El secretario de Cultura brasileño se sirvió de fragmentos de un discurso de Joseph Goebbels, ministro de Propaganda de la Alemania de Hitler, para presentar el lanzamiento de premios a producciones de “una cultura dinámica pero al mismo tiempo enraizada en la nobleza de nuestros mitos fundantes: la patria, la familia, el coraje del pueblo y su profunda relación con Dios”.
“El arte brasileño de la próxima década será heroico y nacional. Estará dotado gran capacidad emocional y será igualmente imperativo, profundamente vinculado a las aspiraciones urgentes de nuestro pueblo, o entonces no será nada”, detalló el secretario Roberto Alvim, con un pasaje de Lohengrin, de Wagner, de fondo. El mensaje generó una ola de duras críticas de parte de los partidos políticos y referentes sociales, tras lo cual Alvim se defendió a través de su perfil de Facebook: "no hay nada de malo con la frase", aseguró.
"Fue tan solo una frase de mi discurso en la que había una coincidencia retórica. Yo no cité a nadie. Y el fragmento habla de un arte heroico y profundamente vinculado a las aspiraciones del pueblo", añadió el Secretario. Por eso, aclaró, "todo el discurso fue basado en un ideal nacionalista para el arte brasileño".
El texto, que el funcionario del gobierno de Jair Bolsonaro recita en un video de más de 6 minutos de duración que fue compartido en las redes sociales de la Secretaría Especial de la Cultura, remite casi palabra por palabra a una alocución de Goebbels, en épocas en que el ministro de Propaganda nazi se empeñaba en erradicar lo que el régimen definía como "arte degenerado". En ese contexto, fue que advirtió en un discurso ante directores de teatro: “El arte alemán de la próxima década será heroico, será tremendamente romántico, será objetivo y libre de sentimentalismo, será nacional con un gran patetismo e igualmente imperativo y vinculante, o no será nada”, según consignó en la biografía de Goebbels el experto en Holocausto Peter Longerich.
El discurso de Alvim refiere también que Bolsonaro, al designarlo, le pidió “que haga una cultura que no destruya sino que salve a nuestra juventud”, y que “en el territorio sagrado de las obras de arte” exalte “las virtudes de la fe, la lealtad, el alto sacrificio y la lucha contra el mal”.
A Brasil, definió, “sólo le interesa un arte que crea su propia calidad a partir de la nacionalidad plena y que tenga significado constitutivo para el pueblo para el que fue creado”. Por ello, “anhelamos un nuevo arte nacional, capaz de encarnar simbólicamente los anhelos de esta inmensa mayoría de la población brasilera, con artistas dotados de sensibilidad y formación intelectual capaces de mirar profundo y percibir los movimientos que brotan del corazón de Brasil, transformándose en poderosas formas estéticas”.
“La cultura no puede quedar ajena a las inmensas transformaciones intelectuales y políticas que estamos viviendo”, aseguró el secretario.
La afinidad del discurso de Alvim con los postulados de Goebbels despertó una ola de críticas y pedidos de renuncia. El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, advirtió en Twitter que “El secretario de Cultura pasó todos los límites. Es inaceptable. El Gobierno brasileño debería alejarlo urgente del cargo". En la misma línea fue la declaración que el Partido de los Trabajadores (PT) dio a conocer en sus redes: el mensaje de Alvim, que pasó "todos los límites" y copió "fragmentos exactos del discurso del nazi Goebbels", es “el fascismo bolsonarista fomentando aún más el odio. Eso no puede quedar impune".
En tanto, también en sus redes, el centroderechista Partido de la Social Democracia (PSDB), manifestó: “¿Cómo un brasileño, fruto de uno de los pueblos más mezclados del mundo, puede pasarse por nazi?".
"Usar retórica nazi y discurso de Goebbels puede parecer patético, pero en realidad es peligroso y violento", advirtió por su parte el Partido Socialismo y Libertad (PSOL).
Alvim se hizo conocido en la escena brasilera como dramaturgo, pero su carrera dio un giro imprevisto cuando, como según él mismo contó, se acercó a sectores religiosos fundamentalistas. “Primero, me convertí al cristianismo. Esa fue la base a partir de la cual me volví conservador, e, inevitablemente, comencé a apoyar a la derecha, encarnada en Jair Bolsonaro”, detalló en una entrevista.
Durante los primeros tiempos del gobierno bolsonarista, Alvim fue designado director del Centro de Artes Escénicas de Funarte (la Fundación Nacional de las Artes brasileña), pero su posición se fortaleció a fines del año pasado, cuando atacó públicamente a la respetada actriz Fernanda Montenegro. La mujer, que se había manifestado crítica respecto del gobierno de Bolsonaro, fue tildada de “mentirosa y sórdida” por Alvim; poco después, fue promovido al cargo de Secretario de Cultura.