”, de Guillermo Klein, de quien se escuchará también su arreglo de "El Silbador" de Gustavo Cuchi Leguizamón. Una serie de vidalas recopiladas por Leda Valladares y arregladas para Big band por Juan Andres Ospina. "Llegará, Llegará, Llegará", de Emilio Solla. "Aquellos Tangos Camperos", de Horacio Salgan y "Todo Lo Perdido Reaparece", de Sofia Rei y Jorge Roeder, ambos con el arreglo de Giraudo. "Carnaval Potrero", de Richard Nant; "Tanguajira", de Aslan con el arreglos de Senanes, además de una versión de “Tanguango”, de Astor Piazzolla. Todo será parte del repertorio que se completará con el estreno de "Lalo cura la locura", especialmente compuesta por Senanes para esta ocasión.
“Para todos nosotros Lalo es una referencia muy importante, su ductilidad estilística, entre su producción personal y su trabajo para el cine. Por otro lado, un músico argentino de jazz que llega a ser el pianista de un ícono del género como Dizzy Gillespie, es una enormidad”, comenta Senanes a Página/12 antes de viajar a Nueva York. “No es un dogmático en absoluto y mucho menos un snob, porque su mezcla de idiomas nunca es caprichosa y resulta siempre atractiva. A eso hay que sumarle un nivel técnico impecable. En definitiva, Schifrin es un músico refinado y sincero que despierta mi más grande admiración”, agrega el compositor, que señala además una especie de linaje de marca argentina a partir de Schifrin.
“Es interesante notar que cuatro de los músicos que serán parte del evento, Nant, Aslán, Klein y Solla, que hoy desarrollan una gran actividad en Estados Unidos, fueron alumnos míos en Buenos Aires. Por otro lado, yo estudié dirección con Mariano Drago, que en su momento fue maestro de Schifrin. Quiero decir, en algún sentido existe una genealogía de la música argentina, un hilo. Será por algo que estamos todos reunidos. Aunque no lo hayamos buscado, de alguna manera tenemos algo de Schifrin, porque su idea es tan amplia que termina incluyéndonos. Lalo está presente, por acción u omisión. Tiene un peso enorme. Y se siente”, concluye Senanes.