El festivxl comenzó con un cálido ritual de bienvenida, en círculo junto a un fogón custodiado por dos guardianas del fuego, mientras el sol se escondía detrás de los cerros. Allí estaba Ivana Huenelaf (mapuche feminista antipatriarcal comunitaria) quien dio la bienvenida al territorio mapuche-tehuelche. “Lugar donde se pueden pedir deseos” y, a la vez, territorio en disputa, donde el pueblo mapuche resiste y lucha junto a aliadxs contra la megaminería y el avance de los terratenientes. “Somos territorio” fue una de las ideas fuerza a lo largo de todo el festi, significante que los feminismos han incorporado pero que en la cosmovisión mapuche amplía su significado. "Se trata también de amar lo que te rodea, lo que te acuerpa, lo que nos da fortaleza”.

DISIDENCIAS UNIDAS

La clara presencia de integrantes de la comunidad mapuche es sin dudas una de las cuestiones más interesantes y que marcan la distinción del festival número 12. Consultada acerca del vínculo que la comunidad disidente de Bolsón ha tramado con el pueblo mapuche, Mari Ros, integrante de la comisión organizadora expresó que "El vínculo con la comunidad mapuche es un trabajo que se viene dando desde otras organizaciones de las que también somos parte (como el grupo Nómadas y la radio Alas)”. En la red que conforman junto a otros medios comunitarios y espacios culturales, impulsan otra idea de comarca y de forma de vida, una forma que la comunidad mapuche viene sosteniendo desde sus orígenes. “Para nosotrxs se trata de aprender, escuchar, respetar, porque muchxs no somos mapuches y nos toca escuchar (o no), saber estar atentxs a lo que la comunidad necesite y las formas que precisen de acompañamiento (o no). Tenemos una profunda afinidad con una cosmovisión que sostiene, alimenta y cuida el territorio”. A la vez señaló que les parece importante que el ser disidente y todas las identidades que habitan el festival no tengan que estar atravesadas principal o solamente por la orientación sexual o la sexualidad. Sino que la sexualidad es parte de todo lo que conforma una identidad disidente, pero no es lo único y no determina ni te posiciona en un lugar distinto, o que pretende ser disidente o autónomo.

LAS PALABRAS PROHIBIDAS

Al mismo tiempo, Ivana expresó que el encuentro entre el pueblo mapuche y la comunidad disidente de la comarca podría radicar en que unxs y otrxs comparten la negación de sus identidades y en la importancia de reconocerse en la mirada de las otras. “El puente que se trama entre nuestras diferentes identidades, desde qué lugar para quienes recuperan su identidad. Mapuches a quienes les fue negado vivir, pensar, sentir, como mapuche y que han hecho una búsqueda en relación a su identidad. Asimismo, han operado otras formas de negación del reconocimiento: "Peñi es una palabra que amo, y que las mujeres no podemos decir. La dicen los hombres cuando se saludan entre sí 'Mari mari peñi’ y nosotras podemos decir ‘mari mari lamien'. Peñi es ‘pe’ es ver y ‘ñi’ es vos, es ‘yo me veo en vos’. Le pregunto a las comunidades ¿Por qué nos prohíben decir peñi o fotum (hijo de la fuerza)? ¿Por qué si puedo decir lamien ('la' es muerte y 'mien' es 'vamos a hacer ese lazo más allá de la muerte') y referirme a todos? Peñi da cuenta del reconocimiento, del tratamiento entre pares, de reconocerse entre pares.

En el segundo día (viernes 10 de enero) se realizaron los talleres, espacios de intercambios políticos fundamentales acerca de las diferentes situaciones que afrontamos en los diversos territorios. En el taller de educación coordinado por la colectiva Nómada, nos propuso visibilizar e intercambiar experiencias y prácticas transfeministas territoriales. Fue así que studiantes y docentes de la provincia aprovecharon para dar a conocer la profunda crisis económica que está atravesando la provincia de Chubut, crisis que afectó a jubiladxs, trabajadorxs estatales de diferentes ámbitos, no solo el gobierno de Arcioni incumplió el pago de paritarias y de cláusula gatillo previamente acordadas sino que, peor aún, dejó de pagar salarios. Esto implicó una serie de medidas de fuerza en muchas localidades, docentes que cortaron a los accesos a la planta industrial Aluar (empresa de aluminio) en Puerto Madryn, docentes que tomaron la playa de tanques de combustibles YPF en Comodoro Rivadavia, estudiantes que tomaron la supervisión de escuelas en esa misma localidad, etc. En educación fueron 4 meses de huelga docente y el movimiento estudiantil también protagonizó sus propias experiencias de resistencia y organización junto a las comunidades educativas. En el colegio secundario número 788 en Lago Puelo la trinchera estudiantil fue un mes y medio de ocupación pacífica de la institución, resistir fue encontrarse habitando de otro modo la escuela, mediante organización asamblearia permanente, donde estudiantes de todas las edades tomaban la palabra y autogestivamente cuidaron el espacio y entre ellxs (incluso en momentos de alta tensión cuando se rumoreaba el desalojo a cargo de gendarmería). Varias preguntas nos dejaron en torno a la normalidad: si lo normal es que lxs docentes cobren por su trabajo todos los meses y actualmente los pagos se cobran con un retraso de dos meses (inflación y devaluación del peso mediante), ¿A qué nos podemos acostumbrar? Si el vínculo político-pedagógico tradicional es jerárquico, asimétrico, adultocentrado, dividido por edades, ¿Qué otros vínculos podemos construir? ¿Cuáles funcionaron de hecho durante las ocupaciones pacíficas? ¿Por qué precisamos de la situación de excepcionalidad para intervenir el deseo de normalidad ("vuelta a clases: aulas cerradas, división etárea de los cursos y docentes como únicxs portadorxs de saberes"). Además, circularon testimonios acerca de las violencias institucionales heteronormadas y transodiantes ante quienes se visibilizan en las aulas y los dolores y miedos que portamos. En este caso, nos preguntamos ¿Cómo horadamos la cultura del silencio que nos condena al clóset con costos subjetivos y libidinales altísimos? Si "toda educación es sexual", si educamos con el ejemplo, ¿Qué le estamos enseñando a lxs estudiantes cuando reproducimos esa cultura del silencio, cuando nos autocensuramos, cuando lo que prima son los no dichos? Quizás se trate, no sólo de exigirle al estado la efectiva implementación de la ley de Educación Sexual Integral, sino también de empezar por interrogarnos acerca de cómo cada unx de nosotrxs vive su sexualidad, los deseos, los placeres, los miedos, los silencios, qué hemos aprendido, qué deseamos desaprender. Dicen las paredes que la visibilidad tortillera empodera y otros saberes populares que la reparación mucho tiene que ver con recuperar la voz, (re)conquistar el propio territorio.

BIEN ADENTRO DEL BOLSON

La marcha del sábado, comenzó por la tarde. Recorrimos los barrios populares de Bolsón (originados a partir de tomas de tierra), esos que se encuentran cruzando el río Quemquemtreu y al pie del Piltriquitrón, un Bolsón desconocido para cierto turismo que se pierde en la vistosa avenida San Martín. Es un recorrido atípico, en esta zona visitada con fines turísticos. Desde el año 2018 el típico recorrido de la marcha cambió de rumbo. Mari Ros lo explica así: "decidimos cambiar el recorrido de la marcha, que no sea en tantos lugares céntricos, sino más bien que recorra barrios de Bolsón. Atendiendo a la necesidad de que no quede en la superficialidad, que el turista saque fotos, sino que también la diversidad, la disidencia y nuestras corporalidades están presente y somos parte de los barrios y de todo el territorio, que no quede en un desfile, sino dar cuenta de nuestra intención política. Salimos desde Centro Integrador Comunitario (que está gestionado por integrantes de la comunidad, de salud y acción social) porque es un espacio de encuentro y resistencia”. Y es que para quienes organizan “Es importante no centralizar en una cuestión de brillos y colores nada más, una fiesta, un reviente, un desfile. No se trata de un desfile, más allá que algunxs de nosotrxs desfilamos, se trata de una marcha, el objetivo es meternos en los barrios, meternos en el centro, mostrarnos, denunciar, visibilizar”.

A CONTRAMANO

La marcha finalizó en un escenario apostado en la plaza Pagano donde se presentaron el Mostro y Alan y cerró el show musical P.a.z. En el cierre subió la comisión organizadora para leer el documento 2020. A contramano de lo que sucede habitualmente en movilizaciones de la comunidad LGBT, quienes organizan el festivxl de El Bolsón, invirtieron el orden de las consignas y prefirieron comenzar por las consignas político generales locales para finalizar por las específicas de la disidencia sexual.

“Priorizamos las recuperaciones del territorio mapuche porque nuestra decisión es vivir de otra manera, que la comarca pueda resistir contra el avance del mal llamado progreso, que viene acompañado de todos los terratenientes y los intereses inmobiliarios que no condicen con nuestros deseos, proyecciones y prácticas de vida. El territorio que habitamos es mapuche, una comunidad preexistente al estado nación, que asesinó y acalló a sus pueblos originarios. Hoy en día son un ejemplo de resistencia, de conciencia y de unión con la tierra y todo lo que allí habita. Recuperamos su cosmovisión que está atravesada por una conciencia espiritual que es muy poderosa y que la respetamos un montón. Por eso acompañamos las recuperaciones de territorio que el pueblo mapuche protagoniza”. En consonancia con demandas que se hacen oír cada vez más fuerte y multitudinariamente (el pueblo de Mendoza hace apenas unas semanas) y que, a su vez, forma parte de reinvidicaciones del pasado en el festi y en la comarca, se manifestaron contra el saqueo y el extractivismo que contamina nuestras aguas, nuestros suelos y nuestro aire. Y fuerte resonó el grito de "NO a la Megaminería, Fuera Panamerican Silver de nuestro territorio!" Y "Fuera Lewis, Benetton, y todos los terratenientes".